Niguel Rossi DjiolefackKengni
TRATAMIENTO DE LOS ADVERBIOS PROORACIONALES EN LOS
MANUALES DE ESPAÑOL COMO LENGUA EXTRANJERA: LOS MANUALES AULA
INTERNACIONAL NUEVA EDICIÓN (A2/B1)
TRABAJO DE FIN DE MÁSTER
Dirigido por la
Dra.MariaBargallóEscrivà
Máster universitario en Enseñanza de
Lenguas: Español como Lengua Extranjera
Tarragona
2022
G
ÍNDICE
ÍNDICE
3
Agradecimientos
5
Siglas y abreviaturas.
6
Resumen
7
Abstract
8
Introducción
9
CAPÍTULO 1: MARCO
TEÓRICO
13
1. Precisiones
terminológicas
14
1.1. Adverbios
oracionales.
14
1.2.
Proforma
19
1.3. La
prooración
23
2. Los adverbios
prooracionales.
28
3. Adverbios
prooracionales frente a adverbios oracionales
33
3.1.
Similitudes
34
3.2.
Divergencias
35
CAPÍTULO 2: IMPORTANCIA DE LOS
ADVERBIOS PROORACIONALES EN LA COMPETENCIA PRAGMÁTICA
39
1. Sobre la
competencia pragmática: y los adverbios prooracionales?
40
2. Adverbios
prooracionales y Principio de Cooperación
44
3. Adverbios
prooracionales y Principio de la economía
lingüística
49
4. Adverbios
prooracionales como estrategias pragmáticas de
comunicación
52
CAPÍTULO 3: METODOLOGÍA DE
LA INVESTIGACIÓN
60
1. Tipo de
investigación
61
2.
Método
61
3. Técnica
de recogida y análisis de datos
62
4.
Descripción y justificación del corpus
seleccionado
62
4.1. EL
PCIC
62
4.2. Los
manuales
63
5. Criterios de
análisis de los manuales
65
CAPÍTULO 4: ANÁLISIS DE LOS
MANUALES E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
66
1. Resultado del
análisis del PCIC
67
2. Resultado del
análisis de los manuales
70
3. Discusión
de los datos
82
3.1. En Aula
internacional 2 Nueva edición
83
3.2. En Aula
internacional 3 Nueva edición
86
CAPÍTULO 5: APROXIMACIONES A LA
DIDÁCTICA DE LOS ADVERBIOS PROORACIONALES
91
1. Consideraciones
previas.
92
2. Propuesta de
actividades
96
Conclusiones
102
Referencias
bibliográficas
106
Agradecimientos
Quiero dar las gracias a todos los profesores del
máster por haberme permitido vivir esta formación
académica rica en experiencias y, sobre todo, por los conocimientos
adquiridos. Gracias, especialmente, a mi tutora,
MariaBargallóEscrivà, por todas sus orientaciones tanto
personales como académicas y por haberme ayudado a dar este paso
importante en la investigación científica.
Finalmente, gracias a toda mi familia por su
acompañamiento emocional durante toda esta experiencia.
Siglas y
abreviaturas.
SN: Sintagma nominal
SSNN: Sintagmas nominales
AAPP: Adverbios prooracionales
ELE: Español como Lengua Extranjera
L2: Segunda lengua
LE: Lengua Extranjera
PCIC: Plan Curricular del Instituto Cervantes
MCER: Marco Común Europeo de Referencia para les
lenguas.
DICENLEN: Diccionario electrónicode enseñanza y
aprendizaje de lenguas.
Resumen
El presente trabajo se centra en la revisión de los
adverbios prooracionales en dos manuales didácticos del Español
como Lengua Extranjera (ELE): Aula internacional 2 Nueva
edición y Aula internacional 3 Nueva edición. En
concreto, se analiza su tratamiento didáctico en estos manuales para ver
el grado de consideración que reciben en cuanto elementos fomentadores
de la competencia pragmática de los aprendientes. Para hacerlo, se han
explotado los datos recogidos que indican su menciónexplícita o
implícita en las diferentes actividades que componen ambos manuales. Los
resultados obtenidos revelan que la alusión a los adverbios
prooracionales se hace, en gran medida, de manera implícita y que
constituyen muy pocas vecesun centro de interés en las actividades en
las que aparecen;lo que traducela poca consideración de estos elementos
en el diseño de los manuales analizados. Sin embargo, en vista de su uso
muy frecuenteen las conversaciones diarias y del valor pragmático que
subyace a ello, se procura resaltar su importancia en el fomento de la
competencia pragmática de los estudiantes y plantear la necesidad de
incrementar su alusión explícita en los materiales
didácticos.
Palabras clave: adverbios
prooracionales,Español como Lengua Extranjera,enseñanza
explícita, descripción metapragmática, competencia
pragmática.
Abstract
The present study focuses on the analysis of pro-phrasal
adverbs in two Spanish as a Foreign Language (ELE) textbooks: Aula
Internacional 2 Nueva edición and AulaInternacional 3 Nueva
edición. Specifically, the degree of importance they receive in
these textbooks as elements that foster pragmatic competence in learners is
analyzed. To do so, data that marks its explicit or implicit mention in
different activities in both textbooks were collected. The results obtained
reveal that references to pro-phrasal adverbs are made, to a large extent,
implicitly. Additionally, they rarely constitute a center of interest in the
activities in which they appear; thus, demonstrating the lack of importance
pro-phrasal adverbs receive in these textbooks. Due to its extremely frequent
use in daily conversation and the pragmatic value that underlies it, this work
seeks to highlight the importance of pro-phrasal adverbs in promoting the
pragmatic competence of students and raise the need to increase its explicit
mention in educational materials.
Key words: pro-phrasal adverbs, Spanish as a Foreign
Language, explicit teaching, metapragmatic description, pragmatic competence.
Introducción
Estamonografía tiene sus fundamentos en un trabajo
anterior realizado desde una perspectiva teórica de la gramática
descriptiva de la lengua española. Consistía en hacer un reajuste
en el marco conceptual de la subcategoría de los adverbios
prooracionales (a parir de ahora, AAPP), eliminar o reducir algunas confusiones
al respecto y, finalmente, aportar a las que ya venían proporcionadas en
textos de referencia informaciones complementarias sobre su
caracterización y funcionamiento en la lengua española. Se
entiende por adverbio prooracional aquel adverbio que, debido a su
variado comportamiento, llega a funcionar como sustituto de una oración.
En este sentido, un adverbio prooracional aparece como un elemento
semánticamente equivalente a una oración.
Sobre esta base, en la presente investigación, se
analiza el tratamiento de estos adverbios en dos manuales de enseñanza
de ELE: Aula internacional 2 Nueva edición y Aula
internacional 3Nueva edición. El interés por este trabajo
radica en el hecho de que se ha observado poca consideración de estos
elementos en los materiales didácticos. Difícilmente aparecen en
manuales de enseñanza de ELE como foco de atención de
algún tema o actividad. En los manuales revisados, los resultados de
análisis revelan que la alusión los AAPP se hace, en su
mayoría, de manera implícita, puesto que, en la mayoría de
sus ocurrencias, no forman parte del objetivo didáctico de las
diferentes actividades en las que aparecen, y sirven más como
herramientas secundarias para alcanzar otros objetivos o realizar otras tareas.
Sin embargo, constituyen recursos lingüísticos empleados muy
frecuentemente por los hablantes nativos. Muchas veces, tras el uso de estos
elementos, subyace un valor pragmático necesario para que la
comunicación tenga éxito y sea satisfactoria para los hablantes.
Por tanto, su fuerte recurrencia en los intercambios conversacionales
cotidianos de los hablantes nativos y el valor pragmático que conllevan
pueden constituir motivos suficientes como para aludir a ellos de manera
explícita en las actividades diseñadas en manuales de ELE. Al
hacerlo, se contribuiría al desarrollo de la competencia
pragmática de los aprendientes y, por tanto, de su competencia
comunicativa.
La bibliografía especializada en la enseñanza de
lenguas extranjeras (LE) o de segundas lenguas (L2), y, principalmente, en el
campo de ELE, cuenta con un importante número de textos de referencia
que han abordado y revisado ampliamente la cuestión de la competencia
pragmática, destacando su importancia en el proceso de enseñanza
y aprendizaje. Por ello, el componente pragmático ocupa un lugar
significativo tanto en el Plan Curricular del Instituto Cervantes como en el
Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas.
Entre los trabajos que tratan de la competencia
pragmática, los que se relacionan, de una manera u otra, con la
categoría de los adverbios los integran entre los operadores
discursivos, los cuales se presentan como recursos lingüísticos
necesarios para una construcción eficiente del discurso y, por tanto,
imprescindibles para adquirir la competencia discursiva. Entre ellos destaca
Garrido Rodríguez (1999), quien, en su estudio de los llamados
conectores pragmáticos, se basa en la teoría de la
argumentación y de la relevancia para presentar estos operadores como
elementos imprescindibles para la producción e interpretación de
discursos coherentes y correctamente cohesionados. Asimismo, Martín
Zorraquino (2004), al revisar los marcadores discursivos, se interesa por su
tratamiento lexicográfico y su enseñanza a los extranjeros,
dificultados por el carácter heterogéneo de esta
categoría. García Agüero (2016), por su parte, examina la
variedad mexicana de los marcadores del discurso, sumando a su tradicional
función conectiva el papel de indicadores de cortesía. En su
estudio de los marcadores evidenciales como medio de adquisición de la
competencia pragmática, Cigliè (2020), procura mostrar su uso
como una estrategia comunicativa que permite atenuar o intensificar lo
expresado, protegiendo la imagen de todos los participantes del acto
comunicativo. Sin embargo, incluyendo los demás trabajos similares que
hemos podido consultar, pocos se interesan por el carácter prooracional
de los adverbios ni porel relevante valor pragmático que subyace a su
uso en la comunicación. Por tanto, en una dinámica de
continuidad, en este trabajo se procura mostrar que los AAPP también
forman parte de aquellos recursos lingüísticos cuyo uso favorece el
éxito comunicativo y fomenta igualmente la competencia pragmática
de los estudiantes.
Una vez situado el problema y mencionadas las razones que nos
han motivado a realizar esta investigación, es necesario indicar que el
objetivo principal perseguido ha sido analizar el tratamiento de los adverbios
prooracionales en los dos manuales didácticos indicados, con el fin de
determinar la importancia que reciben estos recursos lingüísticos
y, a partir de ello, presentar los beneficios de su implementación
pedagógica para el fomento de la competencia comunicativa,
especialmente, la pragmática. Para conseguir el objetivo planteado,
nuestra investigación pretende dar respuestas a las siguientes preguntas
fundamentales:
· Qué información sobre los AAPP pueden
leer los profesores en los manuales?
· Cómo se presenta esta subcategoría
adverbial a los alumnos?
· Qué valor se les otorga a los adverbios
prooracionales en la enseñanza de ELE?
· En qué medida puede la enseñanza
explícita de estos elementos incrementar la competencia
pragmática de los alumnos?
Estas respuestas se concretarán mediante los objetivos
específicos que se enuncian a continuación:
- Asentar el marco conceptual y característico de los
adverbios prooracionales, para facilitar la comprensión de esta
subcategoría adverbial;
- Evaluar el grado de inclusión de estos recursos
lingüísticos en los manuales de enseñanza-aprendizaje de
ELE, para determinar la importancia concedida a ellos;
- Presentar las ventajas de los AAPP en el desarrollo de la
competencia pragmática;
- Proponer algunas vías de solución para un
tratamiento didáctico adecuado de los AAPP.
La realización de este trabajo obedece a pautas
metodológicas precisas y adaptadas a nuestro campo de
investigación para alcanzar los objetivos planteados. De hecho, con este
análisis se describe cómo se tratan los AAPP en las distintas
actividades de los manuales elegidos. Para hacerlo, nos hemos basado en el
método cualitativo, porque nos parece más adecuado para las
investigaciones de tipo descriptivo. Además, el procedimiento empleado
refleja las características propias de un estudio cualitativo, tal como
está descrito por Hernández Sampieri et al (2018).
Así pues, este trabajo se organiza en torno a cinco
capítulos bien delimitados, que constituyen los diferentes ejes
articulatorios de la investigación. En el primero, se presenta el marco
conceptual y descriptivo de los AAPP no solo para plantear y contextualizar el
objeto de estudio, sino, sobre todo, para ofrecer (en vista de las
inconsistenciasobservadas en muchos textos) una base teórica apropiada y
exenta, al mínimo posible, de confusiones, en la cual los profesores
pueden apoyarse para tratar estos elementos en clase. En el segundo
capítulo,se procura presentar las ventajas del uso de los AAPP en el
fomento de la competencia pragmática y su contribución al
éxito comunicativo. El capítulo tres presenta el marco
metodológico, en el que se exponen el enfoque escogido y el
procedimiento seguido para la realización del estudio. El cuarto
capítulo consiste en presentar y comentar los datos recogidos sobre la
alusión explícita o implícita de los AAPP en los
materiales seleccionados, para determinar la importancia que se concede a estos
elementos. Finalmente, en el quinto capítulo, se hacen breves
aproximaciones a la didáctica de los AAPP, en las que se ofrecen
posibles vías de solución para implementar un tratamiento
didáctico adecuadode estos elementos,y se acompañan de unas
actividades ilustrativas que sirven como muestras de la propuesta. Cierran este
trabajo las conclusiones y las referencias bibliográficas utilizadas
para su elaboración.
CAPÍTULO 1: MARCO
TEÓRICO
En este primer capítulo, se presenta el marco
conceptual en torno alos AAPP. El objetivo principal es, por una parte, revisar
lo que se entiende por adverbio prooracional, sus
características y su funcionamiento en la lengua y, por otra, resaltar
su grado de consideración, en trabajos precedentes, como recursos para
el desarrollo de la competencia pragmática. Pero, para facilitar la
comprensión de esta subcategoría adverbial, se hacen algunas
precisiones terminológicas previas, especialmente sobre los conceptos de
adverbiooracional, de proforma y de
prooración, y se intenta explicar la diferencia entre un
adverbio oracional y un adverbio prooracional, con el fin de evitar posibles
confusiones entre ambas subcategorías.
1. Precisiones
terminológicas
Se revisan en este subapartado tres conceptos: adverbio
oracional, proforma y prooración.
1.1. Adverbios
oracionales.
En la clasificación habitual de los adverbios, se suele
ver una agrupación en dos grandes clases: los adverbios nucleares o
inferiores o internos (al predicado), por una parte, y, por otra, los adverbios
periféricos o superiores o externos. Los primeros funcionan generalmente
como modificadores de algún núcleo en una oración, el cual
puede ser el verbo o cualquier otro núcleo sintagmático (nominal,
adjetival). Los últimos, por su parte, suelen tener un alcance
más amplio, siendo modificadores, no de un constituyente oracional, sino
de la oración entera. Son estos, por tanto, los que se conocen como
adverbios oracionales. También han recibido, por parte de
distintos autores, muchas otras apelaciones: adverbios de frase, adverbios
de modalidad, adverbios sentenciales, adverbios de actitud oracional,
modificadores oracionales, atributos oracionales, comentadores oracionales,
entre otras. La mayoría de estos adverbios suelen ser los que
terminan con el sufijo -mente, pero también funcionan como
tales muchas locuciones adverbiales: a decir verdad, en resumen,
al contrario, en pocas palabras, entre otras.
En palabras de González Ruiz (2005-2006, p. 201),
«los adverbios de frase no funcionan en el interior de la
oración1(*) sino en
el seno de una unidad superior. Tienen, pues, un carácter marginal
externo a la predicación». De hecho, estos adverbios tienen en
común esta gran marginalidad con respecto a la oración en la que
se encuentran, puesto que suelen aparecer separados del resto de los
constituyentes oracionales por pausas entonacionales, muy a menudo,
materializadas escrituralmente por comas. Además de ser marginales,
también se caracterizan por su gran movilidad dentro de la
oración, en la cual se hallan ya sea en posición inicial, final o
intercalados entre el sujeto y el verbo, cuya diferencia solo es
estilística (Kovacci, 1980, p. 520). Esas características las
podemos comprobar en las construcciones siguientes:
(1) a. Finalmente2(*), opté por desconectar el
aparato. (Despuésdelinvierno3(*), p. 106)
b. Opté, finalmente, por
desconectar el aparato.
c. Opté por desconectar el aparto,
finalmente.
A veces, puede ocurrir que se omita la coma representativa de
la pausa. En parecidos casos, la única manera de identificar la
marginalidad es la entonación. Dicha omisión, cuando es
facultativa, no altera en nada el hilo semántico ni sintáctico de
la oración:
(2) a. Probablemente
quería disfrutar durante unos minutos suplementarios la atmósfera
de mi relato. (Despuésdelinvierno, p. 17)
a'. Probablemente, quería
disfrutar durante unos minutos suplementarios la atmósfera de mi
relato.
Sin embargo, existen otros casos cuya omisión de la
coma es susceptible de modificar el valor sintáctico de la estructura
oracional y, por consiguiente, su valor semántico. Por ello, no es lo
mismo decir, por ejemplo, No podré olvidar el viaje
naturalmente que No podré olvidar el viaje, naturalmente.
En el primer caso, con la ausencia de la coma, el adverbio
naturalmente expresa la manera de olvidar, por lo que desempeña
la función de aditamento, siendo modificador verbal. En cambio, en el
segundo caso, con la coma, el mismo adverbio ya no expresa la manera de
olvidar, sino la evidencia o certeza del hecho de no poder olvidar el viaje,
por lo que incide en la oración entera y no solo en el verbo. El
adverbio naturalmente, en este último caso, se considera, pues,
adverbio oracional y desempeña la función de modificador de la
oración4(*). La coma,
en este caso, refleja la pausa que caracteriza al adverbio oracional, de modo
que su presencia o ausencia determina la función desempeñada por
el adverbio en cuestión. Cuando dicha pausa no está presente, el
adverbio oracional deja de interpretarse como tal5(*) y pasa a ser ya un adverbio interno al grupo verbal,
ya un modificador suboracional, esto es, de un núcleo
sintagmático que no sea el verbo (RAE, 2010, p. 594).
Conviene notar que las distintas funciones o papeles asumidos
por la mayoría de los formantes que pertenecen al conjunto de los
adverbios oracionales se orientan más al campo pragmático que al
sintáctico. Kovacci (1980-1981, p. 520) menciona algunos de estos
papeles que suelen desempeñar en una oración: ser índices
de modalidad; especificar el valor veritativo de la modalidad; cualificar el
decir -orientado bien hacia el hablante, bien hacia el oyente-; evaluar la
aserción efectuada por una proposición y actuar también
como modificadores valorativos del núcleo oracional. De hecho, eso
obliga a que se necesite convocar el componente pragmático cuando se
quiere realizar un análisis adecuado de las oraciones en las que
comparecen, tal como lo recalca Mora Millán (1992, p. 246):
El adverbio de frase forma parte de aquellos elementos de la
lengua que no pueden ser descritos sino en relación con la
orientación pragmática del discurso, pues es una unidad que se
halla en la lengua, prevista por la lengua concebida como sistema virtual
abstracto, ligada a su vez, a la actividad lingüístico-enunciativa
cuyos mecanismos de formulación no pueden ser detectados, ni mucho menos
explicados, sin referencia a una dimensión pragmática.
Existen diferentes subclasificaciones de los adverbios
oracionales en función de las interpretaciones subyacentes. Sin embargo,
las variadas especificidades y particularidades que se notan en muchos de estos
adverbios provocan, a veces, repeticiones, confusiones e, incluso,
polémicas. Por ello, en el marco de este trabajo, solo nos limitamos a
mencionar una clasificación genérica que agrupa a adverbios
oracionales con parecidos comportamientos, y que aprueba la mayoría de
los gramáticos sobre esta cuestión. De hecho, tenemos dos grandes
grupos de adverbios oracionales: los adverbios del enunciado y los adverbios de
la enunciación6(*) o,
respectivamente, «disjuntos de actitud» y «disjuntos del
estilo» (Martín Zorraquino, 2015, p. 41).
También llamados adverbios de modalidad, los
adverbios del enunciado sirven al hablante para expresar una evaluación
modal desde el nivel externo al propio mensaje, el cual se proyecta sobre el
contenido proposicional. Son, en palabras de González Ruiz (2005-2006,
p. 203), «modificadores del enunciado, manifestaciones formales de la
modalidad metaproposicional». Algunos de estos adverbios se
realizan en las estructuras oracionales siguientes:
(3) a. Y verdaderamente ninguno ha sido
tan benévolo como éste.(La mordaza, p. 189)
b. Probablemente quería
disfrutar durante unos minutos suplementarios la atmósfera de mi relato.
(Despuésdelinvierno, p. 17)
Este grupo de adverbios suele subdividirse en otros más
específicos. Así, se puede hablar, entre otros, de los
evaluativos, factivos o emotivos, que reflejan la actitud del locutor y su
estado anímico mediante una valoración subjetiva que le da al
contenido de su enunciado (absurdamente, felizmente, desafortunadamente,
milagrosamente, etc.); de percepción (aparentemente,
manifiestamente, perceptiblemente, etc.); de frecuencia (frecuentemente,
habitualmente, ocasionalmente); de necesidad y obligación
(necesariamente, forzosamente, inevitablemente, etc.); de
actuación del sujeto «que expresan una evaluación del
hablante respecto de la actuación del sujeto personal como agente que
puede optar por realizar o no la acción» (Kovacci, 1999, p. 751)
(prudentemente, sabiamente, tontamente, etc.). También se
integran los «modales propiamente dichos» (Porroche, 2006, p. 497),
que traen contenidos modales evidenciales y epistémicos expresando la
valoración de una aserción en grado de verdad / no verdad, o de
certidumbre/incertidumbre (probablemente, ciertamente, evidentemente,
indudablemente, etc.)
El comportamiento de los adverbios del enunciado reflejan
similitudes con los llamados atributos oracionales de Alarcos (1969).
El carácter atributivo de este tipo de adverbio se debe a que es
«transformable en atributo de una oración atributiva» (p.305),
por lo que posibilita parafrasearla por una estructura atributiva con el verbo
copulativo ser en la tercera persona de singular: ser +
adjetivo + que o ser + SN + que. Eso lo
podemos aplicar a los ejemplos de (3), retomados en (4):
(4) a. Y es verdadero / verdad que
ninguno ha sido tan benévolo como éste.
b. Era probable / una probabilidad
que quisiera disfrutar durante unos minutos suplementarios la
atmósfera de mi relato.
En el segundo grupo de los adverbios oracionales están
los de la enunciación, también llamados adverbios de acto de
habla, adverbios de manera de decir o adverbios del acto verbal,
entre otras apelaciones, que aportan contenidos relativos a alguno de los
componentes -emisor o receptor - del acto de comunicación. El hablante
los usa para matizar o describir el acto comunicativo, razón por la cual
se consideran «modalizadores de la enunciación»
(González Ruiz, 2005-2006, p. 203) o modificadores de la
enunciación (Porroche, 2006, p 495). En realidad, los adverbios
enunciativos, a diferencia del grupo anterior, no modifican propiamente al
enunciado en el que intervienen, sino más bien un verbo que no
está formalmente mencionado (decir, confesar,etc.), pero que
indica la manera en que se expresa un enunciado. Por ello, Kovacci (1980-1981,
p. 521) los denomina «cualificadores del decir». Entre ellos, se
pueden mencionar sinceramente, francamente, honestamente, seriamente,
etc. También integran este subgrupo adverbios llamados de punto de
vista, temáticos7(*)o de topicalización
(jurídicamente, lingüísticamente, económicamente,
políticamente, etc.) y los adverbios conjuntivos (primero,
además, finalmente, etc.). Para reconocerlos, González Ruiz
(2000, p. 304-305) propone una serie de paráfrasis que justifican su
incidencia en el decir del locutor: hablo/digo + adverbio;
hablando + adverbio; dicho + adverbio, a los cuales se
podrían sumar para hablar + adverbio, para ser +
adjetivo de origen, hablando de manera + adjetivo, entre
otras. De este modo, al parafrasear la oración de (5a), se
obtendrían los enunciados de (5b), (5c) y (5d):
(5) a. Sinceramente, no me ha
gustado la comida china.8(*)
b. Hablo/digo/hablando/dicho
sinceramente, no me ha gustado la comida china.
c. Para ser sincero, no me ha
gustado la comida china.
d. Hablando de manera sincera,
no me ha gustado la comida china.
