III-II-2: El sol
86-José Eustasio Rivera, La Vorágine,
op-cit. P.190
El sol en las obras de Rivera tiene distintos significados. En
Tierra de promisión, el Sol es el símbolo de sus
ideales inalcanzables, mundo recreado a partir del mundo físico e
interiorizado hasta el límite de la identificación. Su ideal era
corretear, moverse, desafiar el peligro, respirar a pulmones plenos el aire
del campo, contemplar los horizontes, gozar con una libertad ilimitada
recorriendo parajes desconocidos o mejor aún, volando blandamente
allá arriba perdido entre nubes:
« Contemplé los amplios
horizontes
En mi robusta mocedad, nutrida
De llanura, de sol y de montaña.
Llena la mente de tus grandes bríos,
Cansé las pampas, apure sediento
Agua salvaje de mis anchos
ríos»87
Ser Doctor era el sueño de sus padres que le inculcaba
responsabilidad y le fomentaban incontenibles deseos de gloria. Pero en su
mente siempre existieron tensiones interiores, y miedos subconscientes de dejar
defraudadas las esperanzas y de verse abocado al fracaso (Neale Silva, 1986).
El sol inalcanzable es símbolo de sus anhelos. Y la caída del sol
es la imagen perfecta del ideal fracaso.
En La Vorágine el sol significa la
alegría, expectativa y vida:
«Aquí está el café (....) Alicia
nos saludó con tono cordial y animo limpio: quiere salir el
sol?»88
El sol significa también en la obra un
espectáculo de belleza y colorido: «Mientras apurábamos
el café, nos llegaba el vaho de la madrugada, un olor a pajonal fresco,
a surco removido, a leños recién cortados, y se insinuaban leves
susurros en los abanicos de los moriches. A veces bajo la transparencia
estelar, cabeceaba alguna palmera humillándose hacia el oriente .Un
regocijo inesperado nos henchía las venas, a tiempo que nuestros
espíritus dilatados como la pampa, ascendían agradecidos de la
vida y de la creacion.»89
La contemplación, la alegría desbordante y
palpitación, asombro y oración son las actitudes y sentimientos
ante el Sol:
« Y la aurora surgió ante nosotros: sin que
advirtiéramos el momento preciso, empezó a flotar sobre los
pajonales un vapor sonrosado que ondulaba en la atmosfera como ligera
muselina.(...). Alicia, abrazándome llorosa y enloquecida,
repetía esta plegaria: Dios mío, Dios mío! El sol, el
sol!»90
En la Vorágine como en Tierra de
promisión la puesta del sol deja un sabor amargo, un prenuncio de
muerte, una pesadumbre y un desconsuelo como cataclismo y de cósmicos
hundimientos que contagian el alma del poeta. El sol aparece entonces como
esta alegría, esta gloria que Rivera no ha podido logrado en su vida
profesional y amorosa.
87- José
eustasio Rivera, tierra de promisión, p.19
88-José eustasio Rivera, La
vorágine, La Vorágine, p. 88
89-Ibídem, p. 89
90-Ibídem, P. 91
III-II-3: La estrella
La Estrella, según Rivera, simbolizaría la mujer
«ideal» que busca a través de su personaje narrador
Arturo Cova.
«Antes de que me hubiera
apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo
ganó la Violencia. (...). Con todo, ambicionaba el don divino de amor
ideal, que me encendiera espiritualmente, para que mi alma destellara en mi
cuerpo como la llama sobre el leño que la
alimenta».91
Arturo Cova asume un conjunto de actitudes y comportamientos
que rebajan injustamente la dignidad de las mujeres con las que él se
relaciona en su viaje, a pesar de que se siente muy atraído por ellas.
Piensa en la perfección de las mujeres (las idealiza) y dedica gran
parte de su tiempo a analizar sus vivencias y reflexionar sobre ellas (desde
una visión poética); sintiéndose muchas veces inconforme,
asume una actitud en la que él mismo se predestina al fracaso en el
amor. Cova busca un amor « ideal» que sea capaz de llenar las
expectativas que ha mantenido. Él se relaciona afectivamente con varias
de las mujeres mencionadas en la obra, entre ellas Griselda (la mujer de Fidel
Franco) que finalmente insta para que se fugue con Barrera, y Clarita que lo
atiende muy bien. Es abstraído por la Madona, que logra representar
algunos de los aspectos que más lo atraen como la autoridad y el dinero
que ella posee.
