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Environnement et ressources rares : l'eau douce en argentine

( Télécharger le fichier original )
par Marie-Carmen Iriarte-Maza
Université sciences sociales toulouse - Master pro intelligence économique 2005
  

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ANNEXES

Environnement et

ressources rares :

l'eau douce en Argentine

Pour des précisions sur les termes, on pourra consulter le glossaire http://www.ec.gc.ca/water/fr/info/gloss/f gloss. htm

et le LEXIQUE DE L'EAU en 6 langues (français, anglais, allemand, italien, espagnol, portuguais) Editions Johanet - 2003 - 788 pages

qui contient près de 5.000 termes techniques en usage dans le domaine de l'eau, tous traduits dans chacune de ses six langues.

http://www.fao.org/ag/agl/aglw/aquastat/countries/argentina/indexes
p.stm

Argentina

Fuente: FAO-Forestry. Cláusula de exención de responsabilidad.

Versión: 2000

Geografía y población

La República Argentina está situada en el extremo sur del continente americano. La superficie continental se extiende a lo largo de 3 700 km entre los 21° 46' y 55° 03' S de latitud y los 53° 38' y 73° 35' W de longitud. El país limita al norte con Bolivia, al nordeste con Paraguay, al este con Brasil, Uruguay y el Océano Atlántico, al oeste con Chile y al sur con Chile y la Antártida. Su superficie total es de 3 761 274 km2, con una superficie continental de 2 780 400 km². Su superficie cultivable se estima en torno a los 177 millones de ha, de las cuales en 1997 se cultivaban 27,2 millones de ha (25 de cultivos anuales y 2,2 de cultivos

permanentes). Administrativamente, el país lo integran 23 provincias y la Capital Federal (Buenos Aires).

Argentina se divide en cuatro grandes regiones geomorfológicas: los Andes, el Norte, la Pampa y la Patagonia. La Cordillera de Los Andes se extiende a lo largo de la parte occidental del país. El Norte se sitúa entre el límite norte del país y la Pampa y está compuesto por las sub-regiones de El Gran Chaco y Mesopotamia, esta última entre los ríos Uruguay y Paraná. La llanura central o Pampa está limitada al sur por el río Colorado y al este por el Océano Atlántico, extendiéndose por el oeste hasta el piedemonte de la Cordillera de los Andes y al norte hasta el Gran Chaco. Finalmente al sur, desde el río Colorado hasta Tierra del Fuego, se extiende la Patagonia.

La población total era de 32,6 millones de habitantes según el último dato disponible del Censo Nacional de 1991, con un 87,8 por ciento es población urbana y un 12,2 por ciento población rural, lo que indicaba un progresivo incremento de la población urbana en detrimento de la rural con respecto a censos anteriores. En 1997 la población total del país ascendía a 35 671 000 de habitantes, con un crecimiento medio anual en esos últimos 6 años del 1,5 por ciento. De este total, el 11,4 por ciento era población rural. La densidad de población promedio era cercana a los 13 habitantes/km2, variando de 0,4 hab/km2 en la Patagonia hasta 14 827 hab/km2 en Buenos Aires (Capital Federal).

La contribución de la actividad agrícola al PIB nacional se ha mantenido sensiblemente uniforme en los últimos años, pasando del 8,2 por ciento en 1975 al 7,3 por ciento en 1997. En 1997, el 10,4 por ciento de la población activa se empleaba en la agricultura.

Clima y recursos hídricos Clima

Las diferencias latitudinales de Argentina, la Cordillera de los Andes y a la influencia moderadora de los Océanos Atlántico y Pacífico determina una amplia variabilidad climática, desde el clima subtropical húmedo en su parte norte hasta el clima frío en el sur o el polar en las altitudes más elevadas de la Cordillera, con predominio del clima templado en la mayor parte del territorio.

Las precipitaciones del país varían desde 2 000 mm de media anual en la Selva Misionera y Bosques subantárticos a 50 mm en extensas zonas del centro oeste (San Juan y La Rioja). El país presenta tres grandes regiones climáticas: Húmeda, Semiárida y Árida, separadas por las isoyetas de 800 y 500 mm respectivamente.