Cabe señalar que la taxonomía anteriormente
propuesta sobre los adverbios oracionales no constituye sino una de las
múltiples propuestas disponibles en la bibliografía que trata
esta cuestión, aunque es la más común y aceptada por los
especialistas. Las similitudes y discrepancias que se pueden notar en adverbios
de un mismo grupo constituyen uno de los variados aspectos que justifican la
gran heterogeneidad y complejidad que caracteriza particularmente la
categoría de los adverbios en general. Por este motivo, Bosque (2007, p.
127) calificó la clase de los adverbios como «la clase peor
definida en las gramáticas».
1.2. Proforma
En nuestra comunicación diaria, es muy común
emplear algunas unidades lingüísticas en el lugar de otras con las
que comparten valores similares, bien sintácticos bien
semánticos. Este fenómeno se identifica, gramaticalmente, como
sustitución, y los formantes que funcionan como sustitutos se
conocen bajo el nombre de proformas. Según Tordera (2017, p.
49), «Se entiende por proforma aquel elemento gramatical que está
en sustitución de cualquier otro elemento». Esta definición,
sin embargo, si bien es admisible, resulta incompleta, ya que solo considera el
componente puramente gramatical o morfemático de la sustitución
realizada. De hecho, la sustitución mediante proformas se refiere al
proceso léxico o gramatical, en el cual una palabra, un sintagma, una
oración o un enunciado cualquiera se sustituye por una unidad
lingüística de igual función o referencia que la palabra o
enunciado sustituido.
Dependiendo de si la sustitución realizada es
léxica o gramatical, de igual manera, las proformas pueden ser
léxicas o gramaticales. Las primeras, que se corresponden con las
llamadas palabras baúl9(*) o palabras comodín10(*), son palabras
léxicas con contenido léxico propio y se relacionan
semánticamente con el enunciado al que se refieren. Se caracterizan por
tener un significado genérico y por utilizarse como sustitutos
ocasionales de palabras más concretas. Algunas de estas proformas
sustituyen a sustantivos: persona (para sustantivos con rasgo humano)
y cosa, hecho, cuestión, asunto, situación,
elemento, etc. (para sustantivos con rasgo no humano). Otras se utilizan
como sustitutos verbales: hacer (para los verbos de acción);
ocurrir o suceder (para hechos o procesos), entre otros.
Por su parte, la proforma gramatical es una palabra o morfema,
desprovista de contenido léxico propio, que se usa como sustituto de
alguna unidad lingüística mencionada anteriormente; y su referente
viene determinado por su antecedente o por la situación comunicativa.
Las proformas gramaticales, por sus características, integran el grupo
de las palabras funcionales, ya que estas no tienen significado propio sino
funcional o gramatical; carecen de referencia extralingüística;
solo desempeñan un papel dentro del lenguaje mismo; y obtienen su
significado a partir del contexto, ya sea lingüístico o
extralingüístico. Por tanto, el cambio de contexto repercute en su
significado. Las proformas gramaticales más difundidas y estudiadas son
los pronombres -personales, posesivos, demostrativos, indefinidos, etc.-, pero
también hay proadjetivos y proadverbios.
El pronombre11(*) designa, tradicionalmente, aquella categoría
que se usa en el lugar del sustantivo o del SN y que desempeña, por
consiguiente, las funciones propias de los mismos. Considerando el prefijo
pro- como sustituto y -nombre como entidad afectada por la
sustitución, el pronombre actúa como sustituto del nombre en
general o de cualquier otra construcción con función nominal. Sin
embargo, a diferencia de las consideraciones tradicionales del pronombre como
categoría independiente de palabras, algunos especialistas de la
gramática moderna, a semejanza de Di Tullio (1997), prefieren
considerarlos como una subclase de la clase de los sustantivos o de los SSNN,
«ya que comparte su potencial funcional y, en alguna medida, la estructura
interna del sintagma del que forma parte» (p. 160). Esta autora se basa en
el problema que sugiere la definición de pronombre como sustituto del
nombre. Entre otras razones, se menciona la dificultad de identificar a
qué sustantivos sustituyen los pronombres personales de primera y
segunda persona. Además, se considera que el pronombre no lo es del
sustantivo, en términos estrictos, sino de todo el SN, tal como se puede
apreciar, en la oración de (6):
(6) a. Negué con la cabeza y miré
discretamente el reloj de pared.
(Despuésdelinvierno, p. 50)
a' Negué con la cabeza y lo
miré discretamente.
Según se observa en (6a), es todo el SN el reloj de
pared lo que es sustituido por el pronombre lo, y no el
sustantivo reloj ni pared. Y la paráfrasis (6a')
demuestra que ambos, SN y pronombre, desempeñan la misma función
sintáctica de OD.
Frente a estas reflexiones anteriores, pensamos que no se
elimina del pronombre su carácter de sustituto nominal, dado que ocupa
el lugar del sustantivo dentro de la oración y que sustantivo y SN son
funcionalmente equivalentes, por lo que el sustituto del uno puede serlo del
otro sin ningún problema. De todas formas, queda evidente que hasta la
fecha se sigue manteniendo la idea de pronombre como sustituto del nombre,
aunque no parece, obviamente, una opinión universal. Por mucho que unos
desaprueben el término pronombre proponiendo alternativas como
sustituto o proforma, según se nota en Marcos
Marín et al, citados por Crego García (2003, p. 203),
siempre queda vigente, actualmente, la apelación pronombre, no
solo por «respeto a la gramática tradicional», sino
también porque eliminar un término parecido implica proponer otro
que sea más adecuado, con más claridad, sin confusión y
que solvente los problemas del término precedente; lo cual
todavía no parece efectivo. Por tanto, en este trabajo, se prefiere
mantener el término pronombre para evitar o limitar
ambigüedades y/o controversias, puesto que las voces sustituto o
proforma se caracterizan por ser genéricos y conllevan otros
elementos que no encierran necesariamente las mismas características que
los pronombres propiamente dichos.
Se clasifican los pronombres en varios grupos, entre los que
destacan los personales (tónicos o sujetos y átonos o
complementos). También hay los pronombres posesivos
(mío12(*),
tuyo, suyo, con sus variaciones, etc.), demostrativos (este, ese,
aquel, con sus variaciones, etc.), interrogativos (qué?,
quiénes?, etc.), relativos (que, quien(es), etc.),
cuantitativos (cuanto, dos, etc.) e indefinidos (ninguno, mucho,
todo, etc.).
En cuanto al segundo grupo de proformas, los proadjetivos, se
trata de elementos lingüísticos que se usan en el lugar de
adjetivos. Son, pues, sustitutos de adjetivos o de construcciones con
función adjetival. Por consiguiente, desempeñan las mismas
funciones sintácticas que los adjetivos a los que sustituyen y ostentan
las mismas características flexivas. El formante más difundido
de estas proformas es la palabra tal,obviamente, en su función
adjetival. En la construcción de (7), la proforma tal, cuya
función es la de adyacente nominal, está en sustitución de
cualquier adjetivo calificativo susceptible de ocupar este espacio
funcional.
(7) Quizá esa noche tuve el presentimiento de que
algo iba a suceder (...) y tal circunstancia propició
que me abriera a chusma con la que no suelo mezclarme (Después
del inverno, p. 15)
También se considera proadjetivo el adverbio
así, cuando sustituye a adjetivos calificativos y
desempeñan las mismas funciones que estos. Esto se produce solo cuando
desempeña una función atributiva o de adyacencia nominal, como lo
demuestra el siguiente ejemplo:
(8) a. No es fuerte, pero tiene lo que a
otros les falta. (La mordaza, p. 178)
a'. No es así, pero tiene lo que a
otros les falta.
En cuanto a los proadverbios, son proformas que se usan como
sustitutos de adverbios o de construcciones adverbiales, las cuales pueden ser
un SN, un Sprep o una subordinada adverbial. Se considera proadverbios a los
adverbios aquí, ahí, ahora, así, entre otros
(Vivimos bien en Madrid/aquí), pero no hay que
confundir proadverbio y adverbio prooracional, ya que el
primero sustituye a un adverbio, mientras que el último, según se
comentará en los próximos apartados, es sustituto de una
oración. El proadverbio así, se destaca particularmente
por su capacidad para sustituir a otros adverbios, rasgo difícilmente
perceptible en los demás proadverbios (Me siento
bien/así.). Este rasgo puede
llevar a considerarlo proadverbio por excelencia, dado que los demás
solo suelen limitarse a la sustitución de elementos
morfológicamente distintos del adverbio.
Por último, en opinión de Gómez Asencio,
(2016, p. 176), los pronombres son palabras vacías de función
oracional específica que adoptan el papel de un sustantivo, un adjetivo
o un adverbio, de modo que habría, pues, pronombres sustantivos,
pronombres adjetivos y pronombres adverbios, los cuales corresponden,
respectivamente, a prosustantivos, proadjetivos y
proadverbios.
1.3. La
prooración
A diferencia de las proformas hasta aquí presentadas,
que solo sustituyen alguna parte de la oración, ya sea una palabra, un
sintagma o una proposición subordinada, existen otras proformas que
sustituyen a unidades superiores, especialmente, las oraciones. Son las
llamadas proformas oracionales y equivalen a lo que Lope Blanch (1985)
llama prooración.
Se echa en falta, hoy, una bibliografía nutrida sobre
la cuestión de la prooración en lingüística
española. Los especialistas de la gramática que la abordan solo
se limitan a mencionarla como realidad morfosintáctica, por lo que son
pocos los trabajos que disponen de una revisión detenida de tal
elemento. Desde un punto de vista morfológico, la palabra
prooración está constituida por dos morfemas:
pro-, que significa en lugar de, y -oración.
El término fue acuñado por Lope Blanch (1985), en su estudio
sobre la estructura del discurso en el «Oráculo manual»:
« he llamado prooración - y éste es el único
término de mi propia cosecha- al morfema o sintagma de estructura no
oracional que implica -reproduce, complementándola de algún modo-
una oración (o frase) ya expresada» (p. 102). De esta manera,
prooración equivale a proforma oracional,
sustituto oracional, o según Di Tullio (1997: 161),
«procláusula».
Se entiende, con esta definición, que cualquier palabra
o sintagma capaz de «reproducir» o de ocupar el puesto de una
oración se considera prooración. Desde esta perspectiva, se da
como equivalente a la oración. Sin embargo, cabe precisar que dicha
equivalencia no tiene nada que ver con los rasgos morfosintácticos, ya
que la prooración no presenta la misma morfología ni la misma
estructura que la oración, es decir que carece de estructura
predicativa, constituida por un sujeto y un predicado, características
gramaticales de la oración. En cambio, la equivalencia se da a nivel
semántico, en la medida en que una prooración transmite el mismo
mensaje que la oración a la que sustituye. Por tanto, oración y
prooración constituyen enunciados semánticamente autónomos
y equifuncionales, pero con formas o estructuras sintácticas distintas.
Según explica Lope Blanch(1993, p. 262), las proformas
oracionales se dan exclusivamente en contexto de comunicación
dialógica. En parecida situación, la prooración constituye
casi siempre una respuesta a un enunciado (aserción, o
interrogación) emitido con anterioridad, pero cuya fuerza ilocutiva
necesita reacción por parte del interlocutor. En los ejemplos que vienen
a continuación, la forma sí en (9b) constituye una
prooración, siendo una respuesta a la pregunta de (9a).Al contestar solo
con un sí, el hablante omite voluntariamente las informaciones
que considera que su interlocutor ya posee y da por hecho que este será
capaz de inferirlas, por lo que se limita a dar información nueva y
relevante:
(9) a. -Ah! Ha sido con una pistola pequeña? (La
mordaza, p. 189)
b. -Sí.
Considerando que la prooración siempre presupone
omisión de alguna información, por sabida, y, consiguientemente,
no necesaria, refleja, de alguna manera, el fenómeno de elipsis,
más concretamente, la elipsis informativa. De este modo, la
prooración equivale a la «elipsis contextual» (Brucart, 1999,
p. 2795) o «elipsis pragmática» (Onana, 2006). Los
términos informativa, contextual13(*) o pragmática
suponen que, en parecidas situaciones, el contexto lingüístico por
sí solo no siempre permite inferir la información elidida, por lo
que interviene el contexto extralingüístico o situación de
comunicación. Según Onana (2006), «la elipsis se produce,
sobre todo, conforme al principio de economía lingüística,
consistente básicamente en no repetir elementos que ya están
presentes en el contexto lingüístico». Por su parecido con la
elipsis pragmática, la prooración igualmente obedece a este
principio, pues la finalidad en ambos casos consiste en decir solo lo
relevante.
No obstante lo anterior, cabe precisar que no todas las
prooraciones implican necesariamente manifestación de la elipsis. De
modo general, la elipsis implica la posibilidad de realizar una
catálisis, esto es, la recuperabilidad y restitución de los datos
elididos. Ahora bien, en ciertos casos, dicha restitución no siempre es
viable, tal como puede comprobarse con el ejemplo de (10):
(10) a. -Y usted venía para darnos oportunidades de
hablar? (La mordaza, p. 213)
b. -Exactamente.
Si se intenta reponer los datos omitidos en (10b) para
reconstruir la estructura completa de la oración, se obtiene un
enunciado ligeramente diferente de lo que transmite el sustituto, ya que, en la
construcción resultante, la unión del adverbio oracional
exactamente con el resto de la oración no equivale plenamente a
la proforma exactamente:
(11) ?? Exactamente, yo venía para
daros oportunidades de hablar.
En cambio, al mantener la autonomía del sustituto y
situarlo como independiente de la otra parte de la oración, el conjunto
refleja exactamente el significado de la proforma que servía de
respuesta. En este caso, el segundo enunciado no constituye sino un refuerzo
del primero:
(12) Exactamente. Yo venía para daros oportunidades
de hablar.
En vista de ello, es preciso decir que, si bien la elipsis
justifica el uso de la mayor parte de las prooraciones, esto no es
sistemático, pues algunos casos, como el precedente, imposibilitan la
justificación del uso de proformas oracionales por la elipsis.
De acuerdo con González Rodríguez (2009, p. 59),
las prooraciones se refieren anafóricamente a una oración previa
y son sintácticamente independientes. Sin embargo, cabe destacar que el
que una proforma se refiera a una oración no le confiere
sistemáticamente el estatuto de prooración, tal como se nota en
algunos gramáticos, a semejanza de Hallebeek (1986), pues,
además, tiene que reunir otros requisitos para ello. Si a una
oración como Mañana es día festivo se contesta
con Ya lo sé, se nota que la proforma lo,
efectivamente, se refiere a toda la secuencia anterior, lo que podría
llevar a concluir que es una prooración. Ahora bien, por una parte, a
diferencia de las prooraciones, la proforma lo no constituye un
enunciado, sino que forma parte de una oración en la que funciona como
un argumento verbal (OD); y su carácter átono impide que pueda
funcionar de manera independiente. Por otra parte, una catálisis fiel de
las informaciones elididas, como en otras prooraciones, daría lugar a
una construcción agramatical. El resultado sería lo siguiente:
(13) *Ya sé mañana es día
festivo.
En cambio, para obtener una estructura correcta, se requiere
necesariamente la presencia del subordinante que, cuyo resultado es
Ya séque mañana es día festivo.
Por tanto, queda claro que la proforma lo, en realidad, sustituye a
una proposición subordinada (que mañana es día
festivo) en el lugar de la oración propiamente dicha.
Las proformas oracionales, además de usarse en
comunicaciones dialógicas también pueden aparecer en contextos
distintos. Por ejemplo, pueden darse como un comentario o una reacción a
un enunciado producido con anterioridad por el mismo hablante.
De modo resumido, se reconocería una prooración
a partir de los siguientes rasgos:
· Se refiere a la oración, de la cual suele formar
parte cuando se explicita la estructura completa;
· Es equivalente a la oración y ambas transmiten
el mismo contenido,
· No es una oración, desde el punto de vista
morfosintáctico.
· En cuanto sustituto oracional, no desempeña
función sintáctica alguna en otra oración;
· Es un enunciado con independencia sintáctica y
autonomía semántica (contextualmente);
· Suele producirse en diálogos, pero
también puede aparecer en un contexto distinto;
· Puede ser cualquier elemento gramatical no oracional,
con tal que cumpla los requisitos de una prooración.
Por lo común, las categorías capaces de
funcionar como proformas oracionales son sustantivos, adjetivos, adverbios (y
sus sintagmas correspondientes), u otras construcciones no oracionales. De este
modo, constituyen sustantivos prooracionales, adjetivos prooracionales y AAPP.
Como sustantivos prooracionales, incluimos tanto los
sustantivos como los pronombres, debido a su equifuncionalidad
sintáctica. De hecho, se considera sustantivo prooracional cualquier
sustantivo (o SN) o pronombre que se encuentre ocupando el lugar de una
oración entera y que es equivalente a la misma. En los siguientes
diálogos, las proformas Nada (pronombre) en (14b) y La
muerte (SN)en (15b) sustituyen, respectivamente, a las oraciones No
estamos rumiando naday Vendría a buscar la muerte.
(14) a. -Qué estáis rumiando vosotros
ahí?(Vagones de madera, p. 104)
b. Nada.
(15) -Pero, qué vendría a buscar
aquí? La muerte? Vendría a suicidarse?
(La mordaza,p. 190).
En cuanto a los adjetivos prooracionales, también son
capaces de sustituir a una oración y funcionar como esta. No abundan
muestras de ello; sin embargo, de la misma forma que las demás proformas
oracionales pueden considerarse prooraciones, también lo pueden ser
algunos adjetivos que constituyen respuestas a una pregunta14(*)o, en algunos contextos,
preguntas. Por poner un caso, a la pregunta Cómo fue el viaje?,
se contestaría con cualquier adjetivo calificativo susceptible de
describir el viaje en cuestión. Así se podría dar como
respuesta bien, largo, agradable, los cuales transmiten la misma
cantidad de información que la oración a la que sustituyen:
El viaje fue bien/largo/agradable.
Pueden producirse otros usos de un adjetivo prooracional, en
cuyos casos la oración a la que representa o sustituye no se reconstruye
gracias al contexto lingüístico, sino extralingüístico,
a partir del cual se intuyen los datos que faltancon el fin de reconfigurar la
oración completa:
(16) [El agente arroja brutalmente a Isaías contra
un sillón. Este trata de removerse, pero el agente le apunta con la
pistola]
-Quieto. (La mordaza, p.
217)
En el ejemplo precedente, la situación comunicativa
ayuda a interpretar el enunciado Quieto y a obtener la
información que falta, la cual, por inferencia, puede ser la palabra
Quédese. Por tanto, la estructura completa de la oración
sustituida sería Quédese quieto.
Por lo que se refiere a los AAPP, al ser el objeto de estudio
del presente trabajo, se reserva el próximo apartado para un
análisis más detenido.
2. Los adverbios
prooracionales.
Los AAPP son la categoría prooracional más
difundida en la lengua, puesto que su frecuencia de uso en las comunicaciones
diarias es más elevada. Son, por tanto, las prooraciones más
estudiadas15(*), si bien
se notan en algunos trabajos ciertas confusiones, que en las próximas
líneas se ponen de manifiesto y se tratan de descartar. Muchos
lingüistas, en efecto, ya han abordado esta cuestión, aunque no
siempre usan la misma terminología, pero muy pocos proporcionan una
descripción detallada del carácter prooracional de los
adverbios16(*).
Otaola Olano (1988) presenta este carácter como una
particularidad de los adverbios epistémicos o modales; ahora
bien, este carácter se extiende a otros adverbios de naturaleza no
epistémica. Una lectura similar se da en Olou (2019), cuando estudia los
adverbios del francés como proformas: solo evoca las
«pro-phrases» (equivalentes a las prooraciones y, en este caso, a los
AAPP). Sin embargo, no va más allá de enumerar cuatro clases
adverbiales capaces de funcionar como prooracionales: de afirmación
(oui), de negación (non), de certeza
(évidemment, sûrement, certainement) y de duda
(peut-être). Si bien estos adverbios son los más
representativos de esta categoría, no constituyen, por tanto, una lista
exhaustiva. Para este último autor, los adverbios
pourquoi?(por qué?), où (dónde?),
quand? (cuándo?) no son prooraciones, sino
pro-propositions, que podríamos denominar
pro-proposiciones, esto es, adverbios sustitutos de proposiciones
subordinadas y no de oraciones propiamente dichas17(*).
Jiménez Fernández (1997-1998), Kabatek (2008),
Alarcos (2000), entre otros, se limitan a recordar la existencia de tales
adverbios sin más. Seco (1980) y De Rodríguez-Pasqués
(1970: 298), por su parte, son conscientes del carácter prooracional de
los adverbios, pero la descripción que hacen de ello se aproxima
más bien a los adverbios oracionales. Por su parte, Carbonero Cano
(1980) y Hernando Cuadrado (2006, 1994) evocan esta característica sin
aparente confusión, aunque no entran en detalles para describir el
carácter adverbial en cuestión. Solo se limitan a resaltar su
función de sustituto y su contexto de aparición.
A diferencia de los autores precedentes, González
García (1997) se desmarca aportando algunos detalles a la
descripción de los adverbios que también considera sustitutos
oracionales. Asimismo, Dumitrescu (2008) hace una buena descripción de
los usos discursivos del adverbio sí, entre los cuales evoca su
uso prooracional. Sin embargo, su trabajo se limita a este operador de
polaridad positiva.
En realidad, de la misma manera que las demás proformas
oracionales, los AAPP también ocupan el puesto de una oración y,
por sí solos, funcionan de manera análoga a ella. Por ello,
también se llaman configuradores de oraciones(Hernández
Alonso, 1974, p. 51); sustitutos oracionales (Carbonero Cano, 1980, p.
166) o configuradores de un enunciado (Hernando Cuadrado, 2006, p.
136). Brucart (1999) es el autor que con bastantes detalles describe los AAPP
al tratarlos como una manifestación de la elipsis, la cual llama
elipsis contextual. Dicho autor considera estos adverbios como
proformas oracionales, lo que es cierto. Sin embargo, al igual que los
autores citados anteriormente, estas calificaciones parecen generalizadoras, ya
que tanto proformas oracionales, sustitutos oracionales, configuradores de
oraciones como configuradores de un enunciado no solo remiten a
los adverbios con tal comportamiento, sino que abarcan también a otras
categorías no adverbiales como son el adjetivo o el sustantivo: son los
adjetivos prooracionales y sustantivos prooracionales. Por
tanto, el término que nos parece distintivo y más restrictivo es
el de adverbios prooracionales. Otra cuestión es que, en su
análisis, solo alude este autor a los operadores de polaridad positiva y
negativa, mientras que cualquier adverbio, como ya se ha señalado antes,
puede funcionar como proforma oracional, con tal que reúna las
características propias de esta.
Los AAPPmás representativos son los adverbios de
afirmación, de negación y de duda: Sí, evidentemente,
ciertamente, no, tampoco, tal vez, probablemente, etc. Asimismo, los
contextos por excelencia en los que se suelen usar son coloquios, en los
cuales, generalmente, pueden constituir respuestas a preguntas emitidas
previamente o, simplemente, reacciones a enunciados previos, como apreciamos en
los ejemplos siguientes:
(17) a. -No tienes oficio? (Vagones de
madera, p. 131)
b. -No
(18) a. -Algo debió de pasarle aquella noche para
hacer lo que hizo.(La mordaza, p. 195).
b. -Sí.
En los diálogos precedentes, puede comprobarse que los
AAPP No en (17b) y Sí en (18b)son sustitutos de
oraciones; cubren el espacio que puede ser cubierto por las oraciones a las que
sustituyen y vehiculan la misma cantidad de información que estas. Por
tanto, equivalen a decirNo, no tengo oficio y Sí, algo
debió de pasarle aquella noche para hacer lo que hizo,
respectivamente. Sin embargo, no hay que confundir los conceptos adverbio
prooracional y proadverbio. Si bien ambas son proformas o
sustitutos, el primero lo es de una oración, mientras que el segundo lo
es de un adverbio, un sintagma adverbial o una construcción con
función adverbial.
En cuanto sustitutos oracionales, los AAPP siempre presuponen
una referencia endofórica. Según se realice dicha referencia
hacia atrás o hacia adelante, se hablará de referencia
anafórica y de referencia catafórica, respectivamente. En la
primera referencia, el carácter anafórico puede manifestarse de
dos maneras: por heteroanáfora o autoanáfora.