« En aquel momento me sentí
pusilánime. No era que mi energía desmayara ante la
responsabilidad de mis actos, sino que empezaba a invadirme el fastidio de la
manceba. Poco empeño hubiera sido el poseerla, aun a trueque de las
mayores locuras; pero después de las locuras y de la posesión?
(...)».92
Él considera que el amor que él ha logrado
adquirir de las mujeres es por causa del azar; y que él lo ha retribuido
guiándose por los instintos más profundos de su ser.
Las mujeres en las obras de Rivera son colocadas en el lado
de la selva en la lucha de Cova contra la naturaleza. Así pues su papel
es destructor. La fuerza y el misterio de la selva son paralelos a los de la
sexualidad femenina. Ambas desencadenan en el protagonista una relación
amor-odio. El hombre necesita de la jungla y de la mujer para llevar a cabo su
introspección.
«Aquella noche, la primera de
Casanare, tuve por confidente al insomnio. A través de la gasa
del mosquitero, en los cielos límites, veía parpadear las
estrellas. Los follajes de las palmeras que nos daban abrigo enmudecían
sobre nosotros. Un silencio infinito flotaba en el ámbito, azulando la
transparencia del aire. Al lado de mi chinchorro, en su angosto catrecillo de
viaje, Alicia dormía con agitada respiración. (..) Qué has
hecho de tu propio destino? Qué de esta jovencita que inmolas a tus
pasiones? Y tus sueños de gloria, y tus ansias de triunfo, y tus
primicias de celebridad? (...), qué mérito tiene el cuerpo que a
tan caro
91- José Eustasio Rivera,
La vorágine, p. 79
92-Ibídem, p. 81
93- Ibídem, p. 80
precio adquiriste ? Porque el alma de Alicia no te ha
pertenecido nunca, y aunque ahora recibas el calor de su sangre y sientas su
respiro cerca de tu hombro, te hallas, espiritualmente, tan lejos, de ella como
de la constelación taciturna que ya se inclina sobre el
horizonte.»93
El análisis del último capítulo nos ha
permitido comprender lo que simboliza por Arturo y más allá, por
Rivera y para nosotros lectores, ciertos personajes y ciertos elementos de la
naturaleza que Rivera ha incluido en sus obras mediante su narrador
protagonista. Por ejemplo, concluimos que Arturo es un hombre civilizado a lo
occidental, una imagen de los intelectuales que por una mala orientación
de sus futuros ven todos sus esfuerzos intelectuales desmayarse en la
naturaleza. Uno de los que buscan el amor ideal, y que soporta mal la
autonomía de la mujer. Uno de los que se sienten superiores a los
demás, sin tomar el tiempo de conocerlos.
Este punto nos revela que Alicia además de ser la
imagen de las chicas que quieren romper con la generación antigua en la
búsqueda de lo que les parezcan mejor para ellas, es también la
imagen de todas las mujeres que sufren la humillación, que se ven
desvalorizadas por haber querido amar sin interés, y sólo desean
que este amor les sea devuelto para sus hombres. Una imagen de las mujeres a
quienes sus maridos no dan espacios para expresarse, evolucionar y les asfixian
moralmente y socialmente.
En la misma línea, sabemos que Griselda representa a
aquel grupo de mujeres sin mayor nivel intelectual, pero que luchan para ganar
la vida, una mujer que se adapta a todas las situaciones. El personaje de
Griselda es también la imagen de la mujer libre en su mente,
independiente que tiene también debilidad por el material, el lujo y el
sexo.
Fidel Franco, la figura de la persona que nunca pierde la
esperanza mientras vivimos.
Clemente Silva es de esta capa social egoísta que busca
en salirse con la suya, y poco les importa los problemas de los demás.
Pero aparece también como la figura de aquellos caucheros explotados en
aquella época en las selvas Amazónicas de Colombia.
Los indios, este pueblo considerado como inferiores, sin
futuro, sin historia y comparado a los animales. El Pipa, como mediator entre
el mundo occidental y el mundo indígena. Don Rafo, aquella figura
paterna que está siempre allí para ayudar sin esperar algo en
cambio.
Zoraida, una mujer que muestra que al igual que los hombres,
la mujer puede alcanzar a todas las dimensiones de la sociedad. Y a veces ser
mejor que ellos. La que somete y pone cara a los hombres fuertes.
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