C) Mañana, mi
i-Ciudad
Móvil, reactiva, participativa, la ciudad de
mañana tiene todos los rasgos característicos del Web 2.0. Una
filiación asumida que podría modificar bien duraderamente
nuestros comportamientos urbanos.
A priori el lazo no es flagrante. Sin embargo el destino de
las nuevas tecnologías y el de la ciudad parecen atados. Terreno de
experimentación, el Web parece ser ahora demasiado pequeño para
NTIC comedoras de espacios. Para Bruno Marzloff, sociólogo, esto cae
bien porque la ciudad también está en mudanza total. «
El marco urbano se extiende sin cesar, nuestros ritmos se desincronizan,
progresivamente dejamos el molde de los ritmos colectivos y recurrentes.
Actores tradicionales preparados para no fallar el
inicio.
Desde hace 18 meses, actores tradicionales y especialistas de
las nuevas tecnologías colaboran, bajo la égida de la Fing
(Federación Internet nueva generación), al desarrollo de
proyectos pluridisciplinarios para la ciudad de mañana. Asociando al
proyecto « Ciudades 2.0", empresas que edificaron su éxito el marco
urbano tradicional, como JCDecaux, Orange o Alcatel-Lucent, parecen
determinadas a no fallar la curva. Para concretar esta nueva visión,
numerosos proyectos están en gestación.
Y si la tecnología nos acercaba?
Imagine a Metroscope, un periscopio que reconstituiría
en los metros un poco actividad de lo de arriba. Imagine a Cíclope, el
primer GPS para Velib' que proyectaría el camino que directamente hay
que seguir sobre la calzada. Imagine a Ema, el primer lector mp3 participativo
con quien se compartiría la música de su vecino el tiempo de un
encuentro. Imagine a Homepage, que transformaría cada ventana y cada
pared de edificio en portal personal consultable por todo el mundo desde la
calle. En el momento de un workshop común de varias escuelas de
ingenieros, estudiantes presentaron estos proyectos. Utilizando a la vez los
códigos de la ciudad tradicional y los de Web 2.0, esta
generación de digital natives cambia las reglas del juego, matizan
nuestras certezas. Pensábamos que cada vez más la
tecnología nos alejaría unos de otros y es lo inverso que
pasa.
Stéphane Cobo, responsable del programa de
búsqueda sobre el metro del siglo 21 para el RATP, lo confirma:
« lo que tomamos de Web 2.0 son más que tecnologías, son
las evoluciones de la sociedad y de la económicas que van con. »
« Sabemos que los utilizadores son poseedores de una información
preciosa y complementaria de la de los agentes, a menudo muy precisa. Es una
verdadera riqueza. La era del reparto de información, la de Wikipedia,
nos invita a hacer beneficiar de eso al número más grande de
personas posible »
La ciudad 2.0 pues es flexible, duradera
pero es también intrusiva, pervasiva en lenguaje Internet. Una
ciudad-tecnología omnipresente que alimenta todos los fantasmas Si
podemos hoy escapar de la red apagando sus "terminales" electrónicos,
podremos mañana cortarnos tan fácilmente de una red presente a
cada paso?
1)Workshop ciudades
2.0>> proyecto METROSCOPE
Presentación del proyecto Métroscope por Daniel
Monello, Jean-Marc Bullet, Louis Eric Maucout y Axel Morales.
Todo comienza con una palabra, una TAG que cogemos con su
móvil. Una captura virtual, una trampa a información, de un gesto
simple y rápido absorbemos el dato. La perspectiva tipográfica
invirtiendo el techo, provoca la levanta de la mirada, interroga lo que pasa
arriba, haciendo del coche un metro a cielo abierto.
De todo los spots existente en la ciudad de París (los
buenos planes, los lugares insólitos, los acontecimientos
espontáneos, etc.) cuáles difundir? Es allá dónde
el sistema se vuelve interesante. Primero, únicamente los datos que
conciernen a los lugares atravesados son retenidas. Luego, solo las
correspondiente al POI (preferencias) de los viajeros son difundidos.
Así el metro se hace el reflejo de lo que atraviesa y de aquellos a los
que transporta. Pero todo el interés reside en el hecho que jamás
se sepa al quien esta destinada cada TAG. Puede ser el reflejo de las
elecciones de la banda de jóvenes levantados en medio del coche, los
gustos del hombre sentado de asunto en frente, la opinión de la joven
mujer conectada sobre su walkman Mp3 o las envidias del viejo hombre que
observa pasivamente Métroscope. Todas estas diferentes personalidades se
ponen, durante un instante, en común con el fin de constituir un paisaje
numérico colectivo de los lugares atravesados.
Nada impide pues a un viajero apropiarse un TAG de otro y de
descubrir una nueva dimensión de la ciudad. Esta perspectiva de palabra,
este patchwork de mirada, existe por y para los viajeros.
Una vez absorbido, el mensaje toma todo su sentido: el
móvil muestra el periscopio hasta la superficie para precisar un detalle
o un buen plano, para proponer una actividad a una hora precisa o un
acontecimiento espontáneo, en la esquina de una calle que se atraviesa
cada día, pero algunos metros abajo...
La ambición del servicio está en primer lugar
permitirles a los viajeros impregnarse de lugares atravesados en metro. El
objetivo es luego animar una forma de microturismo: cada «post» hace
descubrirles una parte de "su" ciudad, es decir su propia mirada sobre la
ciudad, a los viajeros del metro que pasan bajo su "zona". El cambio se hace
pues entre los viajeros pero también entre estos últimos y los
que dejan un «post». El cruzamiento de las miradas enriquece las
diferentes facetas de la ciudad y sus interpretaciones. Después de esta
primera aproximación de la plataforma Métroscope tal como esta
entregada a los viajeros viene la segunda fase: la apropiación. Crear
TAGS colectivas y secretos para la mayoría pero claros para los
iniciados, difundir Live-Post filmando en directo acontecimientos
insólitos sobre las zonas atravesadas, imaginar un juego de papel que se
apoya en la colecta de informaciones precisas localizadas en el tiempo y en el
espacio ... Las posibilidades de desvío son múltiples y es la
maleabilidad del servicio que dará seguramente un segundo soplo,
más personal porque además de poner en común el saber, la
inteligencia colectiva permite poner en común las ideas, los usos.
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