Con la heteroanáfora, «la referencia anafórica se suele
hacer no hacia el propio contexto del que habla, sino hacia el contexto del
otro interlocutor participante en el diálogo» (Carbonero Cano;
1980,p. 167). De hecho, el que usa el adverbio prooracional es distinto del
locutor del enunciado previo, tal como se manifiesta en los ejemplos anteriores
de (17) y (18). A este respecto, Brucart (1999, p. 2835) explica que, dado su
papel esencialmente discursivo, las proformas oracionales, generalmente, se
reproducen requiriendo un reajuste de la información deíctica
contenida en la oración antecedente. Y, con más frecuencia, la
categoría que se ve afectada es la de persona. Así, el contenido
de la respuesta, como en el caso de (17), implica convertir en primera persona
la forma de la segunda persona presente en la pregunta. Asimismo, se ven
afectadas unidades cuyo uso depende de la situación del hablante y del
interlocutor: se trata de las palabras deícticas (demostrativos,
posesivos y algunos pares verbales como ir/venir).
En cuanto a la autoanáfora, fenómeno contrario y
menos frecuente, la referencia anafórica se hace más bien hacia
el contexto del que habla, lo cual supone la intervención del mismo
hablante tanto en la prooración como en la oración a la que
aquella se refiere. En el ejemplo de (19) se puede ver que el adverbio
prooracional No se refiere a la pregunta Tienes algo que
comer? y que ambos enunciados tienen el mismo locutor: se habla de
autoanáfora.
(19) No tiene ninguna importancia, pero por qué vas
a ocultar una cosa así? Tienes algo que comer? No. Pues
entonces... (La mordaza, p. 191)
En la segunda referencia se da la catáfora, aunque su
uso suele ser muy escaso, respecto a la referencia anafórica.
Aquí, la referencia a la que alude la proforma adverbial aparece
posteriormente a esta. El caso de (20) es una buena ilustración de ello,
en el cual la proforma Sí precede a la oración a la que
se refiere:
(20) - Pero, qué dices? Qué les has contado?
(La mordaza, p. 201)
- Sí. Se lo he contado
todo.
Si bien los adverbios Sí y No son
mayoritariamente usados, cualquier adverbio -salvo los conectivos
(González García, 1997, p. 215)- puede ser prooracional, tal como
viene señalado líneas atrás. En efecto, desempeñan
también este papel adverbios temporales, locativos, modales, etc.,
sintagmas y locuciones adverbiales, con tal que no se desempeñen
función modificadora alguna y que se comporten al igual que una
oración. Así, en los siguientes casos, se dan como prooraciones
un adverbio de modo (21); un sintagma adverbial (22) y una locución
adverbial (23):
(21) - Y usted venía para darnos la oportunidad de
hablar?
-Exactamente. (La mordaza,
p. 213)
(22) -Quieres jugar otra partida de «flipper»?
(Más allá del olvido, p. 27)
- Todavía no. Me duele la cabeza.
(23) a. - Por qué dices eso ahora?
(Vagones de Madera, p. 92)
b. -Por nada.
Como es de notar, los AAPP casi siempre se usan como
reacción o respuesta a un enunciado previo en un diálogo. Pero,
también pueden usarse para hacer preguntas, tal como se ve en (24):
(24) -Le odias? (La mordaza, p. 213)
- Creo que sí.
-Por qué?
Una de las características de los AAPP, al formar parte
de las prooraciones, es su independencia sintáctica; esto es, funcionan
sin necesidad de otro elemento lingüístico para manifestar
autonomía sintáctica. Sin embargo, Brucart(1999, p. 2837), al
hablar de los usos prooracionales de los adverbios de polaridad, precisa que
«no funcionan como proformas oracionales en todos sus usos
sintácticamente independientes. Con mucha frecuencia, aparecen en el
diálogo como marcadores que regulan la conversación o sirven para
expresar las reacciones anímicas de los interlocutores». Pone
algunos ejemplos, dos de los cuales retomamos, y cuyos AAPP constituyen inicio
de turno de palabra en un acto formal (25a) o muestra de memorización o
comprensión de las etapas de un proceso complejo (25b)18(*):
(25) a. A:-Tiene la palabra el Sr. Rojas.
B:- Sí, muchas gracias.
b. A:- Para ir al Auditorio, debe tomar el metro en
Universidad, ...
B:- Sí...
A: - Bajar en Glorias...
B: - Sí...
Ciertamente, en los ejemplos anteriores no se podría
decir que funciona el adverbio Sí como prooración, ya
que no sustituye realmente a las oraciones a las que se refieren. Así,
las respectivas catálisis darían como resultados enunciados
pragmáticamente inoportunos: #Sí19(*), tengo la palabra, muchas
gracias, en (25a) y #Sí, parair al Auditorio, debo tomar el
metro en Universidad, ...; #Sí, bajar en Glorias... en
(25b). En tales casos, por tanto, dado que el adverbio de polaridad no
reproduce efectivamente el contenido de las oraciones anteriores, no se puede
considera prooración.
En vista del comportamiento muy variado de los adverbios, su
valor prooracional, según advierte Otaola Olano (1988, 109), ha llevado
a ciertos especialistas a negar su carácter de adverbios. Otros, al
contrario, piensan que se trata, efectivamente, de una propiedad adverbial,
pero precisando que no sucede en respuesta a cualquier pregunta total, sino que
hay restricciones. Esta variabilidad tanto a nivel morfosintáctico como
pragmático o discursivo contribuye a favorecer la complejidad de tal
categoría y, por tanto, en muchas ocasiones, ciertas confusiones en su
estudio.
3. Adverbios
prooracionales frente a adverbios oracionales
A pesar de las divergencias que subyacen al estudio de la
clase de los adverbios, al menos la mayoría de los gramáticos
reconoce que, entre las clases de palabras, los adverbios son una de las
más difíciles de tratar en lingüística, debido, sin
duda, a la gran heterogeneidad que los caracteriza. Sin embargo, los
especialistas, a este respecto, siempre se han empeñado en ofrecer un
estudio lo más claro y menos problemático posible. Nos
inscribimos, precisamente, en esta perspectiva para tratar de elucidar algunas
características eliminando ciertas confusiones que, por lo visto, se
ponen de manifiesto en algunos autores. En el análisis de los adverbios,
muchos autores se han encontrado ante la dificultad de caracterizarlos de
manera contundente, de modo que, a la hora de describir los adverbios
oracionales, parecen presentarrasgos que, en realidad, son
característicos de los AAPP. A continuación, tratamos de
presentar algunas similitudes y divergencias para reconocerlos mejor y
distinguir cada uno de ellos.
3.1.
Similitudes
Son escasas las similitudes entre los adverbios oracionales y
los AAPP. Sin embargo, el punto común que puede resaltarse se
sitúa en el campo de actuación de ambos grupos. En efecto, ni los
oracionales ni los prooracionales tienen realización en el interior de
la predicación oracional. En otras palabras, ninguno de ellos mantiene
relación sintáctica con los constituyentes centrales de la
oración, que son el sujeto y el predicado. Por tanto, su análisis
ya no se efectúa en un plano puramente sintáctico, sino desde un
punto de vista pragmático o discursivo, puesto que forman parte de las
unidades que, «aun estando codificados, necesitan recurrir al contexto
lingüístico y/o enunciativo para su interpretación»
(Mora Millán, 1993, p. 137). En los ejemplos de (26) y (27),
(26) Yo soy un viejo, y probablemente no
hubiera sido capaz de matarlo; pero hubiera visto con gusto que cualquiera de
mis hijos lo hacía.(La mordaza, p. 190)
(27) - Y no te sientes capaz de perdonarle ese
último sufrimiento? (La mordaza, p. 200)
-No.
Sería difícil analizar los adverbios
probablemente y No sin tener en cuenta algunos datos
extralingüísticos. En (26), el adverbio probablemente se
interpreta de manera adecuada considerando al hablante, especialmente, su
actitud ante lo que enuncia. En ello, el locutor expresa implícitamente
su incertidumbre sobre su capacidad para matar al individuo en cuestión,
por lo que la oración podría parafrasearse con la siguiente:
(28) Soy un viejo, y no creo que/no estoy seguro
de que/no es cierto que hubiera sido capaz de matarlo; pero hubiera
visto con gusto que cualquiera de mis hijos lo hacía.
En (27), por su parte, el adverbio No presupone la
presencia de un interlocutor a cuya pregunta se da como respuesta. Se ha
preferido, por economía de la lengua, callar las informaciones no
relevantes, las cuales se hacen explicitas en (29):
(29) a. -Y no te sientes capaz de perdonarle ese
último sufrimiento?
b. -No, no me siento capaz de perdonarle ese
último sufrimiento.
3.2.
Divergencias
Frente a las pocas similitudes que se acaban de resaltar,
líneas atrás, entre los adverbios oracionales y los AAPP, se
notan aspectos que permiten distinguirlos unos de los otros. Pero, para
presentar estas diferencias, conviene poner algunos extractos textuales que
ponen de manifiesto las confusiones sobre ambos subgrupos adverbiales.
- «el adverbio modificador de
oración20(*)califica la totalidad de la oración.
Por eso se dice que funciona como una oración.
Constituye por sí solo el signo de la idea enfocada» (De
Rodríguez-Pasqués; 1970: 298).
- «...existe un tipo de adverbios que pudiéramos
llamar oracionales, por cuanto, en cierto modo,
equivalen a una oración entera; pero además
(...) se refieren a la oración entera, manifestando la
apreciación subjetiva del que habla en cuanto a la realidad o no
realidad de lo expresado en la oración». (SecoRafael ; 1980:
106-107).
- Adverbios como sí, no, ciertamente, casi, ...
configuran oraciones sin necesidad de ningún otro
elemento, con forma unirrémica, muy expresiva y prestan al
coloquio gran agilidad y concisión. Algunos de estos adverbios
oracionales ocupan el puesto de una oración interrogativa o
exclamativa» (Hernández Alonso; 1974: 51-52).
Primero, cabe precisar que los extractos textuales precedentes
solo constituyen una muestra de lo que indican muchos lingüistas. Una
buena observación de ellos permite concluir que sus respectivos autores
parecen poner en el mismo cajón AAPP y adverbios oracionales. En el
primer fragmento, se advierte que los adverbios modificadores funcionan como la
oración, es decir que son equivalentes a la oración. Ahora bien,
tal como se demuestra en las próximas líneas, en cuanto proforma
oracional, el adverbio abandona su función modificadora. Y, en los
últimos dos fragmentos, se hace el empleo del término
adverbio oracional para describir los adverbios que sustituyen a toda
la oración, lo cual parece contrastar con la adecuada
significación de los adverbios oracionales.
Otra muestra de confusión entre adverbio oracional y
prooracional se evidencia en González Rodríguez (2008, p. 29),
cuando su interpretación de las proformas oracionales, precisamente, del
adverbio Sí, refleja más bien el comportamiento de un
adyacente oracional. Algunos ejemplos ilustrativos puestos por la autora son
los siguientes:
(30) A: -- Vendrás a cenar? B: --Sí,
iré dentro de un rato.
(31) A: --Jaime se orienta muy bien.
B: --Sí, se orienta bien.
Sin embargo, en parecidos casos, puede comprobarse que la
respuesta afirmativa o la ratificación de lo afirmado por el
interlocutor no se está realizando a través de la proforma
(Sí) usada de manera aislada («a secas») -lo que
sí sería prooración-, sino que la convierte más
bien en un adyacente oracional, separado por coma del resto del enunciado, el
cual suele repetir o parafrasear el turno del interlocutor, intensificando, de
este modo, el acuerdo entre ambos. Cómo se pueden distinguir, pues,
ambas subclases de adverbios?
Como primera diferencia, conviene resaltar que los adverbios
oracionales se caracterizan principalmente por modificar a una oración.
En otros términos, no tienen incidencia en el verbo, el adjetivo, el
adverbio ni en cualquier otro núcleo sintagmático, sino
más bien en la oración entera, como apreciamos con el adverbio
Sinceramente en Sinceramente, no me ha
gustado la comida china. Por su parte, el adverbio prooracional no tiene
función modificadora, sino que configura él mismo una
oración. Tal como se observa en el siguiente diálogo, el adverbio
Sí equivale a una oración, puesto que vehicula la misma
cantidad de información que la oración a la que sustituye
Sí, otra vez ha vuelto, además de que no se vea
ningún elemento al que modifica el adverbio Sí.
(32) a. - Otra vez ha vuelto? (La mordaza,
p. 206)
b. -Sí.
Otra característica de los adverbios oracionales es su
flexibilidad distribucional dentro de la oración en la que aparecen.
Aunque su posición predilecta sea la inicial, también pueden
colocarse en posición media o final de la oración, como se
evidencia en (33):
(33) a. Verdaderamente, no se
sabe nada.(La mordaza, p. 194)
a'. No se sabe, verdaderamente, nada.
a''. No se sabe nada.
Verdaderamente.
A diferencia de ellos, los AAPP, como en (32b), se distinguen
por ser, generalmente, los únicos elementos constitutivos del enunciado
que configuran. Por tanto, dado que no se encuentran en una oración, no
hay por qué hablar de una posición cualquiera en la misma.
Conviene mencionar quelos adverbios pueden tener distintos
valores según varían de un contexto de uso al otro. De esta
manera, un mismo adverbio puede desempeñar, en unos contextos, el papel
de modificador de oración y en otros el de sustituto de esta. Si
consideramos la pregunta del ejemplo de (3), se puede responder simplemente
Sí, sin necesidad de más precisiones.
En este caso, el adverbio Sí ostenta su valor de sustituto
oracional. En cambio, si se da como respuesta Sí,
otra vez ha vuelto, el mismo adverbio adquiere el valor de indicador de
modalidad. Concretamente, especifica el valor veritativo de la oración,
ya que confirma la declaración anterior y la expectativa positiva que
subyace a ella. Por tanto, en este segundo caso, se consideraadverbio
oracional, precisamente, por el valor de modificador oracional que manifiesta.
Esta situación justifica la incompatibilidad que se destaca entre ambos
grupos de adverbio. En efecto, no pueden coaparecer en una misma estructura un
adverbio prooracional y un adverbio oracional. Mientras este último
necesita encontrarse en una oración, en la que incide, aquel no la
necesita, precisamente porque ya constituye por sí mismo una
oración.
Otra diferencia, no menos significativa, entre los AAPP y los
adverbios oracionales es que los primeros siempre presuponen contextualmente un
enunciado al que se refieren, ya sea anafóricamente, cuando dicho
enunciado ya se ha emitido previamente, o de modo catafórico cuando se
emite después de la proforma. Por su parte, los adverbios oracionales no
aparecen necesariamente en comunicaciones dialógicas, ni manifiestan
tampoco ninguno de los valores fóricos antes evocados.
En el siguiente cuadro se incorporan las principales
diferencias entre ambas subcategorías adverbiales.
Adverbio oracional
|
Adverbio prooracional
|
Modifica oraciones (Valor modificador)
|
Sustituye oraciones (valor vicario)
|
Se produce en una oración
|
No se produce en una oración
|
No equivale a la oración
|
Equivale a la oración
|
No tiene valor fórico
|
Tiene valor fórico (Anáfora/catáfora)
|
Se usa en cualquier tipo de texto
|
Se usa frecuentemente en textos dialógicos
|
Incompatible con el adverbio prooracional
|
Incompatible con el adverbio oracional
|
Adverbio de frase, Mediatizador de nexus, modificador
oracional, indicador de modalidad, adyacente oracional, etc.
|
Adverbio prooracional, sustituto oracional, configurador de
oraciones, configurador de un enunciado, Enunciado respuesta.
|
Las distintas oposiciones que se acaban de señalar
entre los adverbios oracionales y los AAPP no constituyen necesariamente una
lista exhaustiva, así que aún pueden resaltarse varias otras para
completar las que ya se han indicado. Por tanto, se puede decir que ambos
subgrupos adverbiales ostentan comportamientos dispares. Además,
entender estas diferencias constituye un buen punto de partida, sobre todo si
se quieren abordar estas cuestiones en un aula de enseñanza de ELE.
En vista de las distintas inconsistencias destacadas en la
descripción teórica de los AAPP y de que son recursos que deben
tratarse debidamente en manuales de ELE para fomentar la competencia
comunicativa de los alumnos, consideramos que los profesores necesitan tener
previamente conocimientos teóricos sólidos y apropiados sobre
estos elementos que van a enseñar. Por ello, a lo largo de este
capítulo, hemos procurado hacer algunas precisiones
terminológicas en torno a los AAPP y ofrecer una descripción de
esta subcategoría adverbial para eliminar o, al menos, reducir las
confusiones al respecto y facilitar su comprensión tanto por los
profesores como por los interesados en la lingüística
española. A continuación, se presenta su importancia en el
fomento de la competencia pragmática y, a partir de ello, se plantea la
necesidad de implementar, y de manera explícita, su tratamiento tanto en
los manuales de ELE como en el proceso de enseñanza aprendizaje.
CAPÍTULO 2:
IMPORTANCIA DE LOS ADVERBIOS PROORACIONALES EN LA COMPETENCIA
PRAGMÁTICA
En este capítulo, se presentan algunas ventajas del uso
de los AAPP en la comunicación y, concretamente, en el desarrollo de la
competencia pragmática del aprendiente, puesto que el ámbito
pragmático es donde dichos recursos lingüísticos tienen
más repercusiones. Para ello, por una parte, se comenta de manera
sucinta la cuestión de la competencia pragmática en la
enseñanza de ELE y la poca atención a los AAPP en la
bibliografía lingüística consultada. Por otra, se explica en
qué medida los AAPP son importantes para el fomento de la competencia
pragmática, haciendo hincapié en su relación con el
principio de cooperación de Grice (1975), el principio de
economía lingüística, y en su uso como estrategias
pragmáticas en la comunicación. El objetivo es partir de estos
aspectos que se van a comentar para plantear y justificar la necesidad de
incrementar su tratamiento en la enseñanza de ELE, lo cual
debería empezar por una alusión más considerable a ellos
en los manuales de ELE, como podremos comprobar más adelante.
1. Sobre la competencia
pragmática: y los adverbios prooracionales?
Comúnmente en el proceso de
enseñanza-aprendizaje de cualquier lengua extranjera, y de ELE en
particular, el principal objetivo que se plantea es fomentar la
adquisición de la competencia comunicativa en los aprendientes. En este
sentido, la labor del profesor de lengua consiste en facilitar a sus alumnos
las herramientas necesarias para desarrollar cada una de las distintas
subcompetencias que permiten alcanzar finalmente dicho objetivo. La competencia
pragmática constituye, pues, una de ellas y, además, una de las
más importantes para adquirir una competencia comunicativa eficaz, ya
que «un o una hablante que no sea competente a nivel pragmático,
nunca lo será comunicativamente y, por ende, encontrará mayores
obstáculos para ser aceptada por la comunidad de habla de la lengua
meta» (Barquero, 2020, p. 5). Por ello, el componente pragmático
ocupa un lugar muy importante en el Plan Curricular del Instituto Cervantes. Al
respecto, Fernández (2008) subraya lo siguiente:
el diseño curricular que presenta el Instituto
Cervantes concede una atención prioritaria a la programación de
la enseñanza de las estrategias que permiten «hacer cosas con
palabras» (Austin, 1962), dando especial énfasis a los
conocimientos que relacionan los contextos y los usos comunicativos con el
lenguaje, sin dejar por ello de lado otros conocimientos sociales y cognitivos
necesarios para la adquisición de la competencia pragmática (p.
6).
Según el Marco Común Europeo de Referencias para
las Lenguas (2002) -en adelante MCER-, la competencia pragmática remite
al conocimiento que tiene el usuario o alumno de los principios según
los cuales los mensajes se organizan, se estructuran y se ordenan; se utilizan
para realizar funciones comunicativas y se secuencian según esquemas de
interacción y de transacción (p.120). De hecho, tener dicho
conocimiento resulta muy determinante para adquirir la competencia comunicativa
en una lengua determinada, ya que hacer un uso comunicativo adecuado depende de
la competencia pragmática (Negre Parra, 2018, p. 273). Es la
razón por la cual es necesario fomentar su desarrollo no solo en el
aprendizaje de la lengua materna, sino también en el de una lengua
extranjera (Palacio Martínez et al, 201921(*)).
En el mismo orden de ideas, Gil Olivera (2019) recuerda la
importancia de desarrollar la competencia pragmática para fomentar la
autonomía de los alumnos. Considera que se adquiere una lengua no solo a
partir de la apropiación del léxico o de normas
morfosintácticas, sino también del uso pragmático de
dichos elementos. En este sentido, dado que no hace alusión particular a
los AAPP, cabe precisar que estos constituyen, efectivamente, unos de estos
elementos o recursos cuyo uso pragmático puede incrementar la
competencia pragmática de los estudiantes.
Sin embargo, como bien se puede notar, hay muchos textos en
los que se analizan los valores pragmáticos de los adverbios en la
enseñanza de ELE, pero pocos son los que abordan la cuestión de
los AAPP, lo cual pone de relieve la poca atención que se dedica, en
estos trabajos, a dicha categoría adverbial en cuanto herramienta para
el fomento de la competencia pragmática.
Garrido Rodríguez (1999), en su estudio de los
marcadores discursivos, o como ella los prefiere llamar, conectores
pragmáticos, presenta estos elementos como herramientas que
permiten desarrollar lga competencia comunicativa de los alumnos en la
enseñanza de ELE. Concretamente, se centra en la competencia discursiva,
puesto que los conectores pragmáticos son imprescindibles para producire
interpretar discursos coherentes y correctamente cohesionados. Para ello, se
basa en las teorías de la argumentación y de la relevancia,
necesarias para la aplicación en la enseñanza de dichos
conectores en la clase de ELE. Y, aunque no los nombran de manera
explícita, intervienen los adverbios o locuciones adverbiales como
integrantes de esta categoría lingüística, entre los cuales
figuranademás, encima, y entonces. Evidentemente,
desde esta perspectiva, no se puede hablar de AAPP, dado que, en cuanto
proformas oracionales, carecen de valor conectivo.
Asimismo, Martín Zorraquino (2004) hace un trabajo
similar, en el que revisa la categoría de los marcadores del discurso
del español, pero se interesa especialmente por su tratamiento en
manuales de lexicografía (diccionarios) y su enseñanza a
extranjeros. Plantea el problema de la dificultad de dicho tratamiento debido a
la heterogeneidad que se observa en tal categoría, por incluir
conjunciones y locuciones conjuntivas; distintos tipos de adverbios y de
locuciones adverbiales. Entre otros objetivos, procura demostrar la importancia
de todos los formantesque se identifican bajo esta etiqueta en la clase de ELE,
ya que forman parte de la competencia comunicativa de los aprendientes. Por
tanto, los considera necesarios para la adquisición de la lengua:
...si se quiere aprender bien una lengua, no basta con conocer
y practicar las reglas de la llamada gramática de la oración,
sino las que afectan a la construcción de los distintos géneros
discursivos, y, en general, las que regulan la interacción
hablante-oyente-contexto, para todo lo cual el dominio del empleo adecuado de
los marcadores del discurso es necesario. (Martín Zorraquino, 2004, p.
56).
También trata de explicar que la falta de destreza en
el uso de tales elementos hace que los estudiantes cometan muchos errores,
mientras que aspiran a manejar la lengua como los nativos. Sin embargo, pese a
que se nota el uso de un adverbio prooracional en uno de los ejemplos
ilustrativos utilizados, no muestra un interés particular por la
función pragmática de los AAPP.
García Agüero (2016), en la misma perspectiva,
estudia los marcadores discursivos para el desarrollo de la competencia
pragmática en la enseñanza de ELE. Pero se decanta por analizar
la variedad lingüística mexicana, en la que, además de su
tradicional función conectiva entre las oraciones y de facilitar la
cohesión y coherencia, funcionan como indicadores de cortesía. Al
igual que los autores precedentes, está convencida de que la
comprensión y el dominio, por parte del estudiante, de estos elementos
y, sobre todo, de los que indican cortesía, le permitirán
alcanzar su objetivo de aprendizaje: «usar la lengua correctamente de
acuerdo al contexto y alcanzar determinados objetivos comunicativos» (p.
24). Entre los distintos ejemplos de los marcadores discursivos que indican
cortesía, menciona algunos AAPP. Estos forman parte, especialmente, de
lo que llama marcadores conversacionales de negociación
(acuerdo o colaboración). Se usan como tales cuando el hablante solicita
confirmación por parte de su interlocutor (No?), o cuando su
intención es establecer contacto conversacional (Sí,
sí, sí). También, menciona el adverbio
entonces cuando el hablante lo utiliza para solicitar
explicación de lo dicho anteriormente: Entonces?. Aunque,
obviamente, no es interés suyo poner un acento en los AAPP, al menos los
utiliza como formantes de los elementos que estudia y que considera necesarios
para el aprendizaje de ELE por parte de los estudiantes.
Cigliè (2020) analiza las unidades
lingüísticas que denotan evidencialidad en los manuales de ELE y
que favorecen la adquisición de la competencia pragmática.
