13.3- Interacción simétrica y
complementaria.
Todas las relaciones podríamos agruparlas en dos
categorías: o son COMPLEMENTARIAS 0 SIMÉTRICAS. En los
adolescentes también manifestar en su manera de expresar, de vestir y
de comer.
En el primer caso, la conducta de uno de los participantes
complementa la del otro; en el segundo caso, los participantes tienden a
igualar especialmente su conducta recíproca. Son relaciones basadas en
la diferencia (complementarias), o en la igualdad (simétricas).
En una relación complementaria hay dos posiciones
distintas. Un participante ocupa lo que se ha descrito de diversas maneras como
la posición superior o primaria mientras el otro ocupa la
posición correspondiente inferior o secundaria. Estos términos
son de igual utilidad en tanto no se los identifique con "bueno" o "malo",
"fuerte" o "débil". Una relación complementaria puede estar
establecida por el contexto social o cultural (como en los casos de madre e
hijo, médico y paciente, maestro y alumno), o ser el estilo
idiosincrásico de relación de una díada particular. En
cualquiera de los dos casos, es importante destacar el carácter de mutuo
encaje de la relación en la que ambas conductas, disímiles pero
interrelacionadas, tienden cada una a favorecer a la otra. Ninguno de los
participantes impone al otro una relación complementaria, sino que cada
uno de ellos se comporta de una manera que presupone la conducta del otro, al
mismo tiempo que ofrece motivos para ella: sus definiciones de la
relación encajan.
En una relación simétrica no existen dos
posiciones ya que está basada en la igualdad. La relación
simétrica puede estar definida por el contexto social, como por ejemplo,
la relación entre hermanos, entre amigos, entre marido y mujer, etc.
También puede ser el estilo propio de una díada particular.
En la relación simétrica existe el peligro de la
competencia o rivalidad. Cuando se pierde la estabilidad en una relación
simétrica, se produce una "escapada" de uno de los miembros; el otro
intentará equilibrar la relación, produciéndose, a partir
de aquí, el fenómeno conocido como "escalada
simétrica".
Los conceptos de complementariedad y simetría se
refieren simplemente a dos categorías básicas en las que se puede
dividir a todos los intercambios comunicacionales. Ambas cumplen funciones
importantes y, por lo que se sabe por las relaciones sanas, cabe llegar a la
conclusión de que ambas deben estar presentes, aunque en alternancia
mutua o actuando en distintas áreas. Ello significa que cada
patrón puede estabilizar al otro siempre que se produzca una escapada en
uno de ellos; así mismo, es posible y necesario, que los dos
participantes se relacionen simétricamente en algunas áreas y de
manera complementaria en otras.
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