I. La cultura de la
producción
Nos situamos en un período que se extiende de finales
del siglo 19, y continúa hasta principios del siglo que seguirá
Era un periodo cuando el proveedor era rey, y el mercado
caracterizado por su docilidad, y la absorción de lo que podía
ser fabricado, de una manera, esencialmente a este tiempo, basada en el
mejoramiento de las cantidades y de los métodos de producción,
refiriéndose a la minimización de los costes.
La producción en
serie:
Qué se trate del taylorismo, o del fordismo, numerosas
eran las organizaciones científicas que conocían los
procedimientos de fabricación, y que esencialmente se referían a
la minimización del tiempo despachado en la producción, con el
fin de aumentar las cantidades producidas, y minimizar los costes para aumentar
los provechos de la empresa.
Este período conocía dos categorías de
problemas que preocupaba cada gerente:
Ø El desarrollo de una producción en serie
utilizando nuevas máquinas o procedimientos destinados para hacerlo.
Ø Para aumentar la capacidad de producción, era
indispensable reunir los fondos necesarios, lo que colocó al responsable
financiero como corazón del juego, al mismo pie, de igualdad, al
responsable de la producción.
La gestión de la
empresa bajo la cultura producción:
Las funciones producción y finanzas estaban en el
corazón de la gestión de la empresa, y ambos responsables
decidían del destino de las otras funciones, repartiéndose las
principales tareas, como:
· Director de producción: estudiaba mercado,
política producto, animaba, presentaba las ventas, se ocupaba del
servicio post-venta ...
· Director financiero: calculaba los precios,
preveía las ventas, las administraba, ...
También hay que anotar que la función comercial
sólo era subalterna.
La empresa y el mercado:
La era de la producción conocía una demanda que
sobrepasa de lejos la oferta que existía sobre el mercado, la
liquidación del producto era asegurada, bastaba con producir.
La empresa productora dominaba al cliente, que estaba
dispuesto a comprar todo lo que se encontraba sobre el mercado, que
conocía penurias de bienes.
Esta óptica sobreentiende una visión
estática de la empresa, que se consideraba introvertida, y la
producción emanaba del interior, el producto se concebía en los
laboratorios oscuros, sin tomar en consideración ninguna
consideración de las opiniones de los clientes.
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