Evidentemente, como es de esperar, los adverbios forman parte de este gran
conjunto, especialmente, los adverbios evidenciales. Y nos interesan
particularmente los que manifiestan su carácter prooracional. Es un
trabajo en el que el estudio de los operadores discursivos incluiría los
AAPP en una proporción un poco mayor que la de los autores precedentes.
Sin embargo, dado que el carácter prooracional se identifica en
contexto, no podemos afirmar que trate explícitamente de dichos
elementos, ya que la mayoría de los ejemplos ilustrativos que
proporciona no están contextualizados, y los que contextualiza
evidencian la función modificadora de los adverbios oracionales. Ahora
bien, los mismos podrían funcionar como prooraciones en contextos en los
que configuran oraciones y en situaciones dialógicas. Entre los
adverbios o locuciones adverbiales evidenciales que menciona, aparecen los
siguientes: aparentemente, por lo visto, supuestamente y
evidentemente, entre otros. Presenta el uso de los marcadores
evidenciales, en general, como una estrategia comunicativa que permite al
hablante atenuar o intensificar lo expresado, protegiendo la imagen de todos
los participantes involucrados en una situación de comunicación.
En los demás trabajos que hemos podido consultar, hemos
notado que presentan un interés semejante: estudian los marcadores del
discurso, entre los cuales aparecen los adverbios, en relación con la
enseñanza de ELE, necesarios y recomendados por muchos para desarrollar
la competencia pragmática de los alumnos. Entre ellos, es preciso
señalar a Meléndez Quero (2016), quien estudia los marcadores
discursivos del español comparándolos con los que existen en
francés como lengua materna de estudiantes de ELE, para facilitar su
aprendizaje en español; Porroche Ballesteros (2004), que se centra en la
revisión del adverbio francamente en sus tres contextos de
función modificadora: como adverbio modal (aditamento), como adverbio
enunciativo (oracional) y como adverbio intensificador (modificador de rango
terciario22(*)); y a
Nogueira Da Silva (2012), que analiza el tratamiento de los marcadores
discursivos en 8 manuales de ELE y subraya la importancia de estos elementos en
la enseñanza de ELE y la necesidad de mejorar su enseñanza
explícita para favorecer la competencia de los alumnos, en su caso, del
nivel C1.
Así, como puede verse, la mayoría de los
trabajos cuyos elementos analizados incluyen la categoría adverbial como
herramientas de desarrollo de la competencia pragmática se interesan
particularmente por los marcadores del discurso en general. De este modo, los
AAPP no parecen constituir su centro de interés en este sentido, aunque
implícitamente intervienen en el análisis de algunos marcadores,
tal como se ha mencionado. Sin embargo, si el desarrollo de una competencia
pragmática supone necesariamente conocer los recursos de que dispone la
lengua para la emisión e interpretación de enunciados con una
determinada intención comunicativa, así como la
interiorización de los procesos que permiten activar tácticas y
estrategias para lograr el éxito en la comunicación (Instituto
Cervantes, 2006), los AAPP también forman parte de dichos recursos, lo
que trataremos de demostrar en los próximos apartados.
2. Adverbios
prooracionales y Principio de Cooperación
Decir de un hablante que es pragmáticamente competente
implica que domina o, mejor, aplica debidamente los principios
pragmáticos que rigen las actuaciones comunicativas y favorecen el
éxito de estas. Uno de estos principios es el Principio de
Cooperación, desarrollado por Grice (1975). Antes que nada, conviene
hacer una pequeña revisión de este principio y las máximas
conversacionales que lo componen.
En la actividad lingüística, las conversaciones
mantenidas por los seres humanos tienen generalmente dos resultados: su
éxito o su fracaso. Este último se debe a que estas
conversaciones no siempre están regidas por ciertas pautas que conduzcan
efectivamente a su éxito. A partir de estas observaciones, Grice
pensó en establecer algunas normas que regularan dichas conversaciones y
que fueran respetadas por los interlocutores en un intercambio comunicativo
(Gutiérrez Ordóñez, 2002: 44). Estas normas las va a
encuadrar en lo que bautizará como Principio de
Cooperación.
De acuerdo con este principio, se considera que los
intervinientes en una determinada conversación deben cooperar, esto es,
adecuar sus intervenciones de modo que converjan hacia el objetivo común
que ellos persiguen. A este propósito, Ramos (1995, p. 113) explica que
«la propia definición del Principio presupone que el
hablante, al participar en la conversación, interviene en el momento
adecuado y ciñe su intervención al propósitode la misma,
de común acuerdo con los restantes interlocutores». Es lo que
sustenta la teoría que Grice (1975) resume bajo la formulación
siguiente: «Haga usted su contribución a la conversación tal
y como lo exige, en el estadio en que tenga lugar, el propósito o la
dirección del intercambio que usted sostenga» (p.516).
Gutiérrez Ordóñez (2002) considera imprescindible este
principio para alcanzar el objetivo pretendido en una conversación, por
lo que afirma que «cuando dos usuarios se enrolan en un intercambio de
mensajes, están obligados a cooperar» (p. 44).
El Principio de Cooperación de Grice se
desarrolla mediante cuatro categorías, a cada una de las cuales
pertenecen máximas y/o de submáximas más
específicas, establecidas con base al modelo de Kant: se trata de la
categoría de cantidad, la categoría de calidad,
la categoría de relación o relevancia y la
categoría de modo.
La primera categoría, de cantidad, tiene que ver con la
cantidad de información que se ha de proporcionar. El emisor da tanta
información como sea necesaria, ni más, ni menos; es decir,
atiende a la precaución de decir simplemente aquello que requiere el
propósito del intercambio sin pecar por exceso ni por defecto. De
acuerdo con esto, Gutiérrez Ordóñez (2002: 46), afirma que
«no debemos aportar más datos de lo necesario (...) ello
conduciría a nuestro interlocutor a realizar inferencias
indebidas.» A esta categoría pertenece las siguientes
máximas:
- «Haga usted que su contribución sea tan
informativa como sea necesario»
- «No haga usted que su contribución resulte
más informativa de lo necesario»
A propósito de la segunda máxima, que
podría verse inoportuna por considerarse como pérdida de tiempo,
Grice (1975) resalta su importancia en la medida en que el exceso de
información de un hablante podría llevar a su interlocutor a
inferir mensajes erróneos:
podría decirse que el que una contribución a una
conversación sea más informativa de lo necesario es una
trasgresión de PC, sino tan solo una pérdida de tiempo. Sin
embargo, podría responderse a esto afirmando que semejante
suprainformatividad puede resultar confundente al poner sobre el tapete
cuestiones marginales; y puede que también cause el efecto indirecto de
equivocar a los hablantes, al inducirles a pensar que existía una
razón particular por la que se suministraba un exceso de
información. (p. 516)
Cabe mencionar que estas máximas de la categoría
de cantidad se parecen a uno de los recursos retóricos más
usadosen la comunicación: la elipsis, a la que hemos aludido en el
capítulo precedente.A este propósito, Gutiérrez
Ordóñez (2002: 46) piensa que es un recurso empleado, bien porque
el emisor quiere ser breve suprimiendo datos irrelevantes, bien porque
considera al interlocutor capaz de inferirlos. Desde este punto de vista,
podemos decir que constituyen recursos que contribuyen a hacer menos pesada y
más digerible la comunicación.
En la segunda categoría, la de calidad, se enuncia una
máxima genérica: «Trate que su contribución sea
verdadera», la cual se subdivide en dos sub-máximas:
- «No diga usted lo que crea que es falso».
- «No diga usted aquello de lo cual carezca de pruebas
adecuadas».
La primera sub-máxima invita a los hablantes a hacer
muestra de sinceridad y a decir, por influencia de lo que llamaríamos
deontología comunicativa, «la verdad, toda la verdad y
nada más que la verdad». En la segunda, serecomienda al hablanteque
no profiera enunciadossobre un tema que no domina, y que sea capaz de demostrar
sus dichos con pruebas.
La
categoría de relación o de relevancia seenuncia a través
de una sola máxima:
«Vaya usted al grano».
Esta máxima invita a los hablantes a que digan solo lo
relevante, y sostiene quelos enunciados de los hablantes han de ser
pertinentes. Asimismo, deben aplicarse exactamente a lo de que se trata y no
apartarse del tema. Pero, como subraya YusRamos (1995) a propósito de
esta máxima, Grice no hizo un desarrollo suficiente de ella, debido a
los posibles problemas que subyace a la cuestión de la relevancia en
aquella época:
Para Grice esta máxima debía acometer
posteriores desarrollos, ya que él apenas hace referencia a esta
máxima, coincidiendo con otros investigadores de los años
setenta. Sin embargo, durante los años ochenta y noventa, la relevancia
de los enunciados ha sido estudiada con éxito por varios analistas,
entre los que destacan Sperber y Wilson (1986) y su Principio de
Relevancia.(p. 115)
La categoría de modo tiene que ver con la claridad de
las informaciones. De hecho, no tiene mucho que ver con lo que se dice sino con
la manera como se dice lo que se dice. Se enuncia mediante la máxima
genérica «Sea usted perspicuo» y se explicita con las
siguientes máximas específicas:
- «Evite usted ser oscuro al expresarse»;
- «Evite usted ser ambiguo al expresarse»;
- «Sea usted escueto (evite ser innecesariamente
prolijo)»;
- «Procedausted con orden».
En la primera sub-máxima, se invita al locutor a
procurar que su mensaje sea fácilmente descodificado por su receptor,
esto es, que sea lo más explícito posible. La segunda recomienda
que no se profieran informaciones que conlleven dudas o que tengan más
de una interpretación. La tercera recomienda decir justo lo necesario,
evitando informaciones que sobran, la cual va en consonancia con la segunda
sub-máxima de cantidad. Con la cuarta y última sub-máxima,
recomienda una buena organización y estructuración de los
enunciados que se profieren, sin lo cual estos podrían resultar
confusos. El Principio de Cooperación, según lo pensado
por Grice (1975), se ofrece, pues, como un conjunto de pautas cuya
aplicación, que no es de obligado cumplimiento, favorece el éxito
de las prácticas conversacionales.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, conviene esperar que, de
las diferentes máximas enunciadas, bien haya cumplimiento (que sean
respetadas), bien haya incumplimiento. Y, cuando se produce este último,
se habla de violación de máximas. Por tanto, de acuerdo con
Gutiérrez Ordóñez (2002, p. 44), «el Principio de
Cooperación, al igual que todos los principios pragmáticos
(...) está abierto a dos posibilidades: el cumplimiento o la
violación». Sin embargo, nos abstenemos a abordar estos aspectos
aquí, puesto que el objetivo no es extendernos sobre la cuestión
del Principiode Cooperación y los consiguientes debates o
comentarios. En cambio, el propósito es partir de la presentación
de las máximas que sustentan dicho principio para mostrar en qué
medida el uso de los AAPP contribuye a aplicarlo y, por tanto, a favorecer el
éxito de la comunicación; de allí la necesidad de fomentar
la enseñanza explícita de estos recursos lingüísticos
para desarrollar la competencia pragmática de los aprendientes.
Tal como como puede comprobarse en el primer capítulo
de este trabajo, una de las particularidades de los AAPP es su carácter
escueto, ya que dan cuenta de enunciados generalmente constituidos por un
adverbio que equivale a una oración entera, bien enunciada con
anterioridad, bien, raras veces, enunciada posteriormente. De hecho, el
carácter informativo y autosuficiente de los AAPP invalida la necesidad
de aportar otros datos para completar el enunciado que configuran. Por ello,
tal como hemos comentado anteriormente, el hecho de reponer dichos datos se
interpreta como repeticiones inútiles que hacen pesada la
comunicación. Cuando dos hablantes se encuentran en una
conversación, uno de los objetivos, si no el objetivo principal, es que
un hablante aporte las informaciones requeridas por su interlocutor para
satisfacer sus necesidades. Si esto se cumple, entonces, se puede hablar de
éxito en la comunicación. Consideremos el ejemplo de (1):
(1) a. -Ah! Ha sido con una pistola pequeña? (La
mordaza, p. 189)
b. -Sí.
En el ejemplo precedente, si se quiere explicitar la
estructura completa de la respuesta de (1b), se obtiene Sí, ha sido
con una pistola pequeña. Ahora bien, por sí sola, la
proforma Sí ya transmite exactamente la misma
información que la de la estructura completa. Por ello, ya no es
necesario añadirle otros datos para decir lo mismo, en cuyo caso se
estaría diciendo más de lo necesario. Desde esta perspectiva, se
están poniendo en aplicación las máximas de
cantidad y la tercera sub-máxima de modo, que
recomienda ser escueto y evitar prolijidad innecesaria.
Es, pues, evidente que si un estudiante, no solo de ELE, sino
de cualquier L2 o LE, es consciente de esta manera de actuar
lingüísticamente e intenta ponerla en aplicación,
incrementará su competencia pragmática, puesto que estará
implementando uno de los principios pragmáticos que garantizan el
éxito comunicativo, como es el Principio de cooperación. A
continuación, se presenta otro principio pragmático en que el uso
de los AAPP contribuye a su aplicación: es el Principio de la
economía del lenguaje.
3. Adverbios
prooracionales y Principio de la economía
lingüística
Al hablar del Principio de la economía
lingüística, se hace referencia a aquel principio pragmático
relacionado con el hecho de abreviar un discurso, reduciendo voces sin alterar
el sentido del mensaje vehiculado y manteniendo la claridad del mismo. De
hecho, expresarse con economía equivale a expresarse de manera concisa y
precisa, utilizando únicamente las palabras necesarias para comunicarse.
Tal como subraya Paredes (2008),
Podemos hablar de economía lingüística
cuando hacemos un uso abreviado del código (palabras acortadas, frases
incompletas, eliminación de algún elemento
lingüístico, etc.) y cuando `entre todos los semas que sirven para
transmitir un mensaje determinado y que, en las circunstancias en que tiene
lugar el acto sémico, aseguraron el éxito de éste, el
emisor elige aquél que le permite hacer pertinente menos rasgos, es
decir, aquél cuyo empleo supone que se suministra al receptor una
cantidad menor de indicación significativa' Prieto, 1967:165. (p.169).
Sin embargo, el uso de la economía
lingüística ha ocasionado debates, muchas veces polémicos,
entre los especialistas de la lengua, sobre su impacto en la
comunicación. Por una parte, se considera la economía del
lenguaje como un fenómeno que perjudica a la comunicación o
incluso como una amenaza al sistema lingüístico; y, por otra, se
presenta como un mecanismo que favorece el éxito comunicativo.
Los que abogan por la primera opción defienden que la
economía del lenguaje se justifica por la pereza o dejadez por parte de
los hablantes, en el sentido de que el hecho de hablar de manera escueta, con
menos palabras, no requiere mucho esfuerzo. Esto dio lugar a la ley del
mínimo esfuerzo, la cual constituye, en opinión de Moreno
Cabrera (2002, p. 11), una de las formulaciones más populares de la
economía en la expresión. Según arguye este autor,
«el hablante tiende a ahorrar esfuerzo en la producción
lingüística: si hay dos formas de expresar lo mismo, una más
complicada que otra, se tiende a optar por la que exige menos esfuerzo»
(Moreno Cabrera, 2002, p. 11-12). En el mismo sentido, subraya la dificultad
que puede ocasionar dicho mecanismo en el destinatario -sobre todo si es de uso
excesivo-: «Un mensaje fácil de emitir por lacónico es
difícil de analizar e interpretar y, por tanto, es de procesamiento
costoso. La excesiva economía sintética conlleva una excesiva
complicación analítica» (Moreno Cabrera, 2002, p. 12).
Por otro lado, se presenta la economía
lingüística como una necesidad comunicativa del ser humano, debido
al carácter intrínsecamente económico del propio lenguaje
(Paredes, 2008, p. 170)23(*). Desde esta perspectiva, ya no debe verse como una
tendencia al mínimo esfuerzo, sino más bien como un medio por
parte de los hablantes de satisfacer sus necesidades. Además, la
economía del lenguaje se presenta como una prueba de capacidad cognitiva
de los hablantes, tal como lo explica Zipf (1949), quien, citado por Paredes
(2008), «no ciñe el principio de economía
lingüística a la comodidad o descuido de los hablantes, sino que
presupone una capacidad cognitiva que constituye una de las bases del
funcionamiento del lenguaje humano» (p. 174).
Por el carácter escueto que le confiere al discurso, la
economía lingüística se ve estrechamente relacionada con el
fenómeno de la elipsis. Esta figura retórica se considera como el
principal medio de manifestación de la economía del lenguaje y
como un recurso necesario para una producción lingüística
refinada. Es lo que recuerda Hernando Cuadrado (2005) cuando,
refiriéndose a Francisco Sánchez de las Brozas, presenta la
elipsis como el resultado de la economía lingüística,
añadiendo que «la brevedad de los decursos elípticos en
numerosas ocasiones les confiere un valor estético y expresivo, pudiendo
producir la reposición de los elementos elididos ambigüedad y hacer
dudoso el sentido» (p.171). Por este motivo, sin duda, Paredes (2008)
afirma que «es precisamente el principio de economía el que hace de
la elipsis no un fenómeno opcional sino una característica
esencial de la elocución, y, por ello, el fenómeno adquiere un
papel relevante en la teoría de la comunicación» (p. 170).
En el mismo orden de ideas, se destaca en la economía
lingüística el hecho de que favorezca la rapidez y la eficacia en
el hablante, lo cual agiliza la comunicación y la hace más
agradable desde el punto de vista estilístico. Un ejemplo lo tenemos en
Paredes (2008, p. 171) cuando alude al uso de los pronombres como uno de los
mecanismos relacionado con la economía del lenguaje y cita a Escavy
(1987), quien «defiende la rentabilidad de los pronombres en este sentido,
tanto en el nivel del sistema como en su manifestación en el discurso,
ya que su no utilización haría posible un discurso, aunque
correcto, `estilísticamente inconveniente' (...)».
Considerando lo anterior, cabe mencionar que, si bien la
economía del leguaje puede facilitar la comunicación, esto no
legitima su uso excesivo, lo cual podría dificultar, efectivamente, la
comprensión del mensaje por parte del interlocutor. Por tanto, al
expresarse con economía, los hablantes deben tratar de mantener claro su
mensaje para ponerles fácil la interpretación a los
destinatarios. Esto justifica, además, el hecho de que recurrir a la
economía lingüística no es una simple cuestión de
elección o de comodidad, sino que constituye, a veces, una prueba de
capacidad cognitiva importante por parte del locutor. Así, concluye
Paredes (2008, p. 176) destacando la importancia de la economía
lingüística en la comunicación:
El principio de economía lingüística,
característica particular del lenguaje humano y general del
comportamiento del hombre, se erige en la actualidad como uno de los aspectos
más importantes de la teoría de la comunicación y de los
procesos cognitivos de codificación y descodificación
lingüística por parte de los hablantes.
Tal como hemos comentado en el primer capítulo de este
trabajo, el uso de los AAPP es, en su mayoría, una manifestación
del fenómeno de la elipsis, de ahí que se pueda deducir su
relación con el Principio de la economía lingüística.
Como subraya Paredes (2008), entre los mecanismos principales de la
economía lingüística se destacan «la elipsis u
omisión sintagmática, la fraseología y el uso obligado de
las proformas» (p. 173). Por tanto, dado que los AAPP forman parte del
gran conjunto de las proformas, aparecen como recursos necesarios para la
aplicación del Principio de la economía lingüística.
Considérese lo que dice Fernández De la Rosa (2012, p. 275- 276)
a este respecto:
Los adverbios, al asociarse con los verbos, normalmente
permiten al hablante prescindir en la oración de estos, lo que hace que
parezcan en ocasiones autónomos para expresar juicios y de aquí
que parezca que pueden formar oraciones por sí solos (...) Estos
adverbios, insistimos, no son oraciones. El contexto nos permite simplemente
utilizarlos y nosotros, por una razón elemental de economía
lingüística, los usamos frente a las auténticas oraciones en
las que se englobarían.(p. 276).
Con especial atención a la última oración
del texto precedente, se evidencia el hecho de que el uso de los AAPP, por
motivo de economía de lenguaje, satisface las necesidades comunicativas
de los hablantes y favorece la construcción de un discurso fluido y
eficiente. De hecho, ayudan a reducir las tautologías o repeticiones
innecesarias y a eliminar la redundancia comunicativa, favoreciendo la agilidad
y la concisión en los intercambios conversacionales. Tras mostrar la
relación y, sobre todo, la importancia del uso de los AAPP en la
aplicación de los principios pragmáticos comentados queda exponer
algunos casos en los cuales estos recursos se utilizan como tácticas y
estrategias pragmáticas, para justificar su importancia en el desarrollo
de la competencia pragmática de los estudiantes de ELE.
4. Adverbios
prooracionales como estrategias pragmáticas de
comunicación
Durante los intercambios comunicativos, los hablantes, ya sean
nativos o no nativos, recurren frecuentemente a estrategias para satisfacer sus
necesidades comunicativas. Algunas veces, puede ser para dar solución a
alguna dificultad o problema; y otras, simplemente para construir un discurso
eficiente, siempre que lo pida la situación comunicativa que se le
presente. En ambos casos, el hablante lo hace valiéndose de recursos
lingüísticos o no lingüísticos. Nosotros nos vamos a
interesar por la primera vertiente.
En el marco del aprendizaje de L2, Palacios Martínez
et al (2019)24(*)
definen una estrategia comunicativa como un «mecanismo, plan o
técnica que utilizan los aprendices de una segunda lengua para
solucionar los problemas que surgen cuando desean comunicar un significado o
mensaje y carecen del conocimiento lingüístico necesario para
ello». Como puede comprobarse, esta definición está basada
en situaciones comunicativas que ponen de relieve las dificultades como motivo
para utilizar una estrategia de comunicación y cuyo recurso permite
solventarlas. En este sentido, este mecanismo resulta de gran ayuda, sobre todo
para estudiantes que todavía tienen un nivel de lengua bajo o
intermedio. Marchante Chueca (2005, p. 7) pone el caso de un estudiante que no
está seguro del modo verbal que debe utilizar después de un
adverbio de duda para responder a una pregunta. Observemos el diálogo de
(2):
(2) - Crees que ganaremos el partido
mañana?
- Tal vez / quizá / a lo
mejor25(*).
Ante esta dificultad, el estudiante opta por economizar el
lenguaje, elidiendo el resto de la oración y usando el adverbio en
cuestión en su carácter prooracional, para no tomar el riesgo de
usar el modo verbal equivocado. A este respecto, la autora subraya que
Esta destacada economía del lenguaje es un
índice de actitud del hablante que, de alguna forma, facilita el recurso
lingüístico al estudiante de español siempre que se
encuentre con uno de sus grandes problemas con los que se enfrenta en su
aprendizaje del español: usar el indicativo o subjuntivo (Marchante
Chueca, 2005, p. 7).
Y es que muchos otros casos parecidos no solo tienen que ver
con las reglas gramaticales, sino que también se deben a un problema de
deficiencia léxica, esto es, cuando el estudiante carece de vocabulario
para expresarse debidamente. Por tanto, vemos que los AAPP, en parecidos casos,
se utilizan como recursos lingüísticos salvadores, cuyo uso le
permite al estudiante mantener su discurso claro y eficiente. Es, pues, una
actitud apreciable y, además, constituye una prueba de progreso del
estudiante en su proceso de aprendizaje, tal como lo destaca el MCER (2002,
p.62): «El progreso en la enseñanza de lenguas se evidencia con
mayor claridad en la capacidad que tiene el alumno de realizar actividades de
lengua observables y de poner en práctica estrategias de
comunicación».
Sin embargo, como hemos señalado al inicio de este
apartado, las estrategias comunicativas no solo tienen una función
salvadora, sino que también pueden deberse a que lo demanda la
situación de comunicación en la que se encuentra el hablante.
«Por tanto, no habría que ver las estrategias de
comunicación simplemente desde una perspectiva de incapacidad, como una
forma de compensar una carencia o una mala comunicación» (MCER,
2002, p. 61).
Dado que las estrategias que nos interesan en este trabajo son
los diferentes usos de los AAPP, existen varios contextos, además de los
ya comentados anteriormente -sobre todo en relación con la
economía lingüística-, en los que esto permite satisfacer
las demandas de comunicación que puedan surgir y realizar con
éxito las tareas comunicativas. De hecho, un hablante puede utilizar los
AAPP para mostrar interés a la elocución de su interlocutor:
(3) A - ... En alguna ocasión tú me
mencionabas que ... que no estabas de acuerdo con una práctica especial
, o...26(*)
B - Sí.