Recursos Hídricos

La precipitación media anual es de 600 mm, que suponen un volumen anual de 1 668 km3. De este volumen total, cerca del 83 por ciento se pierde en evapotranspiración y evaporación directa de las masas de agua, por lo que los recursos hídricos internos renovables anuales son de 276 km3. La escorrentía superficial total se estima en 814 km3/año, de los cuales 538 km3/año provienen

de los aportes de los países limítrofes, especialmente de la cuenca del río ParanáParaguay y del río Uruguay.

La disposición orográfica del país determina la formación de tres vertientes hidrográficas: Atlántico, Pacífico y Cuencas Endorreicas. Estas grandes vertientes, a su vez, se subdividen en sistemas y cuencas hidrográficas, respectivamente. En la siguiente tabla, se detallan las principales características de los sistemas.

Principales vertientes y sistemas hidrográficos de Argentina

Vertiente

Sistema

Superficie
drenada (*)
(km²)

Principales cuencas

Escorrentía
media
anual
(106 m3 )

Caudal
Especí
fico
(l/s
km2)

Atlántica

Paraná

3 092 000

Paraná, Iguazú, Santa Lucía, Corrientes, Guayquiraró,

Feliciano,

Gualeguay,

Arrecifes

694 770

7,1

Paraguay

Uruguay

Paraguay, Pilcomayo, Bermejo

Uruguay, PepiríGuazú, Aguapey, Mirinay,

Mocoretá, Gualeguaychú

Río de la Plata y

Provincia de Buenos Aires hasta el río

Colorado

181 203

Plata, Salado

4 636

0,8

Colorado

92 840

Colorado,

Vinchina, Jáchal, San Juan,

Mendoza, Riodesaguadero, Tunuyán,

Diamante, Atuel

10 060

3,4

Ríos Patagónicos

356 033

Neuguén, Limay, Negro, Chubut, Senguerr y

Chico,

61 211

5,5

Pacífico

Aportes al Océano Pacífico

33 455 Hua-Hum, 38 222 36,2
Manso y Puelo,

Futaleufú,

Carrenleufú y

Pico, Simpson,

Pueyrredón,

Mayer,

Vizcachas,

Fagnano

Cuencas

Mar

298 056

 

5 866

0,6

Endorreicas

Chiquita, Región

 
 
 
 
 

Serrana, Pampeana y Salares

 
 
 
 

Total

 

4 053 587

 

814 765

6,4

(*) incluye la superficie completa de las cuencas de los cursos hídricos que drenan en Argentina.

El volumen de agua que sale de Argentina a través de los principales ríos que drenan al Océano Pacífico se estima en 38 km3/año, considerando sólo las salidas a Chile.

Con respecto a los recursos hídricos subterráneos, existe información sobre acuíferos locales, especialmente en las áreas de Cuyo, Noroeste y Región Pampeana, pero no en el ámbito nacional.

Lagos y embalses

La capacidad total de los embalses de Argentina se cifra en torno a los 186 km3, de los cuales los grandes embalses (aquellos cuya capacidad es superior a los 1 000 millones de m3) almacenan el 96 por ciento de la capacidad total. Cabe destacar el embalse de Yacyretá, situado en el río Paraná en la frontera con Paraguay (provincia de Corrientes), con fines principalmente hidroeléctricos que se utiliza para el suministro de energía eléctrica en Argentina.

Extracción del agua

La distribución de la extracción del agua por sectores se detalla en la siguiente figura.

Figura 1. Extracción del agua por sectores. Total: 28,6 km3 en 1995.

Hay que destacar la gran presión que ejerce la población en la provincia de Buenos Aires, donde se asienta el 47,7 por ciento de la población del país. El porcentaje de la población total abastecida de agua potable era en 1991 del 70,6 por ciento.

Desarrollo del riego y el drenaje

La etapa de racionalización del uso del agua en Argentina comenzó a finales del siglo XIX con la construcción de nuevos diques y obras de derivación en la provincia de Mendoza y posteriormente en San Juan, Tucumán y el Alto valle del Río Negro, obras en su mayoría diseñadas y construidas a partir del año 1898. En 1909, el Gobierno Nacional dictó la Ley Nacional de Irrigación Número 6546, que impulsó la realización en el país de gran número de obras hidráulicas de derivación y la creación de nuevos sistemas de riego. La entrada en el mercado nacional de los equipos de bombeo, en la década de los años 50, introdujo importantes cambios en el riego argentino, sobre todo, una ampliación en la superficie bajo riego así como la mejora en la sistematización de la tierra, preparación del suelo, aplicación del agua, mejora en las eficiencias, diversificación en los cultivos y posteriormente la introducción de técnicas de aspersión y riego localizado, debido al mayor costo del agua y la necesidad de recuperar las inversiones realizadas mediante la producción de cultivos de alta renta bi l idad.

