13.2.4 La puntuación de la secuencia de hechos.
Los trastornos alimenticios pueden puntuar la secuencia de los
hechos en el adolescente .Para un observador una serie de comunicaciones puede
entenderse como una secuencia ininterrumpida de intercambios de mensajes. Sin
embargo, quienes participan en la interacción siempre introducen lo que
se llama "puntuación de la secuencia de hechos".
En una secuencia prolongada de intercambios, las personas
puntúan la secuencia de modo que uno de ellos o el otro tiene
iniciativa, predominio, dependencia, etc. Así, a una persona que se
comporta de determinada manera dentro de un grupo, la llamamos "líder" y
a otra "adepto", aunque resultaría difícil decir cuál
surge primero o que sería del uno sin el otro. La falta de acuerdo con
respecto a la manera de puntuar secuencia de hechos es la causa de
incontrolables conflictos en las relaciones.
Supongamos que una pareja tiene un problema en el matrimonio
al que el esposo contribuye con su retraimiento pasivo, mientras que la mujer
colabora con sus críticas constantes. Al explicar sus frustraciones, el
marido dice que su retraimiento no es más que la defensa contra los
constantes regaños de su mujer, mientras que ésta dirá que
esa explicación constituye una distorsión intencional de lo que
"realmente" sucede en su matrimonio, esto es, que él lo critica debido a
su pasividad.
Sus discusiones consisten en un intercambio de estos
mensajes:
PADRES
|
ADOLESCENTE
|
ME RETRAIGO
|
TE REGAÑO
|
PORQUE
|
PORQUE
|
ME REGAÑAS
|
TE RETRAES
|
Tabla 3. Intercambio de
mensajes
En la psicoterapia de parejas, a menudo sorprende la
intensidad de lo que en la psicoterapia tradicional se llamaría una
"distorsión de la realidad" por parte de ambos cónyuges. A veces,
resulta difícil creer que dos individuos puedan tener visiones tan
dispares de muchos elementos de su experiencia en común. Y, sin embargo,
el problema radica fundamentalmente, en su incapacidad para metacomunicarse
acerca de su respectiva manera de pautar su interacción.
Las discrepancias no resueltas en la puntuación de las
secuencias comunicacionales pueden llevar a 'impasses" interacciónales,
en los que los participantes se hacen acusaciones mutuas de locura o maldad.
Las discrepancias de puntuación tienen lugar en todos
aquellos casos en que por lo menos uno de los comunicantes no cuenta con la
misma cantidad de información que el otro, pero no lo sabe. Así,
por ejemplo, una persona escribe una carta a otra proponiéndole pasar
unas vacaciones con ella. Esta segunda persona acepta, pero su carta no llega a
destino. Después de un tiempo, la primera llega a la conclusión
de que la otra no ha tenido en cuenta su invitación, y decide no
interesarse más por ella. Por otro lado, la otra persona se siente
ofendida porque no tuvo contestación a su carta con la que esperaba
más detalles, y también decide no establecer nuevo contacto. A
partir de ese momento, el malestar silencioso puede durar eternamente, a menos
que se decidan a averiguar qué sucedió con sus comunicaciones, es
decir, que comiencen a metacomunicarse. En este caso, un hecho exterior
fortuito interfirió la congruencia de la puntuación.
Estos casos de comunicación patológica
constituyen círculos viciosos que no se pueden romper a menos que la
comunicación misma se convierta en el tema de comunicación
(metacomunicación). Pero para ello tienen que colocarse afuera del
círculo.
Se observa en estos casos de puntuación discrepante un
conflicto acerca de cuál es la causa y cuál el efecto, cuando en
realidad, ninguno de estos conceptos resulta aplicable debido a la circularidad
de la interacción.
El concepto de la "profecía autocumplidora" constituye
un fenómeno interesante en el campo de la puntuación. Por
ejemplo, una persona que parte de la premisa "todos me odian", se comporta, tal
vez, con agresividad, ante lo cual es probable que los demás reaccionen
con desagrado, corroborando así su premisa original. Lo que caracteriza
la secuencia y la convierte en un problema de puntuación, es que el
individuo, considera que él sólo está reaccionando ante
esas actitudes, y no que las provoca.
|