El fluir psàquico en relato de un nà¡ufrago de Gabriel Garcàa Mà¡rquezpar Ousmane Abdoulatif CHERIF Université Alassane Ouattara de Bouaké - Master 2 2019 |
1-2- DURANTE EL NAUFRAGIO1-2-1- El tiempo cronológicoAntes de entrar en la novela Relato de un náufrago, interesémonos por la definición del tiempo cronológico en la actividad novelística. En efecto, en la narración, el tiempo cronológico hace referencia a la duración y el orden de los acontecimientos. Es el espacio de tiempo en que los acontecimientos se desarrollan y los personajes realizan sus acciones, en el corre de un tiempo en secuencia. Es el tiempo que puede contar a través de fechas y también donde contamos el tiempo gastado en alguna acción o acontecimiento.69(*) Le temps chronologique est qualifié d'objectif. Il est estimé en quantité qui peut être mesurée. Les mesures sont définies par l'horloge. L'écoulement des secondes de l'horloge aboutit à la minute, celui des minutes à l'heure, et vingt-quatre heures écoulées font un jour, et la succession des jours se convertit en semaine, en mois, puis en année. 70(*) Entonces, el tiempo cronológico es el tiempo dicho objetivo y se constituye de elementos que son los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses y los años. Se incluye también los siglos y los milenios. Y es el tiempo que se calcula a partir de un reloj. Dicho eso, en el caso de nuestro trabajo, vamos a revelar el fluir de Alejandro Velasco durante el naufragio basándonos en el tiempo cronológico. Aludir al desarrollo del naufragio del Caldas es hablar del mismo desde las diez de la noche del 27 de febrero, cuando el barco comenzó a hacer «el baile». «El baile comenzó a las diez de la noche».71(*) Desde este instante, la sucesión de los acontecimientos constituyó para Velasco una fuente de confirmación de sus dudas. Desde este instante, fue como si le pidiera una voz interior al personaje que echara siempre un vistazo en su reloj a fin de ser capaz de testimoniar del acontecimiento y recordar perfectamente cada minuto del drama desde el comienzo. «Las diez de la noche», esta hora es muy importante para Velasco en la medida de que se trata de la noche, luego de un momento que puede ser muy desfavorable en caso de problema con la navegación. Entonces, su preocupación es grande ya que es la hora de dormir y descansarse pero el barco no envía buena señal. Esta situación le hizo pensar a todos tipos de escenarios horribles. Se plantea muchas interrogaciones cuyas respuestas no ofrecen soluciones en caso de naufragio. Y al decir: «pensaba con pavor en la gente de cubierta»72(*) el personaje expone su congoja y su propia debilidad frente a lo que la noche pudiera constituir. No piensa que es el único en sentir esta angustia. Imagina que sus compañeros también presienten lo mismo como él. «Yo sabía que ninguno de los marineros que estaban allí, en su litera, había podido conciliar el sueño.»73(*) La ausencia del sueño y la imposibilidad de poder descansarse de los marineros esa noche hacen reflexionar a Velasco y concluye que todos eran invadidos por presentimientos negativos. Y su compañero Luis Rengifo vino a demostrar la certeza de esta intranquilidad colectiva. En efecto, al preguntarle « todavía no te has mareado? »74(*), como solía burlar Velasco con él, esa noche, Rengifo no fue capaz de dar por completo la respuesta que solía decir para esta pregunta.«Era una frase que repetía con frecuencia. Pero esa noche casi no tuvo tiempo de terminarla».75(*) Es la prueba de que todos en el barco vivían una noche difícil. Y la misma noche fue factor de acentuación de los sentimientos de miedo de Velasco y lo expresa de nuevo: «He dicho que sentía inquietud. He dicho que sentía algo muy parecido al miedo.»76(*) Entonces, Velasco había cesado totalmente de pensar en cosas otras que su situación en la noche y a parecida hora. La noche es un periodo en el que todo es oscuro, las tinieblas son las que rodean y no es posible ver lejos porque falta la claridad solar. En la cultura popular, la noche suele ser el escenario elegido para las historias de miedo y terror. Consecuencia del cual es que en la imaginación popular, el peligro es más cerca en la noche. Por eso Velasco se siente alertado y no deja de consultar su reloj en cada ocasión. A la medianoche, se dio una orden a «todo el personal pasar al lado de babor.»77(*) Velasco se acordó de que este tipo de orden nunca ha sido buena señal en la navegación. Al darla, se necesita siempre el peso de todos en un lado para equilibrar las fuerzas porque el barco escora por el otro lado. Y efectivamente era la razón por la que se dio esa orden. El Caldas se estaba inclinando peligrosamente a estribor, el lado derecho del barco. Y si no se hubiera dado esta orden, habría