En general, la superficie regada en Argentina ha tenido una evolución muy discontínua. Se puede observar que la superficie regada pasó de 1 065 000 ha en 1970 a 1 246 748 ha según el Censo Nacional Agropecuario de 1988 y 1 437 275 ha en 1995, según encuesta a las diferentes provincias por parte de la Dirección Nacional de Recursos Hídricos. La evolución en dicho período ha sido muy variable en las diferentes regiones. En la mayor parte de las regiones áridas y semi-áridas, donde la actividad agraria necesita el riego para su desarrollo, la superficie bajo riego ha permanecido constante e incluso ha disminuido, mientras que en la

región húmeda, donde se lleva a cabo un riego de apoyo especialmente dirigido a cereales y oleaginosas, se ha producido un importante aumento. En la Figura 2 se observa la evolución de la superficie regada, por provincias, en dicho período.

Figura 2. Evolución por provincias de la superficie regada en el período 1970-1995

Si se tienen en cuenta la aptitud de los suelos y la disponibilidad del recurso hídrico, la superficie potencial de riego estimada es cercana a las 6,1 millones de ha, el 44 por ciento en las regiones áridas y el 56 por ciento restante en las regiones húmedas. Se estima que aproximadamente unos 95 millones de ha presentan suelos aptos para el riego, mientras que el agua es el factor limitante para este desarrollo.

Aunque no se dispone de cifras precisas sobre la superficie puesta en riego, la superficie total en 1995 era cercana a los 2 100 000 ha, considerando la superficie empadronada, aquella con concesión o con derecho de agua registrado en el padrón correspondiente, y la regada. Dicha superficie representa el 7,7 por ciento de la superficie cultivada del país, correspondiendo al área regada en 1995, aproximadamente el 76 por ciento de esta superficie.

Figura 3. Superficie regada en 1995, por provincias.

De la superficie regada en 1995, se estima que un 78 por ciento pertenecía al sector público y un 22 por ciento al sector privado (ver Figura 3). En el sector público, los usuarios se hacen cargo de la operación y mantenimiento de la infraestructura menor, mientras que en el caso de las captaciones y red primaria de riego y drenaje, ésta ha sido asumida por las instituciones que administran el recurso hídrico. Este hecho, contrario a lo dispuesto en la mayor parte de las leyes de aguas, ha creado una situación de irresponsabilidad social en lo relativo al precio del agua y a la importancia de la eficiencia. En algunas provincias se paga una tarifa del agua que no cubre la totalidad de los costes de operación y mantenimiento. Sin embargo, los índices de morosidad son altos. En el caso de Mendoza, en dichas tarifas también se incluyen los costos de amortización de las inversiones realizadas en las obras de riego.

Las Asociaciones de Usuarios, generalmente denominadas Consorcios, Inspecciones de Cauce o Asociaciones de Regantes, fueron constituidas en su mayor parte por iniciativa propia y comprenden a todos aquellos usuarios del agua que dependen de un mismo canal de distribución del agua. Otros reúnen un mayor número de canales, asociando consorcios (inspecciones Unificadas de Mendoza, Consorcio del Valle de los Pericos en Jujuy, etc.) para obtener mayor representatividad.

En cuanto al origen del agua de riego, el 74,3 por ciento se realiza con aguas superficiales y un 25,7 por ciento con aguas subterráneas. Las captaciones de agua para riego se realizan fundamentalmente a partir de embalses y derivaciones de los ríos. En casos excepcionales se bombea de forma directa desde los ríos. Con respecto a la reutilización de las aguas residuales, si bien en

la Provincia de Mendoza se vienen usando desde hace años las aguas residuales industriales mezcladas con las aguas de riego, sólo desde el año 1996 se le ha dado forma legal a la reutilización de aguas residuales tratadas mediante la definición de los parámetros mínimos de calidad de los efluentes tanto domésticos como industriales. Con dicha resolución comienza la organización de Áreas de Cultivos Restringidos (ACRES) controlados por el Departamento General de Irrigación. Se están llevando a cabo iniciativas similares en las restantes provincias con clima árido y semi-árido.