En el diálogo precedente, la manera de actuar de B
puede verse como una técnica de manifestación de la
cortesía, en la medida en que el hecho de enseñarle expresamente
a su interlocutor (A) que está prestando atención a lo que dice
le confiere más seguridad y confianza, y favorece un ambiento positivo
en la conversación. Igualmente, se utilizan otros adverbios para mostrar
interés en la elocución de un interlocutor, lo cual es posible
con adverbios como Evidentemente, Obviamente, entre otros. De acuerdo
con Contreras Fernández (2005), los participantes de una
conversación suelen desear que su interacción se desarrolle de
manera agradable para todos. Y para ello, se conducen en conformidad con las
normas o valores socialmente aceptados y apreciados por el grupo sociocultural
al que pertenecen. Tal como señala este autor, «Esta conducta
válida que trata de facilitar el intercambio y de favorecer las
relaciones sociales a través de la comunicación, es realizada por
medios lingüísticos como no lingüísticos, y constituye
lo que en este trabajo vamos a denominar cortesía»
(p. 1).
Otro caso en el que el uso pragmático de los AAPP puede
verse como una marca de cortesía se manifiesta cuando se sabe
cómo utilizarlo para mantener una conversación sana sin ocasionar
conflicto. En efecto, hay contextos en los que un usuario
pragmáticamente competente sabe que tales expresiones, si bien no son
agramaticales, tienen una carga ilocutiva importante. Esto es, la respuesta a
una pregunta mediante las proformas Sí o No, por
ejemplo, puede resultar pragmáticamente adecuada o inadecuada
dependiendo de a quién va dirigido el mensaje. Ante una pregunta
planteada por una persona a quien se le tiene respeto, por cortesía, el
locutor se ve obligado a completar su respuesta, bien retomando las palabras de
la pregunta, bien utilizando otras palabras que alejen cualquier alusión
a la falta de respeto. Si un profesor le hace la pregunta a su alumno, por
ejemplo, si ya ha terminado sus deberes, este tiene dos opciones de respuesta.
Con la primera, responde con un Sí o un No, a secas.
Con la segunda opción, para expresar cortesía, puede completar su
respuesta diciendo Sí. Hace un momento. / Sí,
señor.; No. Todavía tengo que terminar las dos
últimas tareas. / No, Todavía no., entre otras
posibilidades. En tal contexto, la primera opción de respuesta es
susceptible de interpretarse por el profesor como descortés, a
diferencia de la segunda que aleja tal interpretación gracias a los
elementos añadidos.
Como estrategias comunicativas, los AAPP también se
utilizan muchas veces como recursos lingüísticos con función
fática o de contacto, la cual sirve, básicamente, para iniciar,
mantener o finalizar una conversación. Pueden utilizarse, por ejemplo,
como configuradores de las llamadas preguntas eco. Se trata de un tipo
de preguntas directas o indirectas que requieren repetición de parte o
totalidad de un enunciado que acaba de proferir otra persona. El que las
formula «lo hace o bien para buscar la confirmación de un enunciado
anterior, o bien para solicitar la repetición de un constituyente de
dicho enunciado que no ha oído o que, por cualquier razón, piensa
haber oído mal» (Dumitrescu, 1989, p. 1323). De acuerdo con esta
autora, «Desde el punto de vista pragmático, estas preguntas son
actos de control del diálogo en el sentido de Bunt (1981)», tal
como aparece en (4)27(*):
(4) A- Juan se casó ayer.
B- Cuándo? /
Cómo?
Por otra parte, en estas preguntas eco, ilustradas en (4B), se
encierran distintos valores discursivos que reflejan diferentes estados
anímicos del que las formula. En el caso del ejemplo precedente, las
prooraciones Cuándo? y Cómo? pueden expresar,
entre otros, sorpresa ante la declaración de su interlocutor; pero
también alegría, considerando dicha declaración como una
buena noticia.
De la misma manera, en enunciados interrogativos, las
expresiones Sí?, Ah sí?, En serio?De verdad?, entre
otros, permiten mantener la conversación incitando al interlocutor a
seguir hablando o a aportar detalles sobre un tema que ha introducido. De
hecho, estos recursos forman parte de losllamados marcadores de control de
contacto y, concretamente, de los que gestionan el control en la
dirección del oyente al hablante para expresar la actitud ante la
información que al oyente le proporciona el hablante (Acosta-Ortega y
López Ferrero, 2022; p. 83),como puede comprobarse en el siguiente
diálogo:
(5) A- Mira, finalmente conseguí el puesto
28(*).
B- Ah sí? / En serio? / De
verdad?
Además de la función fática destacada en
los distintos AAPP de (5B), los mismos, igualmente, pueden expresar estados
anímicos tales como sorpresa o alegría, entre otros, pero, en
este caso, en un sentido diferente del de las preguntas eco. En un contexto
distinto, también pueden expresar tristeza o compasión por parte
del interlocutor ante una mala noticia. Al transformar el enunciado de (5A) en
una información triste, se puede obtener lo siguiente:
(6) A- Mira, finalmente me denegaron el puesto.
B- Ah sí? / En serio? / De
verdad?
Si bien no es de nuestro interés analizar los datos no
lingüísticos, cabe subrayar la contribución importante que
aportan los signos paralingüísticos y extralingüísticos
(gestos) que acompañan dichas expresiones y que refuerzan o modifican el
contenido del mensaje y evidencian la intención comunicativa del
hablante.
Para conceder permiso, se utilizan muy frecuentemente, y de
manera independiente, los AAPP Sí y No, dependiendo de
cómo se formula la pregunta. Sin embargo, el uso de dichos AAPP sin
expresión de refuerzo puede crear dudas en la interpretación de
la respuesta por parte del destinatario, en la medida en que este último
no estaría convencido de la sinceridad de su interlocutor. Por ello, en
parecidos casos, para mostrar su sinceridad, los usuarios o bien añaden
a su respuesta una expresión reforzadora, o bien usan el adverbio
prooracional de manera reiterada o cualquier otra estrategia que lleve al mismo
fin. Así, el uso de los AAPP, de manera independiente o en
combinación con una expresión de refuerzo, tiene distintos
valores desde el punto de vista pragmático. El primer caso denota sin
más la aprobación del permiso, mientras que el segundo, aunque
tiene el mismo propósito, viene a intensificar dicha aprobación.
Se ilustran ambos casos en los ejemplos de (7) y (8) :
(7) A- Puedo/podría sentarme a su lado, por
favor?
B- Sí
B''- Sí, sí. / Sí, claro. /
Sí, evidentemente. / Sí, por
supuesto.
(8) A- Le importa si me siento a su lado, por
favor?
B- No.
B''- No, no./ No, en absoluto. / No, para nada.
De este modo, la aprobación mediante el uso de los AAPP
con expresión intensificadora, tanto en (7B'') como en (8B''), aporta
más seguridad y convicción al interlocutor y este se siente
más satisfecho. En estas últimas respuestas, la repetición
de las partículas Sí o No, considerada
también como reduplicación léxica, y las demás
expresiones añadidas son estrategias que, de acuerdo con Santos Lemos
(2017, p. 36), permiten «añadir un valor enfático al
enunciado», confirmando o desambiguando, así, la intención
comunicativa del locutor que es la de conceder permiso a la demanda.
Pero, lo mismo es igualmente posible cuando se utilizan
solamente los adverbios de afirmación que servían de refuerzo,
tales como Evidentemente; Desde luego; Obviamente; Por supuesto;
Sí, claro; En absoluto; Para nada; De ningún modo;
entre otros, tal como se manifiesta en (9) y (10):
(9) A- Puedo/podría sentarme a su lado, por
favor?
B- Evidentemente / Por supuesto / Obviamente.
(10) A- Le importa si me siento a su lado, por
favor?
B- En absoluto/ Para nada / De ningún
modo.
Los AAPP como estrategias de comunicación no solo se
explotan durante la producción lingüística, sino que
también pueden activarse para la decodificación o
interpretación de un mensaje. En tales situaciones, un interlocutor
destinatario debe ser capaz de interpretar su uso por parte del otro
interlocutor, para identificar la intención comunicativa de este
último. Para poner un caso, muy a menudo, el estado anímico de un
individuo impacta en su manera de expresarse. En efecto, el hecho de que se
encuentre, por ejemplo, triste, enojado, disgustado o, incluso, cansado, puede
conducir a que no sea favorable a una conversación, lo que se
identificaría como negación a cooperar29(*). Por consiguiente,
sus intervenciones pueden reducirse a un lenguaje muy escueto, con lo que uno
de recursos más utilizados en tales contextos son los AAPP. De este
modo, su interlocutor tiene que inferirlo para saber qué actitud
adoptar, si debe seguir hablando o, a lo mejor, dejar de hablar. También
puede darse un caso en que se usan los AAPP en un sentido irónico, como
se evidencia, por ejemplo, en (11), en el que el uso de las proformas
oracionales por B no es para confirmar ni expresar acuerdo con lo que dice A,
sino todo lo contrario:
(11) A - Has ganado a la lotería.
B - Sí, sí. / Ya, ya.
Así pues, ya sea con el caso del estado anímico
o del uso irónico de los AAPP, el estudiante de ELE tiene que estar
familiarizado con estos tipos de situaciones para ser capaz de interpretar las
actuaciones lingüísticas de un hablante y saber cómo
proceder en la vida real si se encuentra en situaciones parecidas. Y es que
saber identificar la intención comunicativa de un hablante
también es una prueba de una buena competencia comunicativa.
Además, de acuerdo con Fernández (2008, p.1), el éxito de
la comunicación humana radica, en gran medida, en la capacidad del
destinatario para interpretar con éxito la intención del acto
comunicativo de su interlocutor.
Cabe precisar que los casos ilustrados no tienen
carácter exhaustivo, por lo que se podrían presentar más
contextos de uso pragmático de los APP, sobre todo teniendo en cuenta la
variabilidad de los contextos o situaciones de comunicación que pueden
darse en las conversaciones. Asimismo, habría que considerar los
factores paralingüísticos que tienen una fuerza pragmática
importante y que pueden orientar la interpretación de los AAPP por parte
de un usuario.
En vista de los casos comentados anteriormente sobre los
diferentes usos pragmáticos de los AAPP, se evidencia su importancia en
el desarrollo de la competencia pragmática de los estudiantes de ELE.
Permiten poner en aplicación diferentes principios pragmáticos y
se utilizan como estrategias pragmáticas de comunicación. Por
tanto, la pragmática, siendouna disciplina bastante compleja, merece que
se la enseñe de modo explícito para que algunas nociones o
comportamientos comunicativos puedan aprenderse y aplicarse, ya que el
aprendizaje implícito de muchos de esos comportamientos podría no
realizarse de manera adecuada. Dicha enseñanza explícita permite
adquirir fácil y rápidamente la competencia pragmática,
tal como destaca De Pablos-Ortega (2018, p. 55)
Teaching pragmatics explicitly is another aspect to bear in
mind in the process of pragmatic competence acquisition. (...) The outcome of
the investigation reveals that students who are exposed to explicit pragmatic
teaching improve their pragmatic competence when compared to those who were not
exposed to such instruction.
En el mismo sentido, al hablar de los operadores discursivos,
precisamente, los de afirmación, Solís García y
León Gómez (2016)evocan los problemas que experimentan los
aprendices de ELE en la adquisición de tales elementos -entre los cuales
los AAPP- y sus causas y, también, tratan de reflexionar sobre
cómo enseñar adecuadamente su gramática y
pragmática. Uno de los problemas de dichos alumnos, según
explican, es «la débil capacidad explicativa de las reflexiones
sobre el valor de estos operadores que se encuentran en los materiales de
estudio» (p. 120). Por tanto, en cuanto a los AAPP,
específicamente, es necesario que se implemente de manera
explícita su tratamiento tanto en los manuales de ELE como en el proceso
de enseñanza aprendizaje. De esta manera, se contribuye al aprendizaje
consciente del componente pragmático de la lengua por parte de los
alumnos y se garantiza una adquisición rápida y eficaz de la
competencia pragmática. Estas son algunas de la cuestiones que vamos a
tratar a continuación.
CAPÍTULO 3:
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
En este capítulo, se analiza cómo se lleva a
cabo la explotación didáctica de los AAPP en dos manuales de ELE.
De hecho, la metodología empleada para ello sigue un procedimiento con
base empírica, donde se parte de una recopilación de datos que
serán posteriormente analizados de acuerdo con las necesidades y
objetivos de este estudio. Para ello, se especifica, primero, cómo se
diseña la investigación y, después, se justifica la
selección de los manuales, así como de qué manera se han
recopilado los datos y sobre qué bases documentales.
1. Tipo de
investigación
De acuerdo conHernández Sampieri et al(2018,p.
125), a propósito de los estudios descriptivos, «Con frecuencia, la
meta del investigador consiste en describir fenómenos, situaciones,
contextos y sucesos; esto es, detallar cómo son y se manifiestan».
Por tanto, dado que el objetivo aquí consiste, efectivamente, en mostrar
cómo se manifiestan los adverbios prooracionales en la
enseñanza-aprendizaje de ELE, y especialmente en manuales, esta
investigación es, pues, de tipo descriptivo.
2.
Método
Para realizar nuestro estudio, nos hemos basado en el
método cualitativo, porque es el que nos parece más adecuado para
las investigaciones de tipo descriptivo. Asimismo, la elección de este
enfoque se debe a que el desarrollo de este trabajo refleja
características propias de un estudio cualitativo, las cuales se
describen enHernández Sampieri et al (2018,p. 10-11). Algunas
de ellas son las que se mencionan a continuación:
- La naturaleza de los datos es cualitativa (textos,
narraciones, significados, etc.);
- La meta de la investigación es describir, comprender
e interpretar los fenómenos;
- La teoría se construye básicamente a partir de
los datos empíricos obtenidos y analizados;
- La lógica es inductiva: de lo particular a lo
general;
- La muestra se constituye de unos cuantos casos porque no se
pretende necesariamente generalizar los resultados del estudio, sino
analizarlos intensivamente;
- Uso moderado de las estadísticas en el
análisis de datos;
- El investigador emplea una variedad de formatos para
reportar sus resultados: narraciones, fragmentos de textos, diagramas, etc.
Por lo demás, según Balibreaet al
(2006: p. 141), en las investigaciones cuyo objetivo fundamental es describir
lo que sucede en las aulas, y que responden a una concepción
interpretativa del conocimiento, priman los análisis cualitativos sobre
los cuantitativos.
3. Técnica de
recogida y análisis de datos
La técnica que nos ha permitido recoger y analizar los
datos descansa esencialmente en la revisión documental. Concretamente,
se revisa, por una parte, el Plan Curricular del Instituto Cervantes
(PCIC), especialmente, el apartado de Funciones y el de
Tácticas y estrategias pragmáticas.Por otra parte, se
examinan dos manuales de la Editorial Difusión: Aula internacional 2
Nueva Edición y Aula internacional 3 Nueva Edición,
que corresponden, respectivamente, a los niveles A2 y B1 del Marco
Común Europeo de Referencias para las lenguas (MCER). En ambos casos, se
recopilan datos que dan cuenta, ya sea explícita o
implícitamente, de la alusión a los adverbios prooracionales
objeto de estudio, para, luego, realizar interpretaciones sobre los datos
obtenidos. De este modo, en los resultados, se podrá valorar el grado de
inclusión de los AAPP en los manuales y, así, determinar la
importancia que se da a estos elementos.
4. Descripción y
justificación del corpus seleccionado
4.1. EL PCIC
El PCIC, como ya se sabe, es aquel documento que recoge las
recomendaciones del MCER y fija los aspectos a tener en cuenta para su
implementación en función de los diferentes Niveles de referencia
para el español. Tal como se puede leer en la presentación de
este documento,
Este Plan Curricular presenta un tratamiento
sistemático de los materiales necesarios para preparar los objetivos y
los contenidos de los programas de enseñanza del Instituto Cervantes.
Pero asimismo se ha desarrollado con la idea de proporcionar unaherramienta
útil a los profesores deespañol de todo el mundo. (Instituto
Cervantes, 2006)
Desde esta perspectiva, el PCIC se ofrece como aquella fuente
de la que se toman orientaciones para diseñar clases o manuales de
enseñanza de ELE.
La revisión del PCIC para nuestro propósito
descansa en el deseo de averiguar si dicho documento prevé indicaciones
didácticas relacionadas con la enseñanza explícita de los
adverbios en su carácter prooracional. Y, dado que dicho carácter
adverbial tiene un alcance esencialmente discursivo y pragmático, entre
los distintos apartados que constituyen el PCIC, nos han interesado los de
Funciones y de Tácticas y estrategias
pragmáticas, pues en ellos se recogen datos sobre el componente
pragmático destinado a la enseñanza-aprendizaje de ELE y, por
tanto, posibles indicaciones sobre la enseñanza de los AAPP.
4.2. Los
manuales
Como ya hemos señalado líneas atrás, para
analizar el tratamiento didáctico de los AAPP, hemos escogido dos
manuales de la Editorial Difusión: Aula internacional 2 Nueva
edicióny Aula internacional 3 Nueva edición. La
selección de estos manuales está basada en varios criterios. En
primer lugar, se debe a su adhesión al enfoque comunicativo, es decir,
al desarrollo de la competencia comunicativa como objetivo principal del
proceso de enseñanza-aprendizaje, y a que siguen las directrices del
MCER (2002), implementadas por el PCIC. También se ha tenido en cuenta
la fecha reciente de publicación, 2014, la cual da cuenta de que son
manuales muy actuales. Por otra parte, ha tenido gran influencia el hecho de
que los manuales de la serie Aula Internacional sean, hoy en
día, una referencia muy solicitada por el público en el mercado
de ELE y, también, el hecho de que tengan gran fama a escala
internacional. Por último, se ha tenido en cuenta el hecho de que
integren la competencia pragmática entre los aspectos que se trabajan
para fomentar la competencia comunicativa de los aprendientes.
En cuanto a los niveles escogidos (A2 y B1), aunque los AAPP
también aparecen en los demás niveles -inferiores o superiores-,
hemos preferido detenernos en estos dos niveles porque consideramos que en
ellos se concentra, o se debería concentrar, el tratamiento
didáctico de los AAPP. Asimismo, pensamos que solo a partir de estos
niveles los estudiantes ya son capaces de realizar un aprendizaje consciente de
los valores pragmáticos de estos recursos lingüísticos.
Aula internacional 2 Nueva edición (Nivel A2)
y Aula internacional 3 Nueva edición (Nivel B1) son manuales de
la Editorial Difusión, publicados en 2014 por Jaime Copas,
Agustín Garmendia y Carmen Soriano. Aparte de la diferencia a nivel del
número de unidades -10, para el nivel A2, y 12 para el nivel B1-, ambos
tienen la misma estructura. Cada unidad consta de 5 secciones:
Empezar, en la que se prepara al alumno para la temática
presentándole las distintas tareas que tendrá que realizar y los
recursos lingüísticos y comunicativos correspondientes;
Comprender, en la que se contextualizan los contenidos
lingüísticos y comunicativos de la unidad, mayoritariamente
mediante actividades de comprensión; Explorar y reflexionar, en
la que se invita al estudiante a observar activamente el funcionamiento
(morfológico, léxico, funcional, discursivo, etc.) de la lengua
mediante recursos diversos; Practicar y comunicar, en la que el
alumno realiza una práctica lingüística y comunicativa
mediante tareas variadas; y Viajar, en la que se transporta al alumno
al mundo de los países hispanófonos presentándole las
realidades cotidianas y culturales correspondientes. Al final de estos
contenidos se proporciona un apartado titulado Más ejercicios,
en el cual los alumnos pueden ejercitar de manera autónoma los aspectos
lingüísticos de cada unidad y ampliar sus habilidades.
Además, el libro integra, en la parte final, una sección
llamadaMás gramática, en la que se abordan con
más detalle los aspectos gramaticales de cada nivel.
Todos estos puntos mencionados anteriormente aparecen en el
libro del alumno. Pero, para nuestro estudio, también hemos revisado el
Libro del profesor(2014), de los respectivos niveles, cuyos autores
son Agnès Berja, Roberto Castón, Eva García, Pablo Garrido
e Isabel Ginés. El objetivo era obtener más información
sobre los propósitos y la didactización de los contenidos que se
incluyen en el libro del alumno, también susceptibles de ayudarnos a
realizar nuestro análisis.
5. Criterios de
análisis de los manuales
Para nuestro trabajo, nos servimos de uno de los
ámbitos que utilizan González Sánchez (2016) y
González Sánchez y Andión Herrero (2021) para analizar el
constructo metodológico de los manuales de ELE que revisan. Se trata del
ámbito de actividades. Este ámbito nos permitirá
determinar el lugar que ocupan los AAPP en cuanto foco de atención en
las distintas actividades propuestas y, por consiguiente, medir el grado de
consideración de los AAPP como recursos para el fomento de la
competencia pragmática de los aprendientes. A partir de ello, se
podrá evaluar la importancia de los AAPP en los manuales analizados.
Además, según se nota en Prados Lacalle (2019, p.6), las
actividades forman parte de los aspectos importantes que hay que examinar
cuando un profesor quiere elegir un manual adecuado.
Son, pues, dos los elementos principales que guían el
análisis: la presencia explícita de los AAPP en las actividades
como foco de atención y la descripción o información
metapragmática proporcionada relacionada con su uso en la
comunicación; esto es, una explicación explícita de sus
valores comunicativos en las actividades. Por tanto, nos interesa averiguar:
- Si aparecen ocurrencias de los AAPP
- Si constituyen el centro de interés de la actividad
en la que se encuentran
- Si se explica su valor pragmático en la
comunicación.
CAPÍTULO 4:
ANÁLISIS DE LOS MANUALES E INTERPRETACIÓN DE LOS
DATOS
En este capítulo se exponen los resultados del
análisis realizado sobre los manuales Aula internacional 2 nueva
edición (Nivel A2) y Aula internacional 3 nueva
edición (Nivel B1) y se hace una interpretación de los datos
obtenidos con el fin de conseguir los objetivos de este estudio. Pero, antes de
llegar a este punto, primero, vamos a presentar los resultados obtenidos tras
la revisión del PCIC.
1. Resultado del
análisis del PCIC
Como ya se ha indicado en el capítulo precedente, para
hacer un buen análisis de los manuales seleccionados, hemos revisado,
primero, el PCIC para ver si en él constaban indicaciones o
recomendaciones sobre la enseñanza explícita de los adverbios en
su carácter prooracional. Por tanto, ante todo, se presentan los
resultados obtenidos de la revisión del PCIC en cuanto a la
alusión explícita o implícita a los AAPP antes de mostrar
los resultados del análisis del tratamiento de los AAPP en los manuales.
Los dos apartados revisados en el PCIC son, como hemos
indicado, los de Funciones y de Tácticas y estrategias
pragmáticas, pues son los lugares donde se podían encontrar
las informaciones que necesitábamos. A continuación, se presentan
los cuadros recapitulativos de los resultados obtenidos para los niveles A2 y
B1, respectivamente. Marcamos en negrita los ítems que consideramos
AAPP.
Tabla 1: PCIC(Nivel A2)
Área de manifestación
|
Sección de aplicación
|
Ejemplos/exponentes
|
Funciones
|
Pedir información
|
Dónde?; Por qué?
|
Dar información (lugar, modo/manera, tiempo/frecuencia);
|
Cerca de la estación; Muy bien; Muy
despacio.
|
Relacionarse socialmente (responder a un saludo)
|
(Muy) bien.
|
Introducir el tema del relato y reaccionar
|
[conversaciones cara a cara y telefónicas]
[-Ayer, en la calle, vi un
accidente.] -Sí?
|
Tácticas y estrategias pragmáticas
|
Mantenimiento del referente y del hilo discursivo (Recursos
gramaticales)
|
Sustitución por proformas: pronombre personal,
demostrativos, ..., adverbios, con función anafórica.
Emilia viaja a menudo a Málaga.
Allí viven sus padres
|
Expresión de la negación (Tipo de
negación)
|
Reiterada:
-Has visto algo? -No, no.
|
Tal como se desprende del cuadro precedente, en el apartado
Funciones, el PCIC alude a los AAPP como recursos para pedir y dar
información, relacionarse socialmente e introducir un tema del relato y
reaccionar, como lo demuestran los respectivos exponentes o ejemplos.
También, alude a los AAPP en el apartado de Tácticas y
estrategiaspragmáticas, incluyéndolos entre los recursos
lingüísticos que permiten expresar la negación reiterada.
Entre las proformas que sirven de recursos gramaticales para mantener el
referente y el hilo discursivo, se incluyen los adverbios, pero en
función intrapredicativa. Ahora bien, dado que los adverbios, como
proformas, integran a los prooracionales y que no se hace explícitamente
alusión a ellos en los exponentes, consideramos que se ha hecho una
alusión implícita, pues también pueden utilizarse para el
mismo objetivo comunicativo.