sido resolutamente el fin del viaje. Porque el barco se hubiera hundido con todo el equipaje. Frente a tal circunstancia, Velasco vio pasar en su mente dos años de navegación durante los cuales no tuvo tanto miedo del mar como aquella noche. Sin embargo, acertaron equilibrar la embarcación. Y vino el día fatídico, el veintiocho de febrero. A las cuatro de la madrugada, tras pasar la noche en vela, Velasco y sus compañeros se reúnen para sacar las conclusiones de la guardia. Mientras tanto, lo que más lo motivaba es alcanzar la tierra firme para reencontrar a su familia y sus amigos tras tantos tiempos pasados lejos. A las cinco y media, visitó los fondos del barco a fin de asegurarse de que todo estaba bien y que no era necesario preocuparse. A las seis, fueron a desayunar y a las ocho, entregaron la guardia en un contexto de grandes movimientos del viento y de las olas. Movimientos que anuncian la tempestad en alta mar. Entonces recordamos que la noche que acababan de vivir no fue fácil del todo. El Caldas rozó con el naufragio. Y Velasco siempre se siente intranquilo y para tener un poco de tranquilidad, elige supervisar el barco hasta el fondo. Pero ahora, el equipo de la noche entregaba la guardia al equipo del día. Durante toda la mañana, el viento y las olas no bajaron. Iban aumentando de fuerza. «La olas, cada vez más fuertes y altas, estallaban en la cubierta.»78(*) Tras entregar la guardia, Velasco y sus compañeros se fueron para dormir. Pero les resultó imposible dormir en sus propios dormitorios. Porque «las olas, cada vez más fuertes y altas estallaban la cubierta». Entonces, se instalaron entre las mercancías poderosamente atadas, «para evitar que nos arrastrara una ola.»79(*) Allí, vivió su último instante de tranquilidad en el barco, lejos del viento y de las olas, asegurado por los equipajes y contemplando la belleza del cielo. A las once y media, se dieron cuenta de que el barco había comenzado a hundirse. Y al saberlo, la inclinación había alcanzado un nivel más peligroso que lo de la noche anterior.«Desde hacía una hora el buque empezó a inclinarse peligrosamente a estribor.»80(*) Se repitió el ejercicio de la noche anterior que fue muy eficaz para equilibrar el buque.«Todo el personal ponerse al lado de babor.»81(*) Cuando todos pudieron reunirse a estribor, lograron afortunadamente a equilibrar otra vez el barco. «Con mucha lentitud, trabajosamente, el destructor recobró su posición normal.»82(*) Este segundo movimiento peligroso acabó por inquietar a todos en el barco y a interrogarse sobre las condiciones de la continuación del viaje. Unos se pusieron nerviosos por el miedo mientras que otros quedaron pensativos y silenciosos. Y a Ramón herrera de desear que se diera la orden de cortar los cabos para que la carga se fuera al agua a fin de aligerar la embarcación. Pero desgraciadamente, nunca se dio esa orden a pesar de que las cargas eran las que más pesaban en el barco. A las once y cincuenta minutos, llegó la hora decisiva. Las olas y el viento eran siempre fuertes. Y el barco, bajo el peso del contrabando iba continuadamente escorando.«El buque iba defendiéndose del oleaje, pero cada vez escoraba más.» 83(*) Se imaginó Velasco en un instante que iban «a dar la orden de cortar la carga. »84(*) Pero prefirieron dictar órdenes de protección porque seguramente se había notado la irreversibilidad del naufragio. En efecto, mientras Velasco, fiel a su reloj y preocupado por los eventos que estaban ocurriendo, trataba de ver la hora, una última ola vino a concluir el naufragio. «Saqué la mano para mirar la hora, pero en este instante no vi el brazo, ni la mano, ni el reloj. No vi la ola. (...) me puse en pie, en una fracción de segundo, y el agua me llegaba al cuello».85(*) Entonces, el destructor Caldas de la marina colombiana acababa de caer al mar, el accidente tan temido por Velasco. Temor que vivió desde la noche del cine en Mobile. * 69-Qué es tiempo cronológico y qué es tiempo histórico, disponible en http://www.escuelapedia.com/respuestas/que-es-tiempo-cronologico-y-que-es-tiempo-historico , consultado el 31/05/2020 * 70 - SAKOUM, B. Hervé, 2009, Analyse sociocritique de Relato de un náufrago et de Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez, Université de Cocody, Abidjan. * 71- GABRIEL, García Márquez, 1970, Op. Cit. , p.26 * 72- GABRIEL, García Márquez, 1970, Op. Cit. , p.26. * 73- Ídem * 74- Ibídem. * 75- Ibídem * 76- Ibídem. * 77- GABRIEL, García Márquez, 1970, Op. Cit. , p.26 * 78- Ídem . p.28 * 79- Ídem GABRIEL, García Márquez, 1970, Op. Cit. , p.28. * 80- Ídem. , p.29 * 81- Ibídem. * 82- Ibídem. * 83- GABRIEL, García Márquez, 1970, Op. Cit. , p.30 * 84- Ídem. * 85 Ibídem, p. 31 |
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