Figura 4. Origen del agua de riego en 1995.

La técnica de riego más utilizada, según datos de 1988, era el riego por superficie, con 1 389 544 ha, mientras que la superficie puesta en riego por aspersión y riego localizado era de 65 207 ha. Debido a la escasez de agua y a la diversificación de cultivos dirigida hacia la exportación, existe en el país una tendencia creciente a la mejora de la eficiencia de los sistemas y métodos de riego, en especial en las regiones áridas y semi-áridas. A partir de 1991, se ha venido manifestando una tendencia creciente en el uso de sistemas presurizados, en principio en las áreas más húmedas como riego suplementario (principalmente riego por aspersión) y en menor escala en los valles piedemontanos de Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza, como consecuencia del cultivo de jojoba (Catamarca y La Rioja), el olivo y la vid (San Juan) y de la reactivación del mercado de vinos finos (Mendoza). La distribución de los principales cultivos en regadío sembrados en 1995, se detalla en la Figura 4.

Figura 5. Distribución en porcentaje de los cultivos en la superficie regada en Argentina (1995).

En las zonas más húmedas, donde se realiza un riego suplementario, el crecimiento en estos últimos años de la superficie puesta en riego ha sido debido al incremento en el precio internacional de los granos en las décadas de los 70 y los 90 y la importación de equipos de riego presurizados a costos más accesibles.

El costo medio de adecuación para riego de sistemas de riego públicos menores de 5 000 ha en 1998 era de 1 400 $EE.UU/ha para el riego por superficie, 2 500 $EE.UU/ha para el riego por aspersión y 3 500 $EE.UU/ha para el riego localizado. Estos costes incluían la instalación extrapredial desde la captación hasta la bocatoma de finca. En el riego privado, para superficies menores (de 20 a 100 ha), estos costes se reducían a 800 $EE.UU/ha para el riego por superficie, 1 500 $EE.UU/ha para el riego por aspersión y 2 800 $EE.UU/ha para el riego localizado.

Los costes de operación y mantenimiento varíaban de 15 a 30 $EE.UU/ha en el riego privado a 20 a 40 $EE.UU/ha en el riego público.

Entorno institucional

Hasta 1992, Agua y Energía de la Nación, junto con los correspondientes Organismos provinciales, se encargó del desarrollo de las obras de riego a nivel nacional. A partir de entonces se produjo la transferencia de esta responsabilidad a las provincias, excepto en algunas provincias como Mendoza y San Juan donde la administración de los recursos hídricos siempre fue responsabilidad provincial. Dicha transferencia se encuentra en la actualidad prácticamente concluida con la creación de diferentes entes provinciales (Administraciones Provinciales del Agua) encargados de la administración y operación de los sistemas de riego públicos. En

ocasiones, en el proceso de descentralización se ha producido una duplicidad de funciones y dificultades en la coordinación con la estructura del Gobierno Central.

Dentro de las Entidades Provinciales, algunas de ellas constituyen organismos específicos dedicados al riego, como es el caso de Catamarca, Mendoza, Santiago del Estero y Tucumán, mientras que en otras pertenecen al área de recursos naturales, producción agraria (Córdoba, Neuquén y Tierra del Fuego) o recursos hídricos (Jujuy, La Rioja, Río Negro, Salta, San Luis y Santa Cruz).

De acuerdo a la Constitución Nacional, las provincias se han reservado todos los poderes y derechos sobre el uso y administración de los recursos hídricos. Las diferentes legislaciones provinciales contemplan, en general, preferencia en el uso del agua para abastecimiento de la población, variando las preferencias en los sectores restantes según la importancia económica y social de cada sector en la provincia. El derecho de agua con fines agrícolas es, en la mayoría de las provincias, inherente a la propiedad de la tierra y se otorga mediante concesión de carácter permanente o eventual según la disponibilidad del recurso. La mayoría de las leyes provinciales definen la obligatoriedad de los usuarios para realizar las labores de operación y mantenimiento, financiar costos y el régimen sancionador. Establecen una administración provincial del agua, aunque pocas de forma específica para el riego, y la constitución de organizaciones de usuarios para el uso del agua.

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"Il faudrait pour le bonheur des états que les philosophes fussent roi ou que les rois fussent philosophes"   Platon