Veamos la tabla correspondiente al nivel B1. Seguimos marcando
en negrita los ítems que consideramos AAPP.
Tabla 2: PCIC (Nivel B1)
Área de manifestación
|
Sección de aplicación
|
Ejemplos/exponentes
|
Funciones
|
Dar información (modo/manera)
|
- Cómo lo hago ?
- Comosiempre
|
Expresar desacuerdo rotundo
|
No, no.
|
Expresar sorpresa
|
-Es increíble que no haya nadie en la oficina a esta
hora
-De verdad?/En serio?/Ah,
sí?
|
Aceptar/rechazar una propuesta, ofrecimiento o
invitación
|
Pues sí./Pues no
|
Responder a felicitaciones y buenos deseos
|
Igualmente.
|
Indicar que se sigue el relato con interés
|
De verdad? / En serio?
|
Tácticas y estrategias pragmáticas
|
Mantenimiento del referente y del hilo discursivo (Recursos
gramaticales)
|
Sustitución por proformas: pronombre personal,
demostrativos, ..., adverbios, con función anafórica.
|
Valores ilocutivos de enunciados interrogativos: valor
fático-apelativo (Fórmulas rutinarias de control del contacto)
|
Sí?, De verdad?
|
Expresión de la negación: Negación con
refuerzo
(No + vocativo)
|
No, mama.
|
Intensificación o refuerzo: recursos gramaticales (para
mostrar acuerdo o desacuerdo)
|
No, no.
|
En el cuadro 2, se puede ver que el PCIC alude a los AAPP en
el apartado de Funciones como recursos para dar información; expresar
desacuerdo rotundo; expresar sorpresa; aceptar o rechazar una propuesta,
ofrecimiento o invitación; responder a felicitaciones y buenos deseos e
indicar que se sigue el relato con interés. En el apartado de
Tácticas y estrategias pragmáticas, se hace la misma
lectura sobre la alusión a los AAPP como recursos gramaticales para el
mantenimiento del referente y del hilo discursivo. En el mismo apartado, se
mencionan los AAPP como parte de fórmulas de rutina para mantener el
control de contacto durante conversaciones; como recursos
lingüísticos que permiten expresar la negación con refuerzo
mediante vocativos y, finalmente, como recursos gramaticales que sirven para
mostrar acuerdo o desacuerdo.
En vista de los datos precedentes en ambos cuadros, podemos
decir que, tanto para el nivel A2 como para el nivel B1, en el PCIC, constan
indicaciones u orientaciones didácticas relacionadas con la
enseñanza explícita de los adverbios como proformas oracionales,
si bien en muchos casos se hace de forma implícita. Sin embargo, cabe
señalar que solo se menciona un número muy limitado de contextos
comunicativos de uso de los AAPP, pues en las conversaciones diarias se dan
más situaciones de comunicación en las que el uso de los AAPP
tiene un valor pragmático importante y, por tanto, tiene que ser
enseñado a los estudiantes, tal como hemos intentado mostrar en el
capítulo 2.
2. Resultado del
análisis de los manuales
A continuación, presentamos las plantillas de
análisis de los datos obtenidos tras la revisión de los manuales
de Aula internacional 2 Nueva edición y Aula internacional
3 Nueva edición. Tal como ya se ha indicado, hemos basado nuestro
análisis del tratamiento de los AAPP en estos manuales sobre tres
criterios, los cuales corresponden respectivamente a cada una de las tres
preguntas que aparecen en las tablas. Con la primera, se averigua si aparecen
ocurrencias de los AAPP en las actividades. Si es así, con la segunda
pregunta, se comprueba si constituyen el centro de interés de las
actividades en las que aparecen, las cuales se verifican mediante las menciones
SÍ/NO. Finalmente, con la tercera pregunta, se indica,
también mediante SÍ o NO, si se proporciona de
manera explícita su valor pragmático en la comunicación.
Tal como puede verse en las diferentes tablas, aparecen celdas
coloreadas y otras no coloreadas. Las de color verde indican las actividades en
las cuales los AAPP constituyen efectivamente el centro de interés y,
además, contienen una descripción metapragmática
correspondiente a su uso comunicativo. Las celdas de color azul indican las
actividades en las que los AAPP, aunque no aparecen de manera explícita,
forman parte del centro de interés, pero no se proporciona una
descripción metapragmática de su uso. Por su parte, las celdas de
color naranja dan cuenta de las actividades en las que aparecen los AAPP,
forman parte del objetivo didáctico, pero no se acompañan de
descripción metapragmática. Por último, las celdas en
blanco se refieren a todas aquellas actividades en las que aparecen AAPP pero
que no constituyen centro de atención. En dichas actividades, solo
sirven de herramientas lingüísticas para conseguir otros objetivos
didácticos, tal como se especifica en cada caso.
Tabla 3: Aula internacional 2 Nueva
edición (Nivel A2)
SECCIONES
|
Aparecen ocurrencias de los AAPP?
|
Constituyen el centro de interés de la
actividad en la que se encuentran?
|
Se explica su valor pragmático en la
comunicación?
|
UNIDAD 1
|
Actividad 7 (B) (p. 16)
-Yo creo que memorizar muchas palabras va bien.
- Sí? Yo no, yo creo que no es muy
útil.
|
NO
Objetivo: hablar de las estrategias de aprendizaje
|
NO
|
UNIDAD 2
|
Actividad 3(B) Pista 1: (p.25)
-No es tan conocido como Almodóvar...
-No. Pero, sin embargo, (...)
-Sí, con los actores Eduardo Noruego y Penélope
Cruz.
-Exactamente
|
NO
El objetivo: narrar acontecimientos
|
NO
|
UNIDAD 3
|
Actividad 3 (C) Pista 1: (p. 37)
-Ay, no, no me gustan nada los cojines.
-No?
- Pero lo demás me encanta.
- Sí?
- Si, sí. No te gusta ningún
mueble?
- A ver, sí...
|
NO
El objetivo: expresar gustos y preferencias y describir un
salón
|
NO
|
Actividad 5(A)pista 2: (p.37)
- Sí, y además tengo una terraza de 15 metros
cuadrados.
-Ah sí? Yo también tengo
terraza.(...) eso es muy importante.
-Sí.
|
NO
Objetivo: describir una casa
|
NO
|
Actividad 5(B) (p.37)
-Sí, y tiene una terraza de 15 metros cuadrados.
-Ah sí? Yo también tengo
terraza(...).
|
NO
Objetivo: trabajar el uso de los posesivos tónicos.
|
NO
|
Actividad 8 (A) Pista 3 (p. 43)
-Dos?
-Si, sí, sí.
Pista 4 (p. 43)
[-Pasar ratitos en casa es lo mejor.
-Sí?
-Si, sí. ]
[-Te gusta escuchar música?
- Sí. Además tengo el equipo
allí mismo.
- En el salón, no?
- Sí, sí.]
Pista 5 (p. 43)
[-Tienes un hijo?
-Sí. Un año y medio, tiene.]
|
NO
El objetivo es hablar del lugar favorito.
|
NO
|
UNIDAD 4
|
Actividad 3(B). Pista 1 (p.
49)
Seguro que tienes bastante con cinco?
- Sí, sí, perfecto.
Mañana te los devuelvo. Muchas gracias!]
Pista 2 (p.49)
-Desea alguna cosa más?
- No, no, no, Gracias.
- Has cambiado de trabajo?
-Uy, sí. Hace un año.
-Cómo te va la vida?
-Pues, bien.
-Y qué tal?
- Pues muy bien.
Pista 6 (p.49)
-Hola. Qué tal?
- Muy bien.
Pista 4 (p. 49)
-Mira, es que este domingo tengo una boda.
- Ah
Sí?
|
NO
El objetivo: es pedir un favor; pedir un permiso; justificarse;
agradecer; presentar a alguien; interesarse por la vida de alguien; pedir algo
a un camarero.
|
NO
|
Esquemas gramaticales y funcionales (Pedir y
conceder permiso) (P.53)
-Puedo/podría dejar la bolsa
aquí un momento?
- Sí, sí, claro.
- Te importa si hago una llamada?
- No, no. En absoluto.
|
SÍ (de manera accesoria)
Objetivo: trabajar recursos para pedir y conceder permiso.
|
SÍ
|
Actividad 10 (A) (p. 54)
-Te apetece un chocolate?
-No
Actividad 10 (B)
(Ocurrencias en las probables reacciones a petición
proporcionadas por los alumnos)
|
SÍ
|
SÍ
|
Actividad 12 (A) Pista 1 (P. 55)
-Bueno, he mejorado mucho, eh?
- En serio? Tú crees?
-Pero de verdad no te importa?
-No.
|
NO
Objetivo: reconocer una situación comunicativa
|
NO
|
UNIDAD 5
|
Actividad 3 (A y B) Pista 1 (p. 61)
-Hemos estado en Chile.
-Ah, y qué tal? Bien?
Pista 2 (p.61)
-Os puedo hacer unas preguntas?
- Sí, sí, claro.
|
No
Objetivo: trabajar el uso del pretérito perfecto
compuesto
|
NO
|
Actividad 5 (C) (p.63)
[Respuesta a un amigo que se ofrece para ayudar con las
compras]
-No, gracias. Ya lo he comprado
todo.
-«Ya has visitado el Museo del Prado?»
- No, todavía no.
|
SÍ (aunque nose centra realmente la atención en
el carácter prooracional) el objetivo es dar a conocer el uso de
ya y de todavía no+ pretérito perfecto
|
SÍ: en la p.65 y en el libro del profesor (p 73)
|
Actividad 9 (A) (P.66)
-Yo conozco un restaurante (...) Habéis estado?
- No. Dónde está?
|
NO
Objetivo: hablar de lugares
|
NO
|
UNIDAD 6
|
Actividad 2 (B) (p. 72)
Consumes estos productos?
A menudo/de vez en cuando/nunca o casi
nunca.
|
NO
Objetivo: trabajar el vocabulario de productos comestibles
|
NO
|
Actividad 5 (C) (P. 75)
-No hay que tomar hidratos de carbono.
-Nunca?
- Al principio, no.
|
NO
Objetivo: expresión de la obligación con
haber que/tener que
|
NO
|
Actividad 11 (B) (p.79)
- Lleva chocolate?
-Sí.
|
No
Objetivo: presentar un plato.
|
NO
|
UNIDAD 7
|
Actividad 3 (B) (p. 85)
Pista 1 (p.85)
-»Mal de amores»?
-Sí. Oye, por cierto,
lo leíste?
Pista 2 (p.85)
-El otro día (...) y me pareció muy bonita.
-Sí? Y qué tipo de
música es?
|
NO
Objetivo. Identificar una obra
|
NO
|
Actividad 7 (A) Pista 1 (p.90)
-Sí, además me pareció
muy simpática, muy maja. Un encanto.
- Sí, la verdad.
|
NO
Objetivo: reconocer lugares
|
NO
|
UNIDAD 8
|
Actividad 6 (C)pista 3 (p. 99)
-Mira, para eso va muy bien un masaje.
- Sí? Tú
crees?
Pista (4) (p.99)
-Uy, pues para eso lo mejor es (...) caliente con miel y
limón
- Ah sí? Yo tomo
caramelo (...).
|
NO
Objetivo: expresar dolencias
|
NO
|
Actividad 9 (B) pista 1 (p. 99)
-Estás nervioso?
-No.
-Enfadado?
|
NO
Objetivo: trabajar la comunicación gestual
|
NO
|
UNIDAD 9
|
Actividad 3 (C) pista 1 (p. 109)
- Y la última: «se puede vivir aventuras sin ir
muy lejos.»
-Evidentemente.
|
SÍ
Objetivo: expresar acuerdo o desacuerdo siguiendo el modelo de
lengua proporcionado.
|
SÍ (p.113)
|
Actividad 7 (A) Pista 1 (p.112)
-Cómo estás?
-Muy bien.
- Lo bueno es que tenía mucho
más tiempo libre.
- Y ahora?
|
No
Objetivo: reflexionar sobre los marcadores ya no /
todavía no
|
NO
|
UNIDAD 10
|
Actividad 2 (A) pista 2 (p.120)
- Sí? Y dónde estabas?
-(...)me emocioné tanto que me puse a llorar de
alegría.
- En serio?
|
NO
Objetivo: comprender el sentido global de una grabación
|
NO
|
MÁS EJERCICIOS
|
UNIDAD 1
|
EJERCICIO 12 (p.135)
3) - No sé, duermo igual que siempre, pero me
encuentro muy cansado.
Ah sí?
4)- Soy un desastre...
- En serio? Y por qué no te
compras una agenda?
|
NO
Objetivo: comprender y relacionar ideas
|
NO
|
UNIDAD 2
|
EJERCICIO 6 pista 1 (p.139)
-Trabajé como voluntaria (...) creé un programa
de radio.
- Si? Sobre qué?
|
NO
Objetivo: marcar las opciones correctas de segmentos
oracionales.
|
NO
|
UNIDAD 4
|
EJERCICIO 10 (p.152)
En esta actividad, las respuestas afirmativas pueden realizarse o
no mediante AAPP, por lo que su alusión en este caso es
implícita, tal como lo demuestran las respuestas sugeridas en la
sección de soluciones en el libro del profesor (p.184).
|
SÍ (de manera accesoria)
Objetivo: reaccionar a peticiones
|
NO
|
UNIDAD 7
|
EJERCICIO 4 (p.169)
1)- Ayer Edith y yo ..... al teatro.
-Sí?
|
NO
Objetivo: conjugación del pretérito perfecto e
indefinido
|
NO
|
MÁS GRAMÁTICA
|
(P. 202)
Sabes? El otro día me leyeron el futuro en el
café.
Sí?
|
NO
Objetivo: utilizar marcadores temporales para situar en un
pasado no vinculado al presente
|
NO
|
Tabla 4: Aula internacional 3 Nueva
edición (Nivel B1)
SECCIONES
|
Aparecen ocurrencias de los AAPP?
|
Constituyen el centro de interés de la
actividad en la que se encuentran?
|
Se explica su valor pragmático en la
comunicación?
|
UNIDAD 1
|
Actividad 2 (A) (p.12)
-Qué tal el doctorado?Lo has terminado?
-No! Qué va! Todavía
no. Es que acabo de tener un hijo(...)
-Ah sí?
Enhorabuena!
- (...)ha dejado de trabajar.
-Ah sí?
|
NO
Objetivo: comprensión lectora
|
NO
|
Actividad 8 (A) (p.18)
-Pides ayuda a tus compañeros de trabajo?
-Sí, claro.
Actividad 10 (C) Pista 1
(p.19)
-Yo creo que a mí ningún viaje me ha cambiado
tanto la vida(...)
- No?
- (...)también he cambiado
un poco de amigos.
-Sí? Has cambiado de amigos?
|
NO
Objetivo: comprensión lectora
|
NO
|
UNIDAD 2
|
Actividad 2 (A) Pista 1 (p. 28)
-Por eso primero creo que buscaré trabajo como
voluntaria en algún proyecto.
-Ah sí?
-Sí, pero en Australia.
-Sí?
|
NO:
Objetivo: expresión de la hipótesis
|
NO
|
UNIDAD 3
|
Actividad 2 (A) (P.36)
-«Sí, gracias» / «no,
gracias»
|
NO
Objetivo: trabajar expresiones socioculturales en
España.
|
NO
|
Actividad 3 (A) Pista 1 (p.37)
-Ah!, y hay otra cosa que es muy diferente en Alemania.
- SÍ? El
qué?
|
NO
Objetivo: aprender algunas costumbres españolas
|
NO
|
Actividad 5 (A) Pista 1 (p.38)
-Fatal, nos tratan como niños pequeños.
-Ah sí? Por qué lo
dices?
|
NO
Objetivo: expresar la prohibición
|
NO
|
Actividad 11 (A) (P. 43)
- Aquí lo normal es preparar los viajes con mucha
antelación, no?
- Bueno, Si...
|
NO
Objetivo: comparaciones interculturales
|
NO
|
UNIDAD 4
|
Actividad 6 (A) pista 1 (p.52)
- No? Ah, pues vale la pena, te la
recomiendo. (...) Son buenísimos.
11Ah, sí? De qué va?
|
NO
Objetivo: aprender recursos para contar el argumento de
películas, novelas, etc..
|
NO
|
Actividad 7 (p.52)
-A que no sabes qué me ha
pasado!
-No.
|
NO
Objetivo: uso de conectores
|
NO
|
UNIDAD 7
|
Actividad 3 (A) pista 1 (p.85)
-Quiere dejarle un recado?
-Sí, por favor.
|
NO
Objetivo: Entender conversaciones telefónicas
|
NO
|
Actividad 4 (p.86)
- Hombre! Qué tal?
-Bien, y tú?
- Bien también.
- Hola Mamen, Qué tal?
- Bien, bien.
|
NO
Objetivo: trabajar recursos para el discurso indirecto
|
NO
|
UNIDAD 8
|
Actividad 1 (B) pista 1 (p.94)
-Para mí, lo mejor del viaje fueron (...)
-Ah, sí?
|
NO
Objetivo: identificar lugares en un audio.
|
NO
|
Actividad 3 (B) (p. 97)
-Yo una vez (...) porque había huelga de
controladores.
- Ah,sí?
|
NO
Objetivo: hablar de experiencias
|
NO
|
Actividad 4 (B) Pista 1 (p.98)
- A mí una vez me perdieron las maletas en un
viaje.
- Ah,sí?
-(...) habían ido en otro
avión... A Cuba!
- A Cuba!
- Si, sí.
- Qué rabia!, no?
- Pues sí
|
SÍ
Objetivo: aprender recursos para reaccionar al relato de un
cuento (mostrar interés al escuchar una anécdota).
|
SÍ
|
Actividad 5 (A y B) (p.99)
Ah, sí?
Y por qué?
|
SÍ:
Objetivo: usar expresiones para reaccionar a un relato
|
NO
|
Actividad 7 (A) (p. 100)
SÍ / NO (para responder a
las preguntas del ejercicio)
|
NO
Objetivo: uso del pretérito pluscuamperfecto y del
indefinido
|
NO
|
Esquemas gramaticales y funcionales (p. 101)
Ah sí?
|
Sí
Objetivo: expresiones de sorpresa , alegría, etc. para
mostrar interés al escuchar una anécdota
|
SÍ
|
Actividad 11 (p. 103)
Por qué?
|
SÍ
Objetivo: frases para pedir más detalle sobre un
relato
|
NO
|
UNIDAD 9
|
Actividad 5 (A) (p. 111)
-Ahora ya no aceptamos devoluciones.
-Cómo?
Actividad 5 (B) (p. 111)
-Poco? Yo diría que
participo bastante.
|
Sí
Objeto: recursos para mostrar desacuerdo
|
Sí
|
Actividad 6 (B) (p.112)
-Jorge cree que Tina está triste por algo.
-Sí? Pues...
-Leo está embarazada.
Sí? Pero si...
|
NO
Objetivo: uso de PuesyPero si para
reaccionar en conversaciones
|
NO
|
Esquemas gramaticales y funcionales (p. 113)
Cómo?
|
Sí:
Objetivo: aprender recursos para expresar rechazo a lo que nos
acaban de decir
|
SÍ
|
Actividad 8 (A) pista 1 (p. 114)
-A ver, Ana, qué es lo que más te gusta de
Carlos?
- Físicamente?
|
NO
Objetivo: identificar aspectos positivos y negativos sobre una
pareja
|
NO
|
Actividad 9 (A) (p.114)
SÍ / NO (para responder al
cuestionario)
|
NO
Objetivo: realizar un cuestionario sobre las relaciones de
pareja
|
NO
|
UNIDAD 10
|
Actividad 7 (B) (p. 124)
-Es de metal?
-Sí.
|
No
Objetivo: dar las características de algunos objetos
|
NO
|
Actividad 9 (A) (P.126)
-Lo puedes usar en la cocina?
- No.
|
No
Objetivo: dar características de objetos para
adivinarlos
|
NO
|
UNIDAD 11
|
Actividad 3 (A) pista 1 (p.133)
-En cambio (...) sí que lo haría.
-Ah, sí? Yo creo que no.
|
NO
Objetivo: escuchar a personas hablar de consejos y elegir unos
y dejar otros
|
NO
|
Actividad 6 (A) pista 3 (p.135)
- Me he apuntado a una cooperativa de consumo ecológico,
en mi barrio.
-Ah, sí?
Pista 4 (p.135)
- He leído que (...) hace unos meses.
-Ah, sí?No lo
sabía...
Pista 6 (p.135)
- (...) me ha dicho que ponen multas a la gente que no
recicla.
-Cómo?
- Pues tienen que poner la basura (...) Y así se ve
lo que hay dentro.
-En serio?
|
NO
Objetivo: usar la estructura
parece+adjetivo+que
|
NO
|
Actividad 7 (A) (p.135)
-Eso sí que podría hacerlo.
-Ah, sí?
|
NO
Objetivo: usar el condicional
|
NO
|
Actividad 8 (A) Pista 2 (p.136)
-Ya sabes que ahora (...)?
- Sí. Me parece bien(...).
pista 3 (p. 136)
-Has visto lo que ha hecho el ayuntamiento al lado de la
autopista?
-No. Qué han hecho?
|
NO
Objetivo: comprender la idea principal de un diálogo.
|
NO
|
|
Actividad 8 (B) (p.136)
-Ya sabes que ahora (...)?
- Sí. Me parece bien(...).
pista 3 (p. 136)
-Has visto lo que ha hecho el ayuntamiento al lado de la
autopista?
-No. Qué han hecho?
|
NO
Objetivo: rellenar huecos.
|
NO
|
Esquema gramaticales y funcionales (p. 137)
-Está muy bien lo de compartir coche: te ahorras
gastos, (...).
- Sí? Yo no lo he hecho
nunca.
|
NO
Objetivo: usar lo de y lo que para hablar de
un tema familiar para el interlocutor antes mencionado.
|
NO
|
UNIDAD 12
|
Actividad 2 (A) (p.144)
-Yo he leído que era un sistema de escritura
antigua.
-Ah, sí?
|
No
Objetivo: hablar sobre las «líneas Nazca»
|
NO
|
Actividad 3 (C) pista 1 (p. 145)
-Pues a mí una vez me pasó una
cosa bastante rara.
-Ah,sí?
-Sí.
-Qué pasó? Se fue la persona?
- Si, sí.
|
NO
Objetivo: relacionar el audio con uno de los tres
fenómenos propuestos.
|
NO
|
Actividad 4 (p.146)
- Sabes que (...)?
- En serio?
- Es broma. te lo crees todo!
|
NO
Objetivo: usar creer y creerse
|
NO
|
Actividad 9 (C) pista 1 (p. 145)
-Qué bien... Muy interesante.
-Sí.
-Ya, no es nada agradable que te persigan.
- No.
-Mmm...Es decir, que esa persona tiene mucho trabajo que
hacer.
- Sí.
|
NO
Objetivo: comentar el significado de los sueños
|
NO
|
MÁS EJERCICIOS
|
UNIDAD 1
|
Ejercicio 1 (p.156)
3)- Luis: Ah,sí?
Qué suerte!, no?
-Laura: Ah, sí? Enhorabuena!
5)-Laura: (...)Lo has terminado?
-Belén: No! Qué va!
Todavía no.
|
NO
Objetivo: Usar perífrasis para
completar huecos
|
NO
|
Ejercicio 14 (p. 160)
7)-Sales mucho con los amigos?
b. -A veces.
|
NO
Objetivo: usar marcadores temporales para responder a un
test
|
NO
|
UNIDAD 2
|
Ejercicio 3 (p. 162)
4)-Todavía no han llegado?
-No.
|
NO
Objetivo: Conjugar en futuro
|
NO
|
Ejercicio 12 (p.166)
-Sí? Con el
cine ?
|
NO.
Objetivo: usar el futuro.
|
NO
|
UNIDAD 3
|
Ejercicio 7 pista 1 (p.170)
-Me levanto a las seis, sabes?
-Tan pronto?
- (...) no puedo entrar ni cinco minutos
más tarde.
-No?
Ejercicio 8 (p.170)
-SI / NO
|
NO
Objetivo: reflexionar sobre la expresión de la
prohibición
|
NO
|
Ejercicio 11 (p. 171)
Por qué?
|
NO
Dar motivos de una respuesta
|
NO
|
Ejercicio 14 (p. 172)
-Me encanta. Es superoriginal...
-De verdad?
|
NO
Objetivo: usar palabras para elogiar, insistir e introducir una
frase que quita importancia a un elogio.
|
NO
|
UNIDAD 4
|
Ejercicio 13 (p.177)
-(...)me dice que tengo una llamada.
-Ah sí?
(...) y me quería dar una sorpresa declarándose
así...
-En serio?
|
NO
Objetivo: usar conectores para completar vacíos
|
NO
|
UNIDAD 7
|
Ejercicio 1 (p. 192)
-Y tú, qué tal?
- Muy bien.
|
NO
Objetivo: comprender conversaciones telefónicas
|
NO
|
|
Ejercicio 3 (p.193)
-Hoy he recibido un mail de Alberto.
- Ah, sí?
|
NO
Objetivo: escribir un correo
|
NO
|
|
Ejercicio 6 (p.194)
1) -Ya te has despedido ... los abuelos?
-Sí. Los he llamado hace un
rato.
7) Sabes que Luis y Cruz no han invitado ...Julián...
su boda?
-En serio?
|
NO
Objetivo: usar las preposiciones para completar los huecos.
|
NO
|
UNIDAD 8
|
Ejercicio 3 (p.198)
10) En serio?
|
Sí
Objetivo: identificar la función comunicativa de las
frases
|
NO
|
Ejercicio 4 (p.199)
-Acabaste comprándole el libro, no?
- Pues sí.
-Al taxista? Por qué?
|
NO
Objetivo: ordenar una anécdota
|
NO
|
Ejercicio 5 (p. 199)
En serio?Y cómo?
|
SÍ
Objetivo: usar frases para reaccionar en una
conversación
|
NO
|
3) - Sabes a quién vi ayer?
A Teo!
-...Ah, sí...
Dónde?
6) -Esta mañana me he encontrado a
Juan en el metro.
- ...Ya...
|
NO
Objetivo: usar la puntuación correcta.
|
NO
|
Ejercicio 14 (p.201)
1) 1. Ah, sí? Qué rabia!,
no?
2) 2. Ah, sí?
|
NO
Objetivo: reaccionar en una conversación con la
pronunciación adecuada.
|
NO
|
UNIDAD 9
|
Ejercicio 16 (p. 208)
Cómo?
Ejercicio 17 (p.208)
Pista 2
-Que Nicolás está muy guapo.
-Sí? Tú crees?
Pistas 3 y 4
-Lo tuve que lavar yo todo.
-Cómo?
|
SÍ
Objetivo: expresar rechazo y que no se ha entendido bien lo
dicho anteriormente.
|
SÍ
|
UNIDAD 11
|
Ejercicio 3 (p.216)
-En cambio (...) sí que lo haría.
-Ah, sí? Yo creo que no.
|
NO
Objetivo: practicar el condicional
|
NO
|
Ejercicio 7 Pista 1 (p. 217)
- (...) están estropeados y ellos te ayudan a
repararlos.
- Ah,sí?
|
NO
Objetivo: entender tema de conversación y dar su punto
de vista
|
NO
|
Ejercicio 11 (p. 219)
5) - Yo nunca me maquillaría con
cosméticos bilógicos.
-Ah, sí?
|
NO
Objetivo: reflexionar sobre el valor del condicional
|
NO
|
UNIDAD 12
|
Ejercicio 7 (p. 224)
2) -Em... Es decir que esta persona tiene mucho trabajo que
hacer.
- Sí.
|
NO
Objetivo: completar los vacíos con los verbos en
indicativo o subjuntivo
|
NO
|
|
Ejercicio 12 (p. 225)
2) - Vendrá del trabajo?
- Seguramente.
|
NO:
Objetivo: decir el valor del futuro
|
NO
|
|
Ejercicio 17 (p.227)
-Esta mañana he ido a correr una hora antes de venir
al trabajo.
- Ah, sí? Y eso?
|
NO
Objetivo: usar los verbos sentir o
sentirse
|
NO
|
MÁS GRAMÁTICA
|
El imperativo
-Puedo entrar un momento?
-Sí, claro. Pasa, pasa.
|
NO
Objetivo: usar el imperativo para conceder permiso
|
NO
|
3. Discusión de los
datos
Con las plantillas presentadas anteriormente, se exponen las
manifestaciones de alusiones, ya sean explícitas o implícitas a
los AAPP, pero con especial atención sobre los que constituyen el centro
de interés de las actividades en las que se encuentran. Consideramos
explícitas las menciones de los AAPP que forman parte del objeto
didáctico de las actividades correspondientes y que se acompañan
o no de una descripción metapragmática de su uso comunicativo
(celdas de color verde y naranja). Al hablar de alusión
implícita, nos referimos a menciones de los adverbios con
carácter prooracional en cualquier actividad del manual, pero que no
constituyen el centro de atención en dicha actividad (celdas en blanco).
También hablamos de alusión implícita en casos donde no se
mencionan de manera explícita los AAPP, pero su uso requerido por parte
de los alumnos forma parte del objetivo de la actividad (celdas de color azul).
Sin embargo, no consideramos implícitos los posibles usos de los AAPP
que no constituyen el objetivo de las actividades de aula, generalmente, de
corte oral o interaccional, realizados por los alumnos, ya sea entre ellos o
con el profesor; porque, en realidad, cada diálogo que se pide hacer a
los alumnos constituye una posible situación de uso de los AAPP.
3.1. En Aula
internacional 2 Nueva edición
En el libro del alumno de Aula internacional 2 Nueva
edición, hay un total de 286 actividades y 185 ejercicios, con una
página de esquemas gramaticales funcionales en cada unidad y una
sección de gramática (Más gramática), en
los cuales se manifiesta de manera explícita o implícita la
alusión a los AAPP. La alusión explícita, o mejor, la
enseñanza explícita de los AAPP se evidencia en 4 actividades
(1.39%), respectivamente las actividades 10 (A) y 10 (B) de la unidad 4 (p.
54); la actividad 5 (C) de la unidad 5 (p. 63) y la actividad 3 (C) de la
unidad 9 (p. 109), pero en ninguno de los ejercicios (0%) propuestos. A
continuación, se exponen imágenes que ilustran dicha
enseñanza explícita de los AAPPen las respectivas actividades.
Conel color amarillo se resaltan las diferentes ocurrencias de los AAPP.
Imagen 1: Actividades 10 (A y B) (Unidad
4)
Imagen 2: Actividades 5 (C) (Unidad
5)30(*)
Imagen 3: Actividad 3 (C) (Unidad
9)
En estas actividades y en la página de gramática
(p.53), correspondientes a las celdas de color verde de la tabla 3, los AAPP
forman parte del objetivo didáctico y, además, se proporciona una
descripción metapragmática de su uso. Además, en el libro
del profesor, aparece una orientación sobre el uso del adverbio
prooracional No. En efecto, se recomienda al docente que llame la
atención de sus estudiantes sobre la importancia de evitar decir la
palabra No para negarnos a realizar un servicio, ya que esto tiene un
impacto comunicativo negativo relacionado con el uso de la cortesía.
Todo esto favorece, aunque en menor medida, un aprendizaje consciente del uso
de los AAPP por parte de los alumnos y tiene un impacto positivo en su
competencia pragmática.
No obstante, esta enseñanza explícita de los
AAPP, podemos decir que parece muy restringida, ya sea desde el punto de vista
de las muestras o desde el punto de vista de los fines comunicativos
explicitados. En cuanto a las muestras, estas se limitan a los adverbios
Sí, No y a la locución adverbial En absoluto
(p. 53), usados para conceder permiso («Sí, sí»;
«No, no. En absoluto» ), al adverbio evidentemente (p.
109), usado para expresar acuerdo y a la locución adverbial
Todavía no, usada cuando algo nos parece interesante y pensamos
poder hacerlo, aunque no se haya planeado antes, tal como se explica en el
libro del profesor. Ahora bien, existen más adverbios que pueden
utilizarse para conceder o negar permiso o para expresar acuerdo o desacuerdo;
y su aprendizaje, de manera consciente y no de manera incidental, por parte de
los alumnos, favorecería un aprendizaje más eficiente de la
lengua. Con respecto a los fines comunicativos, los casos explicitados en las
actividades con el uso de los AAPP también son muy limitados, puesto que
solo se utilizan para expresar acuerdo o desacuerdo, para conceder o negar
permiso, tratando de respetar las normas de cortesía. Sin embargo, tal
como se ha comentado en el segundo capítulo de este trabajo, el uso de
los AAPP tiene muchos más valores pragmáticos y, por tanto,
más finalidades comunicativas de las que están mencionadas.
El porcentaje de alusión de los AAPP en los ejercicios
(0%) -el cual no nos parece muy conveniente- no es muy sorprendente, si se toma
en cuenta el propósito de dicho apartado en el manual. En efecto, en la
parte introductora de esta sección del manual, se puede leer lo
siguiente: «Este es tu `cuaderno de ejercicios'. En él
encontrarás actividades diseñadas para fijar y entender mejor
cuestiones gramaticales y
léxicas». Según se desprende de estas
palabras, el objetivo principal en esta sección está orientado
más hacia la gramática y el léxico, por lo que cualquier
otra cuestión, como la pragmática, por ejemplo, no constituye
propiamente un centro de interés en ella y, por consiguiente, su
tratamiento es algo accesorio o secundario. Sin embargo, en vista de la calidad
indudable del manual, en esta parte prevista para ejercitación personal
del alumno, hubiera sido aún más productivo y más
benéfico incluir de manera explícita ejercicios que permitieran
trabajar no solo el uso de los AAPP, sino también muchos otros aspectos
pragmáticos para garantizar un mejor aprendizaje de la lengua por parte
de los estudiantes.
Aparte de la enseñanza explícita comentada
líneas atrás, la otra alusión a los AAPP en las
actividades del manual se hace de manera implícita, constituyan o no el
objetivo didáctico y desprovistos, en ambos casos, de descripción
metapragmática. El primer caso está representado en la tabla por
las celdas de color azul. Tal como puede comprobarse, solo una actividad
(ejercicio 10, p. 152) ha sido diseñada incluyendo el uso de los AAPP
como parte del objetivo de la tarea. El segundo caso está representado
por las celdas en blanco, indicando actividades en las que la enseñanza
de los AAPP no constituye el centro de interés. Por tanto, su presencia
o uso solo es necesario en la medida en que son recursos
lingüísticos utilizados para alcanzar otros objetivos
didácticos, tal como se precisa en cada caso en la plantilla de
análisis. Según indica la tabla 3, se recogen 19 actividades en
las que se menciona el uso de los AAPP sin que sean el centro de
interés, o sea el 6.64% de todas las actividades, y 3 ejercicios
(1.62%). Son, pues, el caso donde se da un mayor grado de uso de los AAPP en
las actividades correspondientes, en comparación con los casos
anteriores. En la siguiente tabla se recapitulan los porcentajes de
alusión a los AAPP en el manual.
Tabla 5: Porcentajes de alusión a los AAPP
en el nivel A2
Secciones
|
Alusión explícita
|
Alusión implícita
|
Actividades en todas las unidades
|
1.39%
|
6.64%
|
Ejercicios
|
0%
|
1.62%
|
Total de porcentajes
|
1.39%
|
8,26%
|
A partir de estos datos, podemos decir que la alusión a
los AAPP en el manual Aula internacional 2 Nueva edición se
hace, en mayor medida, de manera implícita, y la alusión
explícita, en cuyas actividades el objetivo es enseñar el uso de
AAPP, solo constituye una ínfima parte. Por tanto, nos lleva a concluir
que el tratamiento didáctico de los AAPP en este manual todavía
no se beneficia de la atención adecuada, como debería ser el
caso.
3.2. En Aula
internacional 3 Nueva edición
El libro del alumno de Aula internacional 3 Nueva
edición cuenta con un total de 373 actividades y de 242 ejercicios.
Al igual que en el manual del nivel A2, hay una página de esquemas
gramaticales funcionales en cada unidad y la sección Más
gramática). Las alusiones a los AAPP también se hace de
manera explícita e implícita.La manifestación de la
enseñanza explícita de los AAPP en las actividades se da en dos
casos. En el primero, el uso de los AAPP constituye el centro de interés
de las actividades correspondientes y se acompaña de una
información metapragmática en la que se explica su papel en la
comunicación. Esto se manifiesta en 3 actividades: la actividad 4 (B)
de la unidad 8 (p.98); las actividades (5A) y 5 (B) de la unidad 9 (p.111) y en
las páginas de esquemas gramaticales y funcionales de las respectivas
unidades (p. 101 y p. 113). Se reflejan en la tabla mediante las celdas de
color verde y constituye el 1.34% de todas las actividades. Se ponen a
continuación las imágenes ilustrativas de respectivas actividades
y seguimos resaltando en color amarillo las ocurrencias de los AAPP.
Iiubo
Imagen 4: Actividad 4 (B) (Unidad
6)
Imagen 5: Actividades5 (A y B) (Unidad
9)
A diferencia del manual del nivel A2, este cuenta con
alusiones explícitas de los AAPP en 2 ejercicios (0.82%) de la
sección Más ejercicios, o sea cuya presencia constituye
el objetivo de la tarea: los ejercicios 16 y 17 (p.208) de la unidad 9. Esto se
debe a que reflejan los mismos objetivos didácticos que los de la unidad
correspondiente. En efecto, en los ejercicios, el objetivo consiste en la
expresión del rechazo. Paralelamente, lo mismo se manifiesta
también entre los esquemas gramaticales y funcionales de la unidad 9
(p.113). Por tanto, esto se evalúa positivamente, en la medida en que el
hecho de ejercitar lo visto en los contenidos de la unidad correspondiente
contribuye al afianzamiento de lo aprendido por parte del estudiante. Sin
embargo, aunque se desmarca ligeramente del manual del nivel A2, la escasa
alusión a los AAPP en el manual del nivel B1 sigue siendo un
inconveniente, y pensamos que debería haber más ejercicios
parecidos para trabajar mejor la competencia pragmática del alumno.
En este manual, las muestras de los adverbios utilizados no
son muy variadas, aunque en comparación con el manual precedente, es
algo diferente. Se usan los adverbios Sí(p.98 ), para
reaccionar al relato de un cuento (Ah, sí?; Sí, sí;
pues sí.) (p.98); Cómo?y Poco?(p.111),
para mostrar desacuerdo; Cómo? (p.113),para expresar rechazo o
solicitar repetición de lo dicho antes. En cuanto a los fines
comunicativos del uso de los AAPP, tampoco se ofrece un elenco suficientemente
variado, pues se limitan a expresar rechazo, mostrar desacuerdo, mostrar
interés en una conversación expresando sorpresa o alegría
o reaccionando ante un relato. Ahora bien, pensamos que sería más
productivo diversificar los contextos de uso de estos AAPP, para mejorar su
aprendizaje.
El segundo caso de alusión explícita tiene que
ver con las actividades cuya mención de los AAPP forma parte del
objetivo didáctico, pero que no se acompaña de las
correspondientes explicaciones pragmáticas de su uso. Estas menciones se
evidencian en 3 actividades: las actividades 5 (A) y (B) de la unidad 8 (p.
99) y la actividad 11 de la misma unidad, lo que representa el 0.80% de todas
las actividades. Estas actividades se reflejan en la tabla 4 en las celdas de
color naranja. Como ya se puede imaginar, si bien es algo apreciable que el uso
de los AAPP forme parte del centro de interés en estas actividades, el
inconveniente estriba en la falta de descripción metapragmática,
la cual hubiera facilitado la asimilación y la adquisición de
estos recursos.
En cuanto a la alusión implícita de los AAPP,
esta se manifiesta en las actividades representadas en la tabla 4 mediante las
celdas en blanco. En dichas actividades, su uso no forma parte del objetivo
didáctico, por lo que solo sirve para la realización de las
diferentes tareas. Según las indicaciones de la tabla, se mencionan los
AAPP en 29 actividades (7.77%) y en 21 ejercicios (8.67%), sin que su uso sea
el objetivo principal de las actividades correspondientes. Sin embargo, las
muestras que en ellas se destacan dan cuenta de muchos contextos comunicativos
cuya enseñanza explícita sería muy productiva para el
aprendizaje de la lengua. De este modo, muchos de estos recursos le pueden
pasar desapercibidos al alumno, mientras que son determinantes para incrementar
su competencia pragmática. En la siguiente tabla se recapitulan los
porcentajes de alusión a los AAPP en el manual del nivel B1.
Tabla 6: Porcentajes de alusión a los AAPP
en el nivel B1
Secciones
|
Alusión explícita
|
Alusión implícita
|
Actividades en todas las unidades
|
2.14%
|
7.77%
|
Ejercicios
|
0.82%
|
8.67%
|
Total de porcentajes
|
2.96%
|
16.44%
|
Según se desprende de la tabla anterior, podemos decir
que en el manual Aula internacional 3 Nueva edición, la
alusión a los AAPP en las actividades se hace mayoritariamente de manera
implícita, y la alusión explícita es muy baja. Por tanto,
podemos concluir que el tratamiento didáctico de los AAPP, al igual que
en Aula internacional 2 Nueva edición, no recibe la debida
atención. Es cierto que, a diferencia del manual del nivel A2, el nivel
B1 cuenta con más ocurrencias o usos de los AAPP. Esto es normal, si
tenemos en cuenta la diferencia de los números de unidades en ambos
manuales: 10 en el primero y 12 en el segundo. Pero, proporcionalmente, el
tratamiento de los AAPP en ambos manuales es globalmente similar.
En vista de los datos obtenidos después de revisar los
manuales, resulta que la alusión a los AAPP se hace, en mayor medida, de
manera implícita y, por tanto, traduce una enseñanza
implícita de estos recursos lingüísticos. Los porcentajes de
la enseñanza explícita de los AAPP, tal como se han presentado en
las diferentes tablas, son muy bajos en comparación con la importancia
del uso de los AAPP en las conversaciones diarias. No se trata aquí de
exigir que dicha enseñanza se haga necesaria o sistemáticamente
en todas las actividades o unidades, sino que sea más considerable y se
haga con contextos variados de uso y con muestras variadas de adverbios, no
solo limitados a unos cuantos. En realidad, en vista del uso muy frecuente de
estos recursos, no solo en las conversaciones diarias, sino también en
las distintas actividades diseñadas en los propios manuales en casi
todas las unidades, mediante las actividades de interacción
(generalmente oral) o las muestras lingüísticas presentadas como
modelo a los estudiantes, todo esto nos parece ampliamente suficiente como para
que se le dedique una atención más considerable y, por tanto,
más conveniente en los manuales en ELE.
CAPÍTULO 5:
APROXIMACIONES A LA DIDÁCTICADE LOS ADVERBIOS PROORACIONALES
En los capítulos precedentes, se ha planteado la
necesidad de incrementar la enseñanza explícita de los AAPP. Y
eso debería implementarse mediante una mayor alusión a estos
recursosen las actividadesdiseñadas en manuales didácticos.
Obviamente, no se pide que se haga necesariamente en todas las actividades,
sino que su tratamiento didáctico sea el reflejo de su importancia, la
cualse destaca a través desu elevada frecuencia de uso en las
conversaciones diarias.
1. Consideraciones
previas.
Antes que nada, es preciso señalar la dificultad que
implica trasladar a la enseñanza muchos de aquellosaspectos
extralingüísticos o no verbales que, no obstante, no dejan de
ayudara realizar interpretaciones adecuadas de los mensajes. Tampoco es tarea
fácil enseñar todo aquello presente en la comunicación,
pero no expresado literalmente.De hecho, puesto que la pragmática es,por
esencia, una disciplinacompleja, por estar relacionada más con todo lo
que no se expresade manera explícita,no siempre es fácil
encontrar mecanismos adecuados para facilitar su aprendizaje.
Ante tal dificultad, muchos profesores se desaniman a la hora
de incluir la enseñanza pragmática en sus clases, tal como
subraya Aufa (2011, p. 37), para el caso de la enseñanza del
inglés como lengua extranjera:
«teachersoftenfeelunsuretoincludepragmaticlearningintotheirclassroombecauseitisnotaneasytasktodevelopcommunicativeactivitiestoraiselearners'
pragmaticcompetence in anEFLcontext».Por ello, como posible estrategia
docente,es necesario que se proporcionen al aprendiente las explicaciones
necesariassobre el valor pragmático de las palabraso de enunciadospara
que no hagan sus propias conclusiones de ello y que estas sean, eventualmente,
equivocadas y obstaculicen o frenen su aprendizaje.
Así pues, en el presente capítulo, se plantean
algunasposibles vías de enseñanza explícita de los AAPP en
la clase de ELE. Desde luego, no se apartantanto de lo que revela el
precedenteanálisis, en lo que respecta a la aplicación de la
enseñanza explícita, puesto que eso ya es efectivo en los
manuales analizados.Más bien, lo que se pretende essimplemente plantear
un procedimientoque permita el refuerzo de la enseñanza de estos
elementos, poniendo énfasis en las informaciones y discusiones
metapragmáticas con los alumnos. Según muchos estudios
realizadossobre la enseñanza de la pragmática, todos coinciden en
que su éxito pasa por la información metapragmática. Esta
se pone de manifiesto mediante las instrucciones31(*) pragmáticas y las
discusiones metapragmáticas con los estudiantes, a partir de los cuales
se desarrolla en estos últimos una consciencia pragmática que
favoreceráun mejor aprendizaje y adquisición de la competencia
pragmática.En realidad, los aprendientes no solo obtienen
información metapragmáticaa partir de la descripción de
los actos de habla, sino también, mediante las orientaciones sobre las
estrategias que deben utilizar para hacer un uso eficiente de aquellos (Aufa,
2011, p. 38).Tal comoapuntaMir (2021, p. 43),
Given that the goal in teaching pragmatics is to raise
learners' pragmatics awareness and give them language choices (...),
opportunities for metapragmatic discussions led by the teacher or initiated by
the learner through reflection and/or reasoning (...) should lead to a better
understanding of the dynamic relationship between linguistic forms and
utterance meaning in interaction.
Conviene señalar que solo se trata de una
aproximación, por lo quelas propuestas que se hacen pueden
desarrollarsecon objetivos pragmáticos más específicos. De
todas formas, el principal objetivo debe ser que el aprendienteadquiera la
competencia pragmática de manera consciente, y al diseñar
actividades se debe procurar fomentar explícitamente reflexiones en los
alumnos sobre los usos pragmáticos de la lengua para favorecer su
consciencia metapragmática. Por tanto, es muy importante proporcionarles
informaciones metapragmáticas, sobre los usos de los AAPP, sobre todo
cuando se trata de aprendientes de niveles menos avanzados. Cabe recordar que
la metapragmáticase puede entender como un comentario sobre los
enunciados, sobre el valor comunicativo de las palabras y sobre el alcance y
las consecuencias de decir y no decir algo (Camargo Fernández, 2009; p.
3). En otras palabras, se trata de facilitar los datos sobre el funcionamiento
comunicativo de un determinado recurso lingüístico, teniendo en
cuenta todos los elementos contextuales que condicionan dicho uso. De esta
manera, la adquisición de la competencia será más
rápida y más efectiva.
Desde nuestro punto de vista, para que la enseñanza
explícita de los AAPP sea eficiente, es necesarioincluir muestras
variadas tanto de los recursos como de sus usos comunicativos, teniendo en
cuenta todos los elementos que condicionan su uso y comprensión por
parte de los aprendientes. Por ello, dado que dichos recursos tienen un alcance
esencialmente pragmático, el docente,antes de realizar actividades, o
mejor, para realizarlas de manera adecuada, debería proporcionar los
elementos que guían dichas actividades. De esta manera, tiene quedar una
serie de circunstancias que facilitan al estudiante los datos necesarios para
que puedan entender cómo se utilizan los elementos pragmáticos en
los actos comunicativos y qué función tienen.Por
ejemplo,podría exponerun conjunto de elementos culturales que
intervienen en un contexto determinado: la relación -jerarquía-
entre los hablantes; las diferencias raciales, culturales, o de sexo; las
reglas y valores sociales; los hábitos y las actitudesde los hablantes,
entre otros, que al ser trabajados sistemáticamente favorecen la
competencia del usuario(Lopera Medina; 2012, p. 251).
Nótese que si no se cumplen estas condiciones, que
favorecen la enseñanza explícita delos elementos
pragmáticos, será muy difícil conseguir que los
estudiantes sean capaces de identificar estas cuestiones y, luego, saberlas
utilizar de manera adecuada. Por consiguiente,aunque tengan un nivel avanzado
de conversación y que logren expresarse conun determinado grado de
precisión lingüística, no siempre podrán
desenvolverse de manera apropiada y en el contexto adecuado, con el
interlocutor que tengan.
En su reflexión sobre la enseñanza de la
pragmática, Lopera Medina (2012) plantea la importancia de hacerlo a
través de los actos de habla. Para ello, aboga por el enfoque basado en
las estrategias, las cuales,efectivamente, «ayudan a los estudiantes a
tomar consciencia y aplicar los actos de habla para una mejor competencia
pragmática en el aprendizaje de las lenguas» (Lopera Medina, 2012,
pp. 248-249). Expone, pues, las cinco fases que se deberían seguir para
la enseñanza de los actos de habla, propuestas por Cohen y Dörnyei:
las fases de preparación, de concientización, de
enseñanza, de aplicación y de personalización, cuya
aplicación, en nuestra opinión,sería benéficapara
el tratamiento didáctico de los AAPP. Por tanto, conviene explicar, de
manera sucinta, en qué consiste cada una de estas etapas.
En la fasede preparación, el docentetrata de enterarse
del conocimiento que poseen sus alumnos del acto de habla que se quiere
trabajar. De esta manera, podrá saber qué es lo que saben y
qué es lo que necesitan los alumnos para usar este acto de manera
eficiente.En esta primera fase ya se inician discusiones pragmáticasque
llamarán la atención sobre el aspecto preciso que se quiere
destacar.
En la fase de concientización, se despierta la
conciencia de los alumnos sobre la necesidad de aprender a usar estrategias
más apropiadas en un contexto determinado. En esta fase, el docente
contribuye a esta toma de conciencia de sus alumnos,recordándoles e
insistiendo en el hecho de que no solo es importante un buen desempeño
gramatical o estructural de la lengua, sino tambiénun uso adecuadode la
misma con los participantes de una determinada situación comunicativa.
En la fase de enseñanza, los estudiantes aprenden de
manera explícita cuándo deben usar una estrategia para la
aplicación de un acto de habla. Asimismo, el docente puede valerse
demuestras de uso real, tales como vídeos, audios, correos
electrónicos, obras literarias, sitios web, entre otros,para ilustrarlos
con mayor precisión. Y, finalmente, para una mejor explicación,
puede exhibir o modelar el acto de habla a sus alumnos.En esta fase se
puedenintensificar las discusiones metapragmáticas entre el docente y
los alumnos.
En la fase de aplicación, como su nombre indica, se
ponen de manifiesto las instrucciones explícitas. El profesor puede
preparar o asignar diferentes actividades a los alumnos para aplicar lo que se
ha enseñado. Se propone, por ejemplo,diseñar cuestionarios donde
los alumnos respondan ante una situación determinada de uso del acto de
habla. También, el docente puede pedir que los alumnos realicen
dramatizaciones en las que interactúen ante una situación
determinada. Finalmente, les puede pedir que busquen ejemplos
específicos de actos de habla concretos en diferentes soportes
audiovisuales, tales como películas, capítulos de series
televisivas o que observen detenidamente la manera de actuar de los nativos
ante una situación que implique los actos de habla.
En la fase de personalización, finalmente, los alumnos
interiorizanlo aprendido acerca de los actos de habla, evalúan el uso de
las estrategias y tratande transferirlas a otros contextos.
A continuación, se presentan posiblesactividades
ilustrativas de la enseñanza explícita de los AAPP.
2. Propuesta de
actividades
Las actividades diseñadas solo constituyen muestras de
lo que se espera que se implemente en los manuales de ELE, por lo que se han
diseñado una pequeña muestra. Por tanto, supone que se
podrían preparar tantas actividades como sea posible, dependiendo del
aspecto comunicativo preciso que se quiera trabajar.Así pues, las
actividades están destinadas a aprendientes del nivel A2 según el
PCIC, lo cual no significa que no nos interesemos por el nivel B1, sino que
solo procuramos poner un ejemplo de lo que sería una forma de
tratamiento didáctico de los AAPP. Están pensadas para un grupo
de alumnos francófonosque aprenden el español en contexto de
inmersión.
Dos funciones lingüísticas constituyen los
objetivos comunicativos de estas actividades: reaccionar ante un relato y
conceder permiso, respectivamente. Consideramos que son situaciones en las que
se suelen emplear frecuentemente AAPP. Por otra parte, conviene mencionar que
se trata de adaptaciones, pues están basadas en las actividades del
libro del alumno del manual Aula internacional 2 Nueva edición,
pero que ofrecenmás valores pragmáticos de las expresiones
estudiadas.En estas actividades, además de las discusiones
pragmáticas que se recomienda tener con los alumnos, se insiste en las
informaciones metapragmáticas que se proporcionan a los aprendientes
para que entiendan mejor el uso de los AAPP en cuestión.
En el primer grupo de actividades, se trabaja el uso de las
expresiones tales como Sí?, No?, En serio?, De verdad?, Ah
sí?, quetienen una función fática en la
comunicación, ya que permiten mostrar interés y animar la
conversación. También se abordan los estados anímicos que
pueden expresarse mediante el uso de dichos adverbios.
En el segundo grupo de actividades, se trabaja las expresiones
utilizadas para dar respuestas afirmativas a peticiones de favor o de permiso.
Se trata de los adverbiosSíy No utilizados, o biende
manera repetida, o bien acompañado por un reforzador de la
intención (claro, por supuesto, desde luego, en absoluto,etc.).
Se pretende enseñar a los alumnos que tales expresiones permiten
responder con amabilidad, y constituye una estrategia paramantener un ambiente
favorable para la conversación. Se recomienda al docente que, durante
las discusiones con los alumnos, trate decomentar el agrado que produce en el
interlocutor esta manera de responder. Por otra parte, puede mencionar la
posibilidad de utilizar de manera individual los adverbios Sí o
No para responder con amabilidad, pero insistiendo en la
entonación adecuada a tal efecto, sin la cual no se percibiría
dicha amabilidad.
En estas últimas actividades, nos interesamos
únicamente por las respuestas afirmativas porque las negativas ya se han
abordado en el libro, por lo que solo constituyen un complemento de actividad.
De esta manera, se procura que el alumno aprenda los valores comunicativos de
ambos tipos de respuestas y las informaciones metapragmáticas
correspondientes.
1. EN SERIO ?
A. Mira el siguiente vídeo en el que una chica recibe
un cumplido porque habla bien español. Cómo reacciona la chica?
Coméntalo con tu compañero. No te limites en lo que dice. Observa
también su postura, sus gestos y la entonación con la que
reacciona.Y tú, cómo reaccionarías en esta
situación?
https://youtu.be/0TQdxFjjfHQ
B. Ahora, lee la conversación y fíjate en la
expresión marcada: Qué sentimiento crees que expresa la
expresión En serio? Puedes volver a ver el vídeo.
32: Amiga cómo aprendiste tan bien el español?
Hablas perfecta!
31: Ah!, no, no creo. En serio?
32: Sí! Por cuánto tiempo has a::h
enseñado?
31: Bueno, no, no enseño. Es que viví en
Santander, el año pasado y en la universidad vivía en Palma de
Mallorca
32: Ah! Qué bien!
31: He tenido mucho que practicar
32: Bueno
31: PeroGracias!
32: Bien hecho!
31: Muchas gracias!
C. Observa el salón que aparece en esta imagen.
Qué te parece? Coméntalo con tu compañero.
D. Ahora, lee la siguiente conversación sobre este
salón y, a partir de las palabras en negrita, presta atención a
las reacciones marcada en negrita. Qué crees que expresan estas
reacciones? Marca con una cruz las casillas correspondientes. Puedehaber varias
posibilidades.
Sorpresa, desacuerdo, duda, pedir
confirmación.
Marta - Este me gusta mucho, mira.
Sebas - Ay, no, no me gustan nada los
cojines.
Marta -No? Bueno, a ver, yo hablo del
salón en general, pero a mí los cojines sí que me gustan,
me parecen muy alegres.
Sebas - Ya, son tu estilo, eso es verdad... Y
el cuadro seguro
que también te gusta, no?
Marta - Sí, es así...
étnico... Sí, es mi estilo. Pero, a ver, el salón te gusta
o no?
Sebas - Sí, sí, me gusta, es
muy luminoso.
Marta - Sí, a mí me parece muy
acogedor... Me encanta.
Sebas - Pero para mi gusto es demasiado
moderno.
Marta- Demasiado moderno? En
serio? Es que eres superclásico. A mí me parece muy
normal. No sé, muy moderno?
Sebas- Bueno, no sé, quizás es
me parece un poco frío, porque todos los muebles son muy blancos.
Marta - Pues a mí eso me gusta, me
parece que le da claridad. Lo que no me gusta mucho es la estantería.
Con ese color... así... parece muy vieja. Pero lo demás me
encanta.
Sebas - Sí?
Marta - Sí, sí. No te gusta
ningún mueble?
Sebas - A ver, sí... El sofá no
está mal, pero es muy pequeño, y a mí me gusta tener mucho
sitio para tumbarme...
Marta - Sí, eso es verdad. Y el
sillón? El sillón no te parece chulo?
Sebas - No está mal, pero yo prefiero
un sillón de piel, de esos marrones...
Marta - Es que... es que eres un
clásico... Lo que te he dicho.
|
No?
|
En serio?
|
Sí?
|
Sorpresa
|
|
|
|
Desacuerdo
|
|
|
|
Duda
|
|
|
|
Pedirconfirmación
|
|
|
|
E.
https://onedrive.live.com/embed?cid=AB29AEC766C61E64&resid=AB29AEC766C61E64%2111191&authkey=AMEddsnHBjurPLM
Escucha la conversación para comprobar tus
hipótesis. Para interpretar mejor, presta atenciónal tono con el
que reacciona.
Importante
Las expresiones No?, en serio?, Sí?, De
verdad?, Ah sí? se utilizan generalmente para mostrar
interés en una conversación o para pedir confirmación.
Pero, además, pueden expresar sorpresa, duda, desacuerdo,
alegría, tristeza ante una frase o una noticia. La
entonación utilizada puede dar mayor peso a un estado más que a
otro.
F. - He conseguido un nuevo empleo.
- Ah sí? En qué
empresa?...
Utiliza algunas de las expresiones anteriores para reaccionar
de manera lógica ante las frases siguientes.
1. Te gusta mi bolso? Solo me ha costado 5 euros.
·
............................................................
2. Has leído esta noticia? Un avión se ha
estrellado en medio del Pacífico.
·
.............................................................
3. Carla y yo nos casamos!
·
............................................................
4. Según este artículo, el 15% de las mujeres de
EE. UU. se mandan flores a sí mismas el día de los enamorados.
......................................................
5. Mañana me voy dos semanas a Francia.
·
.......................................................
6. Tuve un accidente la semana pasada.
·
........................................................
7. No me gustan las películas de terror.
·
.........................................................
8. Es imposible trabajar en estas condiciones.
·
........................................................
G. Ahora, con tu compañero, representad una de las
situaciones de la actividad F y continuad la conversación. Tratad de
manifestar interés en la conversación y de utilizar la
entonación adecuada en las reacciones.
- Te gusta mi bolso? Solo me ha costado euros.
- En serio? Es muy bonito, eh?Me gusta. Y dónde lo
compraste?
- En el centro comercial de Tarragona.
- Ah, sí? Pues, a mí me encantaría tener
uno parecido. Me gusta mucho.
- sí?
- Sí, sí.....
2. POR SUPUESTO
A. Observa las diferentes maneras de dar respuestas
afirmativas ante las preguntas siguientes. Crees que hay alguna diferencia
entre estas respuestas? Cuáles te parecen más amables?Por
qué? Coméntalo con tu compañero.
Te molesta si cierro la puerta? Es que entra mucho
frío.
a. No.
b. No, no.
c. No, en absoluto.
d. Para nada.
Puedo ir un momento al baño?
a. Sí.
b. Sí, sí, sí.
c. Sí, sí, claro / Sí, por supuesto.
d. Evidentemente.
Importante
Responder solamente con las palabras
Sí o No a veces
puede parecer poco amable. Por eso, para dar una respuesta afirmativa de manera
amable, hay varias posibilidades:
1. Las podemos utilizar de manera repetida:
2. O podemos añadir una expresión que refuerza
nuestra amabilidad (claro, por supuesto, desde luego,
evidentemente, obviamentecon
Síoen absoluto, para
nada, de ningún modo, con
No.).
- Te importa si utilizo tu teléfono?
- No, no.
- Puedes pasarme la sal, por favor?
- Sí, sí.
- Te importa si utilizo tu teléfono?
- No, no. De ningún modo.
- Podrías ayudarme a tratar este ejercicio? Es que es
muy difícil.
- Si, porsupuesto.
B. Ahora, en parejas, vais a representar una situación.
Cada uno piensa en un favor o un permiso que le gustaría pedir y el otro
tiene que responder de manera amable. Pensad en la entonación que vais a
utilizar. No se pide lo mismo dos veces.
Conclusiones
Llegado al término de este trabajo, conviene recordar
el tema que ha sustentado nuestra investigación, basada, esencialmente,
en el análisis de los adverbios prooracionales en dos materiales
didácticos: Aula internacional 2 Nueva edición y Aula
internacional 3 Nueva edición. La principal meta que hemos
perseguido ha sido la de analizar el tratamiento de los AAPP en estos manuales
para ver el grado de consideración que reciben en cuanto elementos
fomentadores de la competencia pragmática de los aprendientes del
Español como Lengua Extranjera.
Para ello, ha sido importante aportar en el primer
capítulo datos esclarecedores sobre algunos conceptos importantes
relacionados con esta subcategoría adverbial, con el fin de sentar las
bases teóricas sobre la cuestión. En el segundo capítulo,
se ha procurado demostrar, mediante algunos casos comentados, la importancia
del uso de los AAPP para el desarrollo de la competencia pragmática de
los estudiantes de ELE y, por consiguiente, la necesidad de incrementar la
alusión a ellos en los materiales didácticos. Seguidamente,
mediante un método de carácter cualitativo, se han podido
analizar los resultados obtenidos tras la recogida de los datos y sacar unas
conclusiones.
Es, pues, el lugar de aportar respuestas a las preguntas de
investigación planteadas inicialmente.
1. Qué información sobre los AAPP pueden
leer los profesores en los textos de referencia?
Desde el punto de vista teórico, se han podido
presentar las inconsistencias que constan en muchos trabajos de referencia
relacionados con el estudio de los AAPP, en que destacan las insuficiencias
sobre la descripción de estos recursos lingüísticos, pero
también las confusiones sobre ello. A partir de esta base, consideramos
que los textos de referencia no siempre proporcionan a los profesores la
información adecuada sobre el funcionamiento discursivo de los AAPP.
Ahora bien, cabe subrayar que un profesor, antes de comentar algún tema
en clase con sus alumnos, debe contar previamentecon una base teórica
contundente, para realizar con éxito su actividad docente, por lo que se
ha procurado aportar informaciones complementarias para facilitar la
comprensión de lo que es realmente un adverbio prooracional.
2. Cómo se presenta esta subcategoría
adverbial a los alumnos?
Los resultados obtenidos del análisis y comentados en
el último capítulo dan cuenta deuna importante disparidad entre
los porcentajes de alusiones a los AAPP en las diferentes actividades, tanto en
el manual del nivel A2 como en el del nivel B1, la cual refleja una baja
mención explícita frente a la fuerte alusión
implícita a estos recursos lingüísticos en ambos manuales.
Estos datos nos llevan a concluir que la enseñanza de los AAPP en los
manuales analizados se hace, en mayor medida, de manera implícita, lo
que dificulta la adquisición eficaz de la competencia pragmática
por parte de los estudiantes. Por ello, para un mejor fomento de dicha
competencia en los aprendientes, es necesario incrementar una enseñanza
explícita de dichos recursos lingüísticos, proporcionando
informaciones metapragmáticas de su uso comunicativo que favorezcan
efectivamente su aprendizaje y adquisición adecuados.
3. Qué valor se les otorga a los adverbios
prooracionales en los manuales de ELE?
Considerando lo dicho anteriormente, cabe decir que, si bien
se observa una alusión explícita a los AAPP en su tratamiento
didáctico, la superioridad de la alusión implícita indica
que la mayoría de sus menciones no constituyen propiamente el centro de
interés de las actividades en las que aparecen. Por tanto, concluimos
que todavía no reciben el valor que les conviene, si se toma en cuenta
su fuerte frecuencia de uso en las conversaciones diarias de los hablantes.
Pero, al menos, conviene reconocer que su inclusión en los materiales
didácticos indica que los autores son conscientes del aporte de estos
recursos lingüísticos para el aprendizaje, aunque no se
materialicen en su justo valor.
4. En qué medida puede la enseñanza
explícita de estos elementos incrementar la competencia
pragmática de los alumnos?
Tal como se ha demostrado en el segundo capítulo, el
alcance esencialmente pragmático de los AAPP supone su aporte
significativo en el desarrollo de la competencia pragmática de los
aprendientes y, por tanto, en el fomento de su competencia comunicativa. Lo
hemos podido mostrar en la medida en que permiten poner en marcha varios
principios pragmáticos que rigen los comportamientos comunicativos de
los hablantes, entre los cuales el Principio de cooperación y el
Principio de la economía lingüística. Asimismo, se ha
mostrado cómo el uso de los AAPP constituyen en muchos contextos
estrategias pragmáticas de comunicación que contribuyen al
éxito comunicativo a la vez que al fomento de la competencia
pragmática.
En definitiva, a la luz de los trabajos recientes sobre la
enseñanza de la pragmática, todos los autores actuales plantean
la necesidad de una mayor incorporación del componente pragmático
en la enseñanza de lenguas segundas o extranjeras. Y, en cuanto al
enfoque, la mayoría coincide en quesu enseñanza debe ser lo
más explícita posible, para que suaprendizaje se realice de
manera exitosa por parte de los alumnos.Por ende, es importante dara los
estudiantes todas las informaciones pragmáticas en general y
metapragmáticas en particular, dado que las necesitanpara entender el
funcionamiento de la lengua más allá de su dimensión
estrictamente lingüística. Atendiéndonos a los resultados
del análisis de los manuales didácticos revisados, podemos decir
que esto se ha tenido en cuenta a la hora de diseñar los materiales, lo
que evidencia la buena calidad deestos manuales. Sin embargo, se observaun
cierto descuidoen el tratamiento de los AAPP, que, no obstante,constituyen
recursos comunicativos importantes y necesarios para el fomento de la
competencia pragmática de los alumnos. En este sentido, hemos querido
mostrar algunas de las posibilidades que pueden ofrecer determinadas
actividades para poner de manifiesto la importancia de los AAPP.
Así pues, queremos precisar que la presente
investigación, por aplicarse únicamente a dos manuales de ELE, no
pretende revestir un carácter genérico. Sin embargo, estamos
convencidos de que sería muy significativo tener en cuenta las
consideraciones que resultan de ella para el diseño de los materiales
didácticos destinados a la enseñanza de lenguas extranjeras y,
concretamente, de ELE, con especial atención al componente
pragmático. Sin dejar de reconocer los avances que se han realizado y
que siguen realizándose en este campo, siempre es útil y
conveniente señalar aquellos aspectos susceptibles de ser mejorados y
las posibles alternativas, puesto que el docente, también tiene como
función fomentar su capacidad crítica y de innovación en
el ámbito de la enseñanza y aprendizaje de segundas lenguas
(González Sánchez, 2016, p. 5).
Finalmente,conviene decir que este trabajo no constituye sino
una ínfima muestra de todo el trabajo que queda por realizar en futuras
investigaciones. La importancia de incluir informaciones metapragmáticas
sobre los AAPP también debería extenderse a todos los
demás aspectos con contenido pragmático que se utilizan para
enseñar y aprender el Español como LE o como L2. De este modo, se
podrá garantizar, sino, mejorar considerablemente la competencia
pragmática de los alumnos y, por tanto, su competencia comunicativa.
Como posible trabajo futuro, se pretende investigar en el componente
pragmáticoen los manuales de ELE en contexto camerunés, para
evaluar el enfoque seguido (explícito o implícito) y plantearla
implementación de su enseñanza explícita para un mejor
aprendizaje de la lengua española.
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* 1 En uggn trabajo anterior,
tratamos de expresar un punto de vista distinto sobre la cuestión de la
posición «extraoracional» de los adverbios oracionales,
según ciertos autores como este último. Allí, explicamos
que, en realidad, estos adverbios funcionan, más bien, fuera de la
predicación y no de la oración, por lo que no se les puede
atribuir un carácter extraoracional sino extrapredicativo. Para
más detalles, véase Rossi Djiolefack (2021).
* 2 Las negritas son
mías.
* 3 Se distinguen los ejemplos
extraídos de fuentes literarias, como en este caso indicando el
título de la obra, de los elaborados por el propio autor.
* 4 Es importante marcar la
diferencia entre adverbio oracional y modificador oracional:
el primero remite a la categoría, mientras que el otro refiere a la
función.
* 5 Aunque, al parecer, no
estaría del todo descartada una posible manifestación
intrapredicativa de un adverbio, a pesar de la presencia de una pausa:
Caminaba, con temor, hacia el cementerio.
* 6 La RAE (2010:592)
añade un tercer grupo: los adverbios temáticos, libres o
de tópico, aunque autores como González Ruiz (2005-2006)
y Porroche (2006), entre otros, incluyen estos últimos en el grupo de
los adverbios de la enunciación.
* 7 Aunque admiten
paráfrasis distintas (desde el punto de vista, en cuanto al
aspecto, etc.).
* 8 Tomado de González
Ruiz (2005-2006, p. 205)
* 9 Para más detalle,
véase, Urbaniak, E. (2016)
* 10 Para más detalle,
véase De la Hoz Fernández, C. (2006).
* 11 A pesar de que existe
una extensa bibliografía sobre la cuestión de los pronombres, en
este trabajo solo comentamos su carácter vicario, ya que es el aspecto
que más nos interesa para nuestro propósito.
* 12 Cuando no acompañan
a algún sustantivo, en cuyos casos se consideran adjetivos.
* 13 En su consideración
general.
* 14 No deben confundirse los
formantes de este subgrupo con los adjetivos con carácter interjectivo,
los cuales se consideran, en estos casos, interjecciones impropias.
* 15 Aunque superficialmente,
ya que casi todos se limitan a señalar el carácter prooracional
y, a lo mejor, su contexto de uso.
* 16 Y es que esta realidad
no es una particularidad del español. Denoyelle (2007) también
señala esta poca atención en la lingüística francesa,
sobre los AAPP, aunque solo menciona oui (Sí) y non
(No): «Malgré leur emploi quotidien quasi permanent, les prophrases
oui et non sont encore peu étudiées en
français moderne. Pourtant elles posent de nombreuses questions au point
de vue pragmatique» (p.03).
* 17Preferimos mantener
estos adverbios entre los prooracionales porque ostentan, efectivamente, los
rasgos característicos de las prooraciones.
* 18 Recuperado de Brucart
(1999: 2837). Véase el mismo para más detalles sobre otros casos
ilustrativos de esta cuestión.
* 19#: Signo que marca la
inadecuación pragmática de un enunciado.
* 20 Las negritas son
mías.
* 21Véase Palacio
Martínez, I. et al (2019). Diccionario electrónico de
enseñanza y aprendizaje de lenguas. Disponible en
línea en
www.dicenlen.eu/es/diccionario/entradas/competencia-pragmatica
, Consultado el 11/07/2022.
* 22Desde el punto de vista de
la teoría de rangos (Carbonero Cano, 1978), corresponde a la
modificación de modificadores, esto es, de los adjetivos, de los
adverbios y de otras construcciones adverbiales.
* 23 Lo justifica con la
idea según la cual «con un inventario limitado de fonemas, monemas
y de un conjunto de reglas gramaticales, pueden comprenderse infinidad de
mensajes en una lengua determinada; además tiende a la economía
en todos sus niveles de análisis (fonético, morfológico,
léxico, sintáctico, etc.)» (Paredes, 2008, págs.
171-172).
* 24Cónfer Palacio
Martínez, I. et al (2019). Diccionario electrónico de
enseñanza y aprendizaje de lenguas. Disponible en
línea en
www.dicenlen.eu/es/diccionario/entradas/estrategia-comunicacion,
Consultado el 04/08/2022.
* 25 Hemos recuperado este
ejemplo deMarchante Chueca (2005, p. 7); las negritas son mías.
* 26 Ejemplo recuperado de
Dumitrescu (2008; p. 237)
* 27 Este es un ejemplo
nuestro.
* 28 Este es un ejemplo
nuestro.
* 29 Según el Principio
de cooperación, la negación a cooperar significa que alguno de
los interlocutores se muestra expresa o implícitamente desfavorable a
una conversación.
* 30 Dado quesetrata de una
audición, solo se expone la parte de la transcripción en la que
se manifiesta la ocurrencia del adverbio prooracional.
* 31Más detalle sobre la
instrucción explícita y su importancia en Toledo Vega y Soto
Celis (2018) y Aufa (